sábado, 31 de diciembre de 2011

CIUDAD DEL VATICANO. MALTA Y LA ORDEN DE MALTA.



CIUDAD DEL VATICANO     (Europa)


El 28 de Septiembre de 1870, el asalto de las tropas del nuevo reino de Italia a la Porta Pía y la subsiguiente ocupación de la ciudad, pusieron fin a lo último que quedaba del Estado Pontificio. El último Papa – Rey, a la sazón Pío IX, se refugió en el Palacio Vaticano, adjunto a la Basílica de San Pedro, se encerró allí y se  consideró prisionero, negándose a aceptar la ‘Ley de Garantías’ que le ofreció el Estado italiano. El apoyo que se esperaba de diversos países católicos, no llegó.

La situación perduró durante los pontificados siguientes, creando graves problemas, no sólo políticos, sino también de conciencia para muchos italianos católicos conscientes y sinceros, ciudadanos de un Estado cuyos dirigentes se hallaban excomulgados, y no pudiendo participar en la política nacional, por prohibición expresa de la Iglesia, ni siquiera con el voto.

Todo ello resultaba insostenible. En los años veinte del pasado siglo, había una voluntad por ambas partes, el gobierno de Mussolini y el papado encarnado en Pío XI, de acabar con tal estado de cosas.

 Las negociaciones fueron largas e iniciadas secretamente. Las llevaron Mussolini por parte italiana y el cardenal Gasparri, Secretario de Estado, por el lado pontificio. En su momento dieron lugar a los Pactos de Letrán de 11 de febrero de 1929.


Los Pactos eran tres: uno, tocando múltiples y delicados puntos, establecía las relaciones religiosas y civiles entre el Estado italiano y la Iglesia Católica en Italia; otro, preveía la compensación económica a la Iglesia por las pérdidas de 1870.

Pero el que más directamente nos interesa aquí es el tercero, por el que se reconocía la independencia y soberanía de la Santa Sede y se creaba el Estado de la Ciudad del Vaticano.

Se trata de una Ciudad - Estado, cuyo territorio consiste fundamentalmente en un enclave dentro de la ciudad de Roma. Es uno de los 6 microestados europeos, con una extensión de 0,439 Km2 (44 Ha) y una población en torno a los 900 ciudadanos. Se trata, pues, del Estado más pequeño del mundo

Su punto focal es la Basílica de San Pedro,  construida en el siglo XVI sobre la anterior del siglo IV y ésta, a su vez, sobre la tumba del Apóstol, estudiada, abierta y analizada desde los años cincuenta del siglo XX. La Basílica constituye el 7% de la superficie del Estado, pero, si le agregamos la Plaza de San Pedro, diseñada por Bernini en el XVII, la suma viene a ser el 20%.

La Ciudad del Vaticano alberga la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia Católica. La Santa Sede tiene personalidad jurídica propia, como sujeto de Derecho Internacional, y en rigor es ella quien mantiene relaciones diplomáticas con casi todos los países del mundo; el Vaticano le da substrato territorial para su actividad.

La máxima autoridad y Jefe del Estado es el Sumo Pontífice, por lo que puede considerarse la única teocracia de Europa, aun cuando el Pontífice delega las funciones de gobierno en el Secretario de Estado.

En 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial, el Vaticano se declara neutral y se llena a rebosar de refugiados, especialmente a partir de 1943, con la ocupación de Roma por las tropas alemanas, ahora enemigas. Entre los refugiados se halla De Gasperi, padre de la futura República Italiana. La neutralidad no fue jamás violada.



El 11 de febrero de 2001, Juan Pablo II promulga la Ley Fundamental del Estado, actualmente en vigor. En 2005, Juan Pablo II muere y es elegido como Papa Benedicto XVI, que renunciará el 28 de febrero de 2013.

Su sucesor es Francisco, jesuita italo- argentino, que ha entrado en funciones el 13 de marzo de 2013.


Aparte de la ciudad vaticana propiamente dicha, coincidente con el circuito de las antiguas Murallas Leoninas (todavía hoy en parte existentes), gozan de extraterritorialidad, y pueden por tanto ser considerados integrantes del Estado Vaticano, diversos edificios.

Los más conocidos son el Palacio de Castelgandolfo, en los Montes Albanos (a 34 Km de la Urbe), residencia estival del Pontífice (aprox. 55 Ha con sus  jardines), las Basílicas Mayores de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. Pero habría que añadir varios otros en Roma: la Cancillería Apostólica, el Palacio de San Calixto en el Trastévere, la Curia General de los Jesuitas, el Vicariato y Palacio De Propaganda Fide y algunos más.

Formalmente, el Vaticano se autodefine como una monarquía absoluta cuyo monarca, el Sumo Pontífice, tiene plenos poderes legislativos, ejecutivos y judiciales. Es también una teocracia electiva, correspondiendo la elección del Papa al Sacro Colegio Cardenalicio (cuyos miembros han sido designados por anteriores Pontífices), reunido en Cónclave.

El elegido se convierte en Papa en cuanto manifiesta su aceptación (siempre que fuera ya Obispo; de lo contrario, debe de ser ordenado inmediatamente). El Papa recién elegido adquiere desde el mismo momento la plena y suprema potestad en la Iglesia Católica, así como la Jefatura del Estado de la Ciudad del Vaticano.


Los órganos de gobierno del Estado no forman parte de la Curia Romana, sino que tienen un ordenamiento jurídico específico. El segundo en el mando del Gobierno es el Secretario de Estado.

Aunque, según la Ley Fundamental ya citada, el Papa tiene plenitud de poderes, se prevé la distinción de funciones, pues el Papa no las ejerce de forma directa en la mayoría de los casos (de hecho, la potestad judicial nunca la ejerce personalmente), sino que se constituyen diferentes  órganos vicarios para administrar los diversos departamentos. Se deja a Italia las diversas formas de enjuiciamiento criminal.

El Papa administra el Estado mediante la Comisión Pontificia, salvo los casos que considere conveniente reservarse a sí mismo o a otras instancias. Equivale al órgano legislativo, y está compuesta por  cardenales nombrados por el Papa para un quinquenio. 

El Presidente de la Comisión puede, en caso de urgencia, adoptar disposiciones con carácter de ley (debiendo la Comisión refrendarlas en el plazo de tres meses). Es también en él en quien el Papa delega los poderes  ejecutivos, y asume la representación diplomática del Estado, excepto ante los Estados extranjeros, función ésta que corresponde al Papa.

El idioma oficial es el latín, pero el más usado es el italiano. La moneda es el euro, según acuerdo suscrito con la Unión Europea. Hay un acuerdo con Italia para la acuñación, que no puede exceder de un millón de euros anuales.

Casi todos los países mantienen reconocimiento bilateral con la Santa Sede, reconociendo la existencia del microestado. Entre los que no, China, Corea del Norte, Vietnam y Arabia Saudita. No es miembro de la ONU, aunque mantiene un observador permanente.

El Vaticano no puede mantenerse gracias a la actividad productiva de su propio territorio, limitada a la venta de recuerdos, libros, sellos y entradas a museos. Pero cuenta con los ingresos de la Iglesia Católica de todo el mundo: aportaciones económicas de los Estados con los que así se ha concordado, donaciones (a nivel personal o empresarial) y beneficios de las empresas, escuelas, universidades y bancos propiedad de la Iglesia.

La economía estaba seriamente dañada en 1979. Tres años más tarde, se produjo la quiebra de  uno de los bancos más ilustres de Italia, el Banco Ambrosiano, que gestionaba las finanzas internacionales del Vaticano; las investigaciones revelaron que el banco se dedicaba al blanqueo de dinero de la mafia.

En 1989, el Papa Juan Pablo II llevó a cabo una reestructuración, según la cual la dirección económica fue encargada a 5 financieros reconocidos internacionalmente (bajo la supervisión de 5 cardenales). El órgano encargado de estos controles se llama Administración del Patrimonio de la Santa Sede.

La Ciudad del Vaticano emite sus propios sellos postales (en numerosas emisiones muy buscadas y cotizadas), tiene su propio periódico, una emisora de radio y una de televisión. Cuenta además con numerosas fundaciones, academias y universidades pontificias, independientemente, por supuesto, de la enorme tarea de conservación de su ingente patrimonio museístico y arquitectónico.

Posee una compleja estructura de redes telefónicas completamente  autónomas. Cuenta, en los Jardines Vaticanos, con una pequeña estación de ferrocarril que no se emplea desde hace muchos años, pero que ha quedado integrada como curiosidad turística. Tiene, por supuesto, un helipuerto, y matrículas privativas para sus automóviles.

La Guardia Suiza es el único cuerpo militar encargado de la seguridad. Está compuesto por unos cien soldados (todos varones): 4 oficiales, 73 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros y un capellán. Están  entrenados en el manejo de armas de asalto (subfusiles y ametralladoras), sujetos a entrenamientos periódicos, incluidas tácticas defensivas de guardaespaldas, pero también el manejo de la espada y la alabarda. Deben ser católicos, ciudadanos suizos, haber tenido una instrucción básica en el Ejército suizo y poseer certificados de buena conducta.

En el Tratado de Letrán se estableció que la policía italiana custodiaría, junto con la Guardia Suiza y los Servicios Vaticanos de Seguridad, la plaza de San Pedro. La defensa en otros niveles es proporcionada por Italia.

La nacionalidad vaticana no se obtiene por nacimiento, sino por concesión. No se debe confundir residencia en el Vaticano con nacionalidad. Ésta la poseen todos los diplomáticos empleados en las Nunciaturas y aquellas personas que ejercen determinadas funciones para el Estado de la Ciudad del Vaticano. La nacionalidad vaticana se añade a la de origen y se pierde cuando las personas dejan de ejercer sus funciones. Se trata de entre 300 y 400 personas.

Se incluyen a continuación sellos con las efigies de los diferentes Papas, exceptuado el actual, habidos desde los acuerdos de Letrán que, como sabemos, hicieron nacer el Estado Vaticano.

Pío XI (1922-1939)            Pío XII (1939-1958)         Juan XXIII(1958-1963)
Pablo VI (1963-1978)        Juan Pablo I (1978)          Juan Pablo II (1978-2005)


Benedicto XVI (2005-2013)

Aparte de la Plaza, la Basílica (incluida la cúpula) y los Museos, los extraños pueden visitar los Jardines, siempre colectivamente, en grupos pequeños y muy discretamente vigilados.

Diremos finalmente que existe la Selección de Fútbol de la Ciudad del Vaticano, aunque no asociada a la UEFA ni a la FIFA. El equipo está compuesto por voluntarios de la guardia Suiza, miembros del Consejo Papal y guardias de los Museos.


Filatélicamente, se observará que la denominación 'Poste Vaticane' ha sido últimamente sustituida por la de 'Città del Vaticano', y que el latín cede progresivamente ante el italiano.


MALTA     (Sur de Europa)


Capital: La Valetta
Ciudad más poblada: Birkirkara
Forma de gobierno: República
Independencia (del Reino Unido): 21 septiembre 1964
Superficie: 316 km2 (206º)
Población: 413.609 hab (165º)    Densidad: 1.262 hab/km2
PIB/cápita: 23.760 $ (43º)
Miembro de: UE, Commonwealth

Malta es en la actualidad un país insular, miembro de la UE, compuesta por un archipiélago de 3 islas (Malta, Gozo y Comino). Dado que la primera es claramente preponderante, nos referiremos a ella en singular. Está situada al Sur de Sicilia y al NE de Túnez, en el lugar en que el Mediterráneo se estrecha, dividiéndose en dos cuencas, oriental y occidental. Debido a esa situación estratégica, su historia ha sido agitada a lo largo de los tiempos.

Tras una civilización que levantó imponentes construcciones megalíticas en la Prehistoria, la isla pasó por las manos de fenicios, griegos, romanos (en el 60 d.C. fue visitada por San Pablo), bizantinos y árabes (éstos del 870 al 1090, dejando fuerte huella en algunos aspectos). Después pasó al Reino Normando de Sicilia; fue entonces cuando se creó la nobleza maltesa, toda de origen italiano, la cual sigue vigente con 132 títulos. En 1262 se incorporó, junto con Sicilia, a la Corona de Aragón.

En 1530, Carlos I de España cedió la isla a los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan. Ésta había sido fundada en Jerusalén en 1113, con funciones de atención sanitaria a los peregrinos que pronto se doblaron con otras de defensa militar. Al caer Tierra Santa, se trasladó a Chipre, y en 1310, a Rodas, de donde fueron expulsados por Solimán tras un sitio de seis meses.

La cesión hecha por Carlos I tenía el fundamento de proteger el Mediterráneo Occidental de la avalancha turca. En este contexto tuvo lugar el famoso sitio de Malta por los otomanos en 1565. La Orden contaba con unos 540 caballeros y hombres de armas, dirigidos por el Gran Maestre Jean Parisot de la Vallette, quien contaba también con 1.000 arcabuceros y soldados españoles, así como 3.000 milicianos malteses. Los turcos atacaron con un ejército de entre 30 y 40.000 hombres y más de 200 galeras. Pese a la épica defensa, probablemente se habría tenido que abandonar la isla de no ser por el ‘Gran Rescate’ del 2 de septiembre, efectuado por un ejército español llegado de Sicilia.

Para evitar peligros parecidos, se construyó la impresionante ciudad fortificada de La Valetta, actual capital. La Orden permaneció, aunque el peligro turco fue disminuyendo progresivamente.

En 1798, Napoleón (por entonces el general Bonaparte), durante su marcha a la desafortunada expedición egipcia, ocupó la isla y expulsó a la Orden. La dominación francesa fue fugaz, pues el comportamiento de las tropas con la población resultó tan brutal e inaguantable, que la población se alzó en masa, debiendo los supervivientes de la guarnición francesa refugiarse tras las murallas de la capital.

En 1800 se presentaron los ingleses y tomaron la isla. Reconocieron los derechos de la Orden en el Tratado de Amiens de 1802, pero no la devolvieron; era una pieza codiciada en el sagrado camino a la sagrada India, incluso antes de haberse abierto el canal de Suez. Malta pasó formalmente a ser colonia británica en 1814.

A partir de entonces, tuvo lugar un proceso de britanización por parte de las autoridades, que se acentuó en los años treinta del siglo XX cuando Mussolini, con escaso tacto, proclamó que Malta debía formar parte del ‘Imperio italiano’. Los ingleses prohibieron la lengua italiana.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se produjeron dos imprevisiones mayúsculas, una por cada bando. Es difícil explicarse cómo los británicos  tenían tan desprotegida y desguarnecida una isla de tal importancia estratégica; por otro lado, no es fácil comprender cómo las Fuerzas Armadas italianas ni siquiera intentaron ocupar una isla, por lo demás tan próxima a Sicilia, cuya única protección aérea consistía, en aquel momento, en tres (3) pequeños y obsoletos aviones.

Más tarde, cuando los alemanes intervinieron en la zona mediterránea, machacaron en continuos ataques el puerto, sus defensas y las  fortificaciones, siempre sin que la Armada italiana, tan poderosa sobre el papel, intentara nunca una operación contra una isla cuyo puerto resultó fundamental para el resultado de la campaña del Norte de África.

Las víctimas de los bombardeos no fueron muy numerosas, toda vez que no tenían como objetivo aterrorizar y masacrar la población civil, sino perjudicar lo más posible las instalaciones portuarias. Sin embargo, los malteses sufrieron mucho por la falta de suministros de toda clase. En un momento dado, pareció inminente la rendición de la isla por esta causa, pero, en el último instante, la llegada de un importante convoy, que la Armada italiana desde luego no interceptó, cambió la situación. Acabada la guerra, Jorge VI concedió a la isla la Cruz de San Jorge, que figura en su bandera.

Malta se independizó formalmente en 1964, pero los británicos siguieron manteniendo un control total de puertos, aeropuertos, correos y emisoras de radio y televisión. Por supuesto, según la Constitución de 1964, la Reina, representada por un gobernador general, ocupaba la Jefatura del Estado.

La situación cambió con Dom Mintoff, que saltó bastantes veces a la primera plana de los periódicos en aquellos años. Dirigente del Partido Laborista Maltés, ya había sido primer ministro bajo los ingleses en 1955-1958. Tras la independencia, volvió al cargo en 1971. Se desencadenó contra él una campaña mediática internacional de las que tan bien conocemos a estas alturas, presentándolo algo así como un personaje mezcla de agente del Kremlin y discípulo de Al Gadafi.

En realidad, la cosa no era para tanto. Como se vio, lo que Mintoff quería era sacarse a los ingleses de encima de la grupa. Promovió la transformación del Dominio en República (aunque manteniéndola dentro de la Commonwealth), y, como continuó ganando sucesivas elecciones, no paró hasta conseguir la marcha del último militar británico el 31 de marzo de 1979, todavía celebrado en Malta como ‘Día de la Libertad’. Mintoff presentó su dimisión en 1984.

La adhesión a la UE tuvo lugar en 2004; la entrada en la zona Schengen, en 2007; el ingreso en la zona euro, en 2008.

Los principales partidos son: el Partido Nacionalista, demócrata cristiano, integrado en el Partido Popular Europeo, y el Partido  Laborista, socialdemócrata y miembro del Partido Socialista Europeo. El Partido Nacionalista es el actualmente gobernante.

El archipiélago lo componen las islas habitadas de Malta, Gozo y Comino (situada ésta entre las otras dos, en realidad sin más población que un hotel). En sus costas hay gran cantidad de bahías que proveen de buenos puertos.

El terreno se caracteriza por bajas colinas; la vegetación es escasa. No hay ríos propiamente dichos ni lagos permanentes, sólo algunos cursos de agua que cuentan con agua dulce durante todo el año. El clima es mediterráneo, con inviernos lluviosos pero poco marcados, y veranos secos y cálidos; de hecho, hay sólo dos estaciones.

Dejando aparte su ya mencionada ubicación estratégica, Malta únicamente produce el 20% de los alimentos que consume, tiene un suministro limitado de agua dulce y no posee fuentes de energía propias. 

La economía depende ante todo de su puerto, es decir, de actividades ligadas al comercio exterior, de algunas manufacturas (especialmente electrónicas y  textiles) y del turismo, formado en su mayoría por turistas británicos playeros y por desembarcos masivos de los cruceros en La Valetta. Quizá le falta mayor calidad en su hostelería y mayor cordialidad en sus habitantes para lograr mejores resultados en este sector.

También se ha especializado en dar acogida al rodaje de producciones cinematográficas de gran presupuesto y a las exportaciones de muchos otros tipos de servicios, como la banca o las finanzas, lo cual todos sabemos lo que quiere decir. Igualmente en la enseñanza del idioma inglés.

De los 414.372 habitantes censados en 2010, la conurbación que tiene como centro la vieja capital de La Valetta absorbe unos 100.000. El país cuenta con la mayor densidad de entre los pertenecientes a la UE.

Los malteses son mayoritariamente católicos, y la influencia de la Iglesia es fuerte. El aborto está prohibido, y el divorcio se aprobó sólo en mayo de 2011 y únicamente con un 52% de los votos.

Las lenguas oficiales son el maltés (un extraño idioma con fuerte proporción de árabe) y el inglés. Ya vimos que el italiano fue suprimido como lengua oficial por los británicos en 1934; sin embargo, desde los años sesenta, en buena parte gracias a la recepción de la televisión italiana, ha reaparecido.


Por lo demás, las fiestas locales y las celebraciones de días de santos y familiares, son similares a las del Sur de Italia.


ORDEN DE MALTA


Tras la expulsión de la Orden por los británicos de la isla de Malta, después de haber tenido varias sedes provisionales, se estableció en Roma en 1834. Su sede central sigue encontrándose en Via Condotti, cerca de la Plaza de España. Ese edificio y el Palacio del Aventino, en maravillosa situación, el cual figura en la actualidad como Embajada cerca de la Santa Sede, tienen condición de extraterritorialidad. En 1961, la Santa Sede aprobó los nuevos Estatutos de la Orden.

Su Constitución establece que es religiosa - laica (tanto por contar con miembros laicos como por no exigir vida en común), soberana, militar, caballeresca, de tradición nobiliaria, con personalidad jurídica, aprobada por la Santa Sede y sujeta al Derecho Internacional. Tiene su propio ordenamiento y expide pasaportes. Sus principios se concretan en sus actividades asistenciales, sanitarias y sociales.

Su posición es sui generis, pues no cuenta con un territorio determinado ni con ciudadanos no institucionales. Además, al mantener un vínculo con la Santa Sede, se mueve tanto en el campo del Derecho Internacional como en el del Derecho Canónico.

La componen más de 13.000 caballeros y damas, y cuenta aproximadamente con 80.000 voluntarios. La rige el Gran  Maestre, auxiliado por varios Consejos. Tiene tratamiento de Alteza Eminentísima, la Iglesia Católica lo considera como uno de sus cardenales y, por tanto, como príncipe de sangre real. Su dignidad de Príncipe del Sacro Imperio Romano es reconocida por Austria e Italia. Gobierna desde via Condotti. Es elegido de por vida entre los Caballeros Profesos por el Consejo Pleno de Estado.

Actúa mediante los siguientes organismos internacionales:
-- Comité Internacional Hospitalario, que ejerce la coordinación a escala mundial.
-- Malteser Internacional, que se ocupa de la ayuda médica y humanitaria.
-- CIOMAL, que tiene por objeto la lucha contra la lepra y contra la marginación de quienes la padecen.

La Orden mantiene relaciones diplomáticas con 104 países en los cinco continentes (ver mapa adjunto). Con España se establecieron relaciones en 1937, y se elevaron al rango de embajada en 1972. La Santa Sede se reserva la atribución de ciertos cargos y la efectiva entrada en funciones de los Grandes Maestres.

La Asamblea General de la ONU resolvió, el 24 de agosto de 1994, invitar a la Orden a sus sesiones y trabajos en calidad de observador. Tiene asimismo representantes en muchas organizaciones internacionales (OMS, FAO, Cruz Roja, UNESCO, etc.).

La Orden procedió el 15 de noviembre de 1966 a la primera emisión y venta de sellos, que, a partir de entonces, viene efectuándose cada año de forma periódica y regular, como  demostración de soberanía.

Paralelamente, a fin de dotar a sus sellos de validez internacional, la Orden viene firmando, a partir de 1977, acuerdos postales con diversos países, garantizándose de esta forma la validez de sus emisiones, al menos con los países signatarios.

Cerca de 2.000 envíos se producen anualmente desde el Palacio Magistral en Via Condotti. No falta cada año la emisión dedicada a San Juan Bautista, Patrono de la Orden,  ni la de Navidad. Antes se emitían en ‘granas’, una antigua moneda; desde 2005, en euros.

Para ser miembro de la UPU se precisaría firmar acuerdos postales con 108 países, casi el doble de las 56 convenciones hasta ahora firmadas.