EL PROCESO DE REUNIFICACIÓN
Tras la caída del Muro el 9 de noviembre de
1989, hubo especulaciones, no siempre desinteresadas, sobre la posible
Federación o Confederación de dos Alemanias, buenas vecinas pero distintas, y
las hubo tanto a nivel interno como internacional, tanto a nivel de publicistas
como de políticos.
La actitud extranjera más contraria a una
reunificación fue la de Gran Bretaña,
cuya Primera Ministra, la Sra. Thatcher, llegó a decir públicamente que
'Alemania, desde 1870, siempre había fluctuado erráticamente entre la agresión
y la duda, siendo un país capaz de desestabilizar la construcción de una
política común europea' (comentario que, al no parecer meramente personal, da
que pensar, si nos remontamos a 1914, sobre las verdaderas razones de la
entrada de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial).
Pero la actitud cooperativa de Francia,
EE.UU. y Gorbachov, que todavía mandaba en Rusia, hicieron tascar el freno a
los británicos.
En todo caso, los resultados de las primeras
elecciones democráticas en la DDR (18 de marzo de 1990) disiparon todas las
dudas; incluso los partidos del Oeste, que también se presentaron, obtuvieron
resultados superiores a los esperados. Quedó abierto, pues, el camino para las
negociaciones que llevarían a la reunificación del país.
El 12 de abril fue elegido por la Volkskammer
Lothar de Mezière como Presidente del Consejo de Ministros de la DDR; su
primera preocupación fue la desastrosa situación de la economía, expresándose
así en un memorandum:
'En
Alemania Occidental, entre el 47% y el 53% del PIB se destina a los
presupuestos nacionales e inversiones respectivamente, mientras que en la DDR
se destina el 85% del PIB para el pago del consumo interno y sólo el 15% para
inversiones. No hay financiación para la
renovación de activos tangibles. Toda la infraestructura de este país,
incluyendo viviendas, se encuentra en un estado descuidado y anticuado'.
No es de extrañar que el tema de la unificación
económica, empezando por la cuestión urgente de la paridad de las dos clases de
marco, fuera primordial.
Se barajaron diversas soluciones, en las que no
podemos entrar, pero, al final, Helmut Kohl, Canciller federal, zanjó la
cuestión proponiendo la paridad 1:1. Se firmó el acuerdo que fijaba el 1 de
julio como fecha de la introducción del DM como moneda de curso legal en la
DDR.
En términos generales, hubo una absorción de
la DDR por la RFA, con la contrapartida de que ésta se comprometía a importantes
ayudas y subvenciones para los nuevos territorios del Este, con el consiguiente
aumento de impuestos para los ciudadanos occidentales, todo lo cual conllevó
una apreciable disminución del ritmo de crecimiento económico.
La capital se fijaría en Berlín; se
mantendría, con escasas modificaciones, la ya vigente Grundgesetz, y con ella
la estructura federal, pero habiendo ahora 16 Länder. Téngase en cuenta que
dicha Ley Fundamental, decidida a impedir tendencias centrífugas, establece
claramente que los Länder deben seguir las disposiciones del poder legislativo
estatal, salvo en los casos previstos por la propia Ley Fundamental,
prevaleciendo la ley federal sobre la ley de cada Land.
El 31 de agosto de 1990, el Consejo de
Ministros de la DDR y el Gobierno Federal aprobaron y firmaron el Acuerdo para
la Reunificación, que fue ratificado y convertido en Tratado por las dos
Cámaras el 20 de septiembre: DDR (299 votos a favor y 81 en contra), Bundestag
(442 a favor y 50 en contra).
El 12 de septiembre se había firmado el
Tratado Dos más Cuatro (dos Alemanias y las cuatro potencias ocupantes), que en
realidad era el viejo Tratado de Paz pendiente desde 1945.
Alemania tuvo que
tragar el sapo de la renuncia explícita a los extensos territorios que le
habían sido quitados en el Este,
fijándose la frontera oriental en la línea Oder-Neisse (un Tratado al efecto se
firmó con Polonia el 14 de noviembre).
Los rusos aceptaron que el país fuera miembro
de la OTAN y se comprometieron a retirar sus tropas, pero con el compromiso de
que la OTAN no estacionara tropas en el Este de la Alemania unificada.
El 3 de octubre de 1990, a medianoche, ante
el edificio del Reichstag y en medio de una multitud jubilosa, se proclamó la
Reunificación de Alemania.
LA NUEVA ALEMANIA
Nombre oficial: República Federal de
Alemania.
Capital: Berlín.
Forma de gobierno: República federal
parlamentaria. 16 Länder.
Reunificación: 3 octubre 1990
Superficie: 357.104 Km2 (62º)
Población: 81.305.856 hab. (16º) Densidad: 228
hab/Km2
PIB/cápita: 39.100$ (26º)
Miembro de: UE, OTAN, G-8
Adoptó el euro como moneda en 1999. Es la 3ª
mayor economía mundial en cuanto al PIB nominal y la primera de Europa. El país
ha desarrollado un alto nivel de vida con un sistema completo de seguridad
social. En términos absolutos, asigna el 2º mayor presupuesto anual para ayuda
al desarrollo en el mundo. Es reconocida como líder en los sectores científico
y tecnológico.
Francia y Alemania son consideradas como el
motor del movimiento que ha dado lugar a la actual Unión Europea.
Como aspecto negativo hay que señalar que,
pese a abundantes normas de protección del medio ambiente, tiene una de las
emisiones de CO2 más altas de la UE. Igualmente, la lluvia ácida (SO2) causa
estragos.
Su tasa de natalidad (1,41 hijos por madre)
es una de las más bajas del planeta, con el consiguiente peligro de disminución
de la población, si no se asume una inmigración adecuada. Ya en la actualidad,
unos 7 millones de extranjeros han sido registrados (el grupo más numeroso, unos 2,3 millones, procede de
Turquía). Según estadísticas de la ONU, Alemania es el tercer país receptor de
inmigrantes del mundo, que suponen alrededor del 12% de la población.
En cuanto a la distribución por religiones,
el 29,6% de la población no ha registrado denominación religiosa; luteranos,
32,5%; católicos, 32,4%; musulmanes, 4%.
Para finalizar esta ya larga saga germánica,
señalaremos que, en los últimos años, se ha hablado mucho en ciertos ambientes
de la creciente nostalgia en el Este por el estado de cosas anterior a la
Reunificación. Incluso se le ha dado un nombre: Ostalgie; pero a menudo se
basa, en cuanto a su volumen, en ‘sondeos’ de dudosa credibilidad.
Objetivamente, ha crecido el número de votos
de la formación 'die Linke' (la
Izquierda).
Decimos ‘formación’ por ser una plataforma con sectores bastante diversificados. Procede del antiguo SED de la DDR, convenientemente remozado y unido con otros pequeños grupos y con elementos procedentes del ala más radical del SPD, al que consideran demasiado tibio y blando. A nivel de Länder, ha obtenido diputados en varios Parlamentos regionales del Oeste, siendo además socio de gobierno del SPD en Berlín y en Brandeburgo.
Decimos ‘formación’ por ser una plataforma con sectores bastante diversificados. Procede del antiguo SED de la DDR, convenientemente remozado y unido con otros pequeños grupos y con elementos procedentes del ala más radical del SPD, al que consideran demasiado tibio y blando. A nivel de Länder, ha obtenido diputados en varios Parlamentos regionales del Oeste, siendo además socio de gobierno del SPD en Berlín y en Brandeburgo.
Naturalmente, existe además, en bastante
gente, un sentimiento difuso de nostalgia en el cual concurren diversos
factores: el nivel de sueldos y de vida sigue siendo menor en el Este, a pesar
de las cuantiosas ayudas prometidas y recibidas; es también menor el espíritu
de empresa, por razones obvias; los más preparados o los dotados de mayor
iniciativa tienden a irse, como ya lo hacían antes del Muro, pero ahora con más
facilidades; está asimismo el muy humano
sentimiento de que ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’.
Pero hay algo más. Conforme, al pasar el
tiempo, se desdibujan en la memoria las gracias y encantos de la vida en aquel
inmenso campo de concentración que era la DDR, es perfectamente comprensible
que la sensibilidad de muchos ‘Ossies’ (como se llama a los alemanes del este)
se vea herida por el brusco choque con los aspectos más repulsivos del sistema
a que estamos habituados, y que va mucho más allá del libre mercado y la libre
empresa: consumismo desenfrenado, obsesión por la ganancia, espíritu de
competencia llevado al máximo, relaciones humanas y familiares escasas,
etcétera.
Es un problema que se acabará solucionando,
pero sólo a la larga. Entre tanto, resulta irónico constatar que, como con
frecuencia ocurre, un sentimiento anticapitalista es la fuente de no escuálidos
ingresos capitalistas.
En efecto, Alemania, y muy especialmente su parte
oriental, se ha llenado de objetos a la venta que son ‘souvenirs’ de la DDR o
que imitan sus modestos productos y envases.
Probablemente estén fabricados en
la parte occidental, posiblemente en China, pero es la moda, y ya sabemos lo
que pasa con las modas.
Desde el punto de vista estrictamente
filatélico, procede observar que, desde 1995, los sellos se emiten con la
leyenda ‘Deutschland’, que únicamente habían utilizado, en toda la Historia
filatélica del país, los invasores angloamericanos de 1944.
Por otra parte, el
gobierno, siguiendo las directrices de la UE procedentes de Estados Unidos,
decidió privatizar el servicio postal en 2005. Hoy, la empresa privada
'Deutsche Post AG' es la encargada del mismo en régimen de monopolio.
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