ISLAS CAIMANES Mar Caribe
Las islas Caimanes (Cayman islands) son una
colonia británica (Territorio de Ultramar se les llama ahora) situada en el Mar
Caribe, a unos 290 Km al Noroeste de Jamaica, entre Cuba y Honduras. Es uno de
los 16 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización
de la ONU, cuyo fin es eliminar el colonialismo.
Tienen una extensión total de 260 Km2 y una
población de 53.737 habitantes.
Fueron descubiertas por Colón durante su
cuarto y último viaje, pero quien primero atracó en ellas y las bautizó fue
Francis Drake (¡quién mejor que él!). Fueron ocupadas por Inglaterra en 1660, y
gobernadas conjuntamente con Jamaica hasta 1962, cuando ésta alcanzó la
independencia y las Caimanes fueron convertidas en ‘Territorio Autónomo’ separado.
En 1788, diez barcos que regresaban a Gran
Bretaña naufragaron cerca del archipiélago, y sus tripulantes fueron socorridos
por los nativos; por esta acción, el rey Jorge III eximió a la colonia del pago
de tributos, situación que se mantiene hasta hoy.
El Gobernador está flanqueado
por una asamblea de 15 miembros, pero tiene poderes para ejercer la autoridad
plena si lo desea, pudiendo anular cualquier norma votada por la asamblea
antedicha.
El archipiélago está compuesto por tres
islas, siendo Gran Caimán la más extensa y poblada. En ella se encuentra la
capital, George Town. El clima es tropical marítimo, sin estación seca, y las
temperaturas muy constantes en torno a los 27º.
Las islas tienen casi tantos negocios
registrados como habitantes. Su población representa una mezcla de más de cien
nacionalidades. Alrededor del 60% son de raza mixta, un 20% de ascendencia
europea y otro 20% africana.
Es el más conocido de los ‘paraísos
fiscales’, y el 5º centro financiero internacional. De los 279 bancos
existentes, 19 tienen licencia para
realizar actividades con clientes residentes en las Caimanes; los 260 restantes
tienen limitada su actividad interna, y están autorizados para operar sobre una
base internacional.
Su actividad se define como ‘la banca, la formación de
fondos de cobertura e inversión, la financiación estructurada y la
bursatilización. El plato más cuidado del menú parece ser lo relacionado con
fondos de cobertura.
Con estas explicaciones, ¿quién puede hablar
de opacidad? Pues, al parecer, el presidente de los EEUU Obama, quien, el 4 de
mayo de 2009, declaró sus intenciones de frenar el uso de los paraísos fiscales
por parte de las corporaciones multinacionales, señalando expresamente, entre
tales paraísos, al que nos ocupa. Como era de esperar, al día siguiente se
publicó una carta abierta de la Asociación de Servicios Fiscales de los
aludidos, defendiendo el rol de las islas en las finanzas internacionales.
Partiendo del hecho de que tales paraísos
resultan turbios para las personas de recto sentir, no puede sino resultar
llamativo que la mayoría de ellos estén acogidos al pabellón británico, bien
directamente, bien de forma indirecta, a través de fórmulas que, como el
‘Dominio’, ocultan a menudo, sobre todo en el Caribe, situaciones de
independencia meramente formal.
Personas suspicaces podrían obtener la
impresión, sin duda aventurada, de que constituyen la adaptación al capitalismo
de los tiempos actuales de viejas formas de actividad económica, remuneradoras
pero éticamente cuestionables, por las que la nación británica ha experimentado
una atracción, al parecer incontenible, por lo menos desde comienzos de la
llamada Edad Moderna.
Volviendo a nuestras islas, otra actividad es
la matriculación de buques extranjeros bajo pabellón de los llamados ‘de
conveniencia’, incluyéndose barcos de 11 países, con Grecia netamente en cabeza
de los mismos.
Otra fuente de ingresos, importante, pero
alejada de las anteriores, es el turismo, orientado hacia viajeros de altos
ingresos, especialmente norteamericanos. Como cabía suponer, las comunicaciones
son buenas: hay un aeropuerto para cada una de las islas.
No existen los impuestos directos. El
gobierno recibe la mayor parte de sus ingresos de los indirectos: un arancel
general del 20% sobre productos importados, con algunos exentos y otros con
tipo especial (por ejemplo, hasta un 40% para modelos caros de automóvil). Las
instituciones financieras que operan en las islas pagan una tarifa plana de
concesión de licencias. Los alojamientos turísticos pagan el 10%, existiendo
una pequeña cuota de entrada por cada turista.
Hay una polémica, con repercusión en la prensa, en relación con los trabajadores extranjeros, muy numerosos en el territorio. Por supuesto, todos necesitan un contrato de trabajo previo y anterior a su llegada, pero, a menos que sean considerados ‘empleados clave’, sólo podrán residir y trabajar por un periodo de 7 años, no renovable. Especialmente los bufetes de abogados han protestado por las molestias que tal normativa les causa.
Hay una polémica, con repercusión en la prensa, en relación con los trabajadores extranjeros, muy numerosos en el territorio. Por supuesto, todos necesitan un contrato de trabajo previo y anterior a su llegada, pero, a menos que sean considerados ‘empleados clave’, sólo podrán residir y trabajar por un periodo de 7 años, no renovable. Especialmente los bufetes de abogados han protestado por las molestias que tal normativa les causa.
Los empleados por el
gobierno no están exentos, y el gobernador ha decidido usar sus poderes
para determinar qué empleados extranjeros serán despedidos a los 7 años y
cuáles no. En defensa de estas normas, se aduce que son necesarias para
proteger la cultura y el patrimonio local, evitando su deterioro por un gran
número de extranjeros que obtuvieran la residencia y la ciudadanía.
CABO VERDE África Occidental
Capital: Praia
Forma de gobierno: República parlamentaria
Independencia (de Portugal): 5 de julio de
1975
Superficie: 4.033 Km2 (175º)
Población: 531.046 hab (172º) Densidad: 132
hab/Km
PIB/cápita: 4.100 $ (165º)
Miembro de: UA
La República de Cabo Verde está situada en el
Océano Atlántico, en el archipiélago volcánico del mismo nombre, frente a las
costas de Senegal. Constituye la parte más meridional (estando al sur de las Canarias,
Madeira y las Azores) de la llamada Macaronesia.
País pobre en recursos naturales, tendente a
la aridez y con poca tierra cultivable, ha ganado sin embargo, después de una
serie de aventuras, la buena reputación de conseguir estabilidad política y
económica.
Las islas fueron descubiertas en el siglo XV
por los portugueses, que las encontraron deshabitadas y cubiertas por una
densa vegetación tropical.
En 1462
desembarcaron los primeros colonos y fundaron la ciudad europea más antigua del
trópico, la actual Cidade Velha. El clima seco no resultó favorable para la
caña de azúcar, pero el desarrollo del tráfico de esclavos le dio prosperidad
en el siglo XVI, al tratarse de un punto de enlace clave para la trata.
El asalto reiterado de piratas ingleses,
neerlandeses y franceses obligó a trasladar colonos agricultores del Alentejo,
para dar estabilidad a la posesión del archipiélago. Sin embargo, la
colonización agrícola no fue afortunada, pues se acabó con el suelo fértil en
un proceso de desertización que inició las sequías periódicas, las cuales
continúan en el presente. La contracción de la actividad agrícola, centrada en
el algodón, dio a su vez lugar a la emigración.
Al abolirse la trata de esclavos, falló
también este recurso, quedando las islas prácticamente sin ingresos. La
prosperidad fue decayendo a lo largo de todo el siglo XIX y principios del XX. En 1951, la colonia pasó a ser ‘provincia de
ultramar’ (aparece la denominación 'República Portuguesa'), de acuerdo con un plan, que se aplicó en todas las colonias
portuguesas, y que estaba condenado al fracaso, tendente a frenar el proceso de
descolonización.
No era un lugar adecuado para guerrillas, pero en 1956 se creó el Partido Africano para la independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), con militantes de ambos lados. En 1961 comenzó la guerrilla en el continente, donde lucharon también centenares de caboverdianos.
No era un lugar adecuado para guerrillas, pero en 1956 se creó el Partido Africano para la independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), con militantes de ambos lados. En 1961 comenzó la guerrilla en el continente, donde lucharon también centenares de caboverdianos.
En 1975,
caído el régimen colonial el año anterior, se proclamó la independencia. Un
mismo partido, el PAIGC, pasó a gobernar en los dos países, y todo hacía pensar
que se llegaría a una Federación de ambos.
Se implantó un régimen autoritario y
socializante de partido único, que impuso la plantación obligatoria de árboles
con métodos dignos de la China del momento, estableció la reforma agraria,
dando prioridad absoluta a los cultivos de subsistencia frente a los de
exportación y promovió la pesca.
Cabo Verde apoyó al ultraizquierdista MPLA en
la guerra civil de Angola, permitiendo el puente aéreo de aviones cubanos con
base en el archipiélago.
En 1982, fueron definitivamente archivados
los planes de federación con Guinea – Bissau.
En 1984, la sequía llevó casi a una situación
de hambruna. Fue entonces cuando se comenzó a dar prioridad al sector privado y
a combatir la desertización, creando un sistema organizado de conservación y
distribución de aguas pluviales. Se logró que la producción agropecuaria
abasteciera casi totalmente a la población de carne y hortalizas, sin recurrir
a la importación.
En 1991 tuvieron lugar las primeras
elecciones libres, comenzando la transición a una economía de mercado con privatizaciones
en empresas de seguros, pesca y bancos. Dos años más tarde empezó la reducción
a la mitad de 12.000 funcionarios públicos, al tiempo que se liberalizaban
gradualmente los precios. Se consiguió ayuda exterior para diversos fines,
sobre todo para continuar privatizando el sector público.
A pesar de que continuaron las sequías
(llegando algún año a echar a perder el 80% de la cosecha de cereales), hoy
Cabo Verde disfruta de una renta per cápita superior a la de muchos países del
continente africano, y ha establecido lazos económicos más estrechos con EEUU,
Portugal y, en general, la Unión Europea. En los últimos años, el crecimiento
ha llegado al 6%, y ha construido tres aeropuertos y un considerable
kilometraje de carreteras.
El archipiélago está formado por 10 islas
principales; en la de Sal se halla el principal aeropuerto. Otras islas
importantes son Santiago (con la capital, Praia) y Mindelo. Las islas son de
origen volcánico, y en la de Fogo existe un volcán activo. La mayor parte son montañas escarpadas, cubiertas de
cenizas y con escasa vegetación. El clima es seco y caluroso, con temperaturas
medias de 20º/25º.
La economía sufre de unos recursos naturales
pobres: suelos poco fértiles y escasez de agua, con largos ciclos de sequía.
Sólo en 4 islas es viable la agricultura durante todo el año. Las remesas de los emigrantes son un recurso
que cuenta, pero mayor importancia tiene el turismo, que se ha procurado
fomentar.
Sin embargo, Cabo Verde no ha llegado a convertirse más que en un centro turístico de segunda categoría, quizá por su escasez de atracciones histórico- artísticas y la monotonía de sus paisajes volcánicos. Casi todos los visitantes son enviados a las islas de Sal, Santiago y São Vicente, en las que se concentran los hoteles.
Sin embargo, Cabo Verde no ha llegado a convertirse más que en un centro turístico de segunda categoría, quizá por su escasez de atracciones histórico- artísticas y la monotonía de sus paisajes volcánicos. Casi todos los visitantes son enviados a las islas de Sal, Santiago y São Vicente, en las que se concentran los hoteles.
Existe la preocupación de que la afluencia de
turistas amenace la rica vida marina; en efecto, es un lugar importante de
desove para tortugas y existen ballenas en sus aguas.
La población se compone de un 71% de mulatos,
un 28% de africanos y un 1% de europeos.
El idioma oficial es el portugués, aunque la
lengua popular es un criollo, aparte de que cada isla cuenta con su modalidad
dialectal. El promedio hijos/mujer es 2,39. El 84,3% de la población está
alfabetizada.
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