jueves, 14 de julio de 2011

ALEMANIA 6 (1989 -)



EL PROCESO DE REUNIFICACIÓN

Tras la caída del Muro el 9 de noviembre de 1989, hubo especulaciones, no siempre desinteresadas, sobre la posible Federación o Confederación de dos Alemanias, buenas vecinas pero distintas, y las hubo tanto a nivel interno como internacional, tanto a nivel de publicistas como de políticos.

La actitud extranjera más contraria a una reunificación fue la de  Gran Bretaña, cuya Primera Ministra, la Sra. Thatcher, llegó a decir públicamente que 'Alemania, desde 1870, siempre había fluctuado erráticamente entre la agresión y la duda, siendo un país capaz de desestabilizar la construcción de una política común europea' (comentario que, al no parecer meramente personal, da que pensar, si nos remontamos a 1914, sobre las verdaderas razones de la entrada de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial). 

Pero la actitud cooperativa de Francia, EE.UU. y Gorbachov, que todavía mandaba en Rusia, hicieron tascar el freno a los británicos.

En todo caso, los resultados de las primeras elecciones democráticas en la DDR (18 de marzo de 1990) disiparon todas las dudas; incluso los partidos del Oeste, que también se presentaron, obtuvieron resultados superiores a los esperados. Quedó abierto, pues, el camino para las negociaciones que llevarían a la reunificación del país.

El 12 de abril fue elegido por la Volkskammer Lothar de Mezière como Presidente del Consejo de Ministros de la DDR; su primera preocupación fue la desastrosa situación de la economía, expresándose así en un memorandum:

 'En Alemania Occidental, entre el 47% y el 53% del PIB se destina a los presupuestos nacionales e inversiones respectivamente, mientras que en la DDR se destina el 85% del PIB para el pago del consumo interno y sólo el 15% para inversiones.  No hay financiación para la renovación de activos tangibles. Toda la infraestructura de este país, incluyendo viviendas, se encuentra en un estado descuidado y anticuado'.


No es de extrañar que el tema de la unificación económica, empezando por la cuestión urgente de la paridad de las dos clases de marco, fuera primordial. 

Se barajaron diversas soluciones, en las que no podemos entrar, pero, al final, Helmut Kohl, Canciller federal, zanjó la cuestión proponiendo la paridad 1:1. Se firmó el acuerdo que fijaba el 1 de julio como fecha de la introducción del DM como moneda de curso legal en la DDR.

En términos generales, hubo una absorción de la DDR por la RFA, con la contrapartida de que ésta se comprometía a importantes ayudas y subvenciones para los nuevos territorios del Este, con el consiguiente aumento de impuestos para los ciudadanos occidentales, todo lo cual conllevó una apreciable disminución del ritmo de crecimiento económico.

La capital se fijaría en Berlín; se mantendría, con escasas modificaciones, la ya vigente Grundgesetz, y con ella la estructura federal, pero habiendo ahora 16 Länder. Téngase en cuenta que dicha Ley Fundamental, decidida a impedir tendencias centrífugas, establece claramente que los Länder deben seguir las disposiciones del poder legislativo estatal, salvo en los casos previstos por la propia Ley Fundamental, prevaleciendo la ley federal sobre la ley de cada Land.

El 31 de agosto de 1990, el Consejo de Ministros de la DDR y el Gobierno Federal aprobaron y firmaron el Acuerdo para la Reunificación, que fue ratificado y convertido en Tratado por las dos Cámaras el 20 de septiembre: DDR (299 votos a favor y 81 en contra), Bundestag (442 a favor y 50 en contra).

El 12 de septiembre se había firmado el Tratado Dos más Cuatro (dos Alemanias y las cuatro potencias ocupantes), que en realidad era el viejo Tratado de Paz pendiente desde 1945.

Alemania tuvo que tragar el sapo de la renuncia explícita a los extensos territorios que le habían sido quitados  en el Este, fijándose la frontera oriental en la línea Oder-Neisse (un Tratado al efecto se firmó con Polonia el 14 de noviembre).

Los rusos aceptaron que el país fuera miembro de la OTAN y se comprometieron a retirar sus tropas, pero con el compromiso de que la OTAN no estacionara tropas en el Este de la Alemania unificada.

El 3 de octubre de 1990, a medianoche, ante el edificio del Reichstag y en medio de una multitud jubilosa, se proclamó la Reunificación de Alemania.


LA NUEVA ALEMANIA


Nombre oficial: República Federal de Alemania.
Capital: Berlín.
Forma de gobierno: República federal parlamentaria. 16 Länder.
Reunificación: 3 octubre 1990
Superficie: 357.104 Km2 (62º)
Población: 81.305.856 hab. (16º)   Densidad: 228 hab/Km2
PIB/cápita: 39.100$ (26º)
Miembro de: UE, OTAN, G-8

Adoptó el euro como moneda en 1999. Es la 3ª mayor economía mundial en cuanto al PIB nominal y la primera de Europa. El país ha desarrollado un alto nivel de vida con un sistema completo de seguridad social. En términos absolutos, asigna el 2º mayor presupuesto anual para ayuda al desarrollo en el mundo. Es reconocida como líder en los sectores científico y tecnológico.

Francia y Alemania son consideradas como el motor del movimiento que ha dado lugar a la actual Unión Europea.

Como aspecto negativo hay que señalar que, pese a abundantes normas de protección del medio ambiente, tiene una de las emisiones de CO2 más altas de la UE. Igualmente, la lluvia ácida (SO2) causa estragos.

Su tasa de natalidad (1,41 hijos por madre) es una de las más bajas del planeta, con el consiguiente peligro de disminución de la población, si no se asume una inmigración adecuada. Ya en la actualidad, unos 7 millones de extranjeros han sido registrados (el grupo más  numeroso, unos 2,3 millones, procede de Turquía). Según estadísticas de la ONU, Alemania es el tercer país receptor de inmigrantes del mundo, que suponen alrededor del 12% de la población.

En cuanto a la distribución por religiones, el 29,6% de la población no ha registrado denominación religiosa; luteranos, 32,5%; católicos, 32,4%; musulmanes, 4%.

Para finalizar esta ya larga saga germánica, señalaremos que, en los últimos años, se ha hablado mucho en ciertos ambientes de la creciente nostalgia en el Este por el estado de cosas anterior a la Reunificación. Incluso se le ha dado un nombre: Ostalgie; pero a menudo se basa, en cuanto a su volumen, en ‘sondeos’ de dudosa credibilidad.

Objetivamente, ha crecido el número de votos de la formación 'die  Linke' (la Izquierda). 

Decimos ‘formación’ por ser una plataforma con sectores bastante diversificados. Procede del antiguo SED de la DDR, convenientemente remozado y unido con otros pequeños grupos y con elementos procedentes del ala más radical del SPD, al que consideran demasiado tibio y blando. A nivel de Länder, ha obtenido diputados en varios Parlamentos regionales del Oeste, siendo además socio de gobierno del SPD en Berlín y en Brandeburgo.

Naturalmente, existe además, en bastante gente, un sentimiento difuso de nostalgia en el cual concurren diversos factores: el nivel de sueldos y de vida sigue siendo menor en el Este, a pesar de las cuantiosas ayudas prometidas y recibidas; es también menor el espíritu de empresa, por razones obvias; los más preparados o los dotados de mayor iniciativa tienden a irse, como ya lo hacían antes del Muro, pero ahora con más facilidades; está asimismo el muy humano  sentimiento de que ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’.

Pero hay algo más. Conforme, al pasar el tiempo, se desdibujan en la memoria las gracias y encantos de la vida en aquel inmenso campo de concentración que era la DDR, es perfectamente comprensible que la sensibilidad de muchos ‘Ossies’ (como se llama a los alemanes del este) se vea herida por el brusco choque con los aspectos más repulsivos del sistema a que estamos habituados, y que va mucho más allá del libre mercado y la libre empresa: consumismo desenfrenado, obsesión por la ganancia, espíritu de competencia llevado al máximo, relaciones humanas y familiares escasas, etcétera.

Es un problema que se acabará solucionando, pero sólo a la larga. Entre tanto, resulta irónico constatar que, como con frecuencia ocurre, un sentimiento anticapitalista es la fuente de no escuálidos ingresos capitalistas. 

En efecto, Alemania, y muy especialmente su parte oriental, se ha llenado de objetos a la venta que son ‘souvenirs’ de la DDR o que imitan sus modestos productos y envases. 

Probablemente estén fabricados en la parte occidental, posiblemente en China, pero es la moda, y ya sabemos lo que pasa con las modas.

Desde el punto de vista estrictamente filatélico, procede observar que, desde 1995, los sellos se emiten con la leyenda ‘Deutschland’, que únicamente habían utilizado, en toda la Historia filatélica del país, los invasores angloamericanos de 1944. 

Por otra parte, el gobierno, siguiendo las directrices de la UE procedentes de Estados Unidos, decidió privatizar el servicio postal en 2005. Hoy, la empresa privada 'Deutsche Post AG' es la encargada del mismo en régimen de monopolio.

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