domingo, 31 de marzo de 2013

KOSOVO. DODECANESO. KASTELORIZO



KOSOVO      Europa balcánica

Territorio en disputa ubicado en la Península Balcánica, al SE de Europa. Tiene una superficie de 10.822 Km2, está habitado por cerca de 1,8 millones de habitantes y su capital es Pristina.

Su status es motivo de controversia. Serbia lo considera como una provincia autónoma dentro de su propio territorio (provincia de Kosovo y Metohija), en conformidad con su propia Constitución y con la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU; pero desde 1999 se le ha impedido ejercer su soberanía y mantener su administración.

Por su parte, el gobierno provisional de Kosovo, en cuyo territorio la etnia albanesa tiene predominio numérico, declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008, con el apoyo de EE.UU. y de la mayoría de países de la UE.

Actualmente es reconocido como Estado por 98 de los 193 miembros de la ONU. Aparte de Serbia, tampoco Rusia, China, España, Argentina, México y otros países han procedido al reconocimiento. El ingreso en la ONU del territorio como nación, sin consentimiento de Serbia, no es posible, pues el veto ruso está anunciado.

Hagamos primero un resumen de cómo se ha llegado a tan peliaguda situación. Histórica y culturalmente, Kosovo es una prolongación de Albania; distinguir a un albanés de un albanokosovar es tan difícil como diferenciar a un huevo de otro. Los serbios consideran a Kosovo como lugar de nacimiento, en la Edad Media, de su nación, pero, después de la invasión turca en la segunda mitad del siglo XV, fue una de las zonas de los Balcanes en que la conversión al Islam fue mayoritaria, quedando los cristianos ortodoxos en clara minoría.


Siglos después, al hundirse el dominio turco, ya residual, en la Primera Guerra Balcánica de 1912, lo lógico hubiera sido que ambas zonas (la actual Albania y el actual Kosovo) hubieran constituido un estado, y a los albaneses de entonces ya se les ocurrió la idea. Sin embargo, el apetito territorial de Serbia, vencedora en las dos Guerras Balcánicas, hizo que Kosovo quedara integrado en ella.

Las relaciones fueron malas ya en aquella época. Dejando aparte como dudosas las acusaciones en 1921 ante la Sociedad de Naciones de asesinatos masivos de albanokosovares, lo cierto es que por entonces muchos miles de ellos abandonaron el territorio.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de Kosovo quedó incorporada a la Albania en ese momento italiana, como se ve en el mapa adjunto. Pero, al final de la guerra, se restablecieron las antiguas fronteras.

En la Yugoslavia socialista de Tito, la situación pareció mejorar. Se creó primero el ‘Área autónoma de Kosovo y Metohija’, y después, en 1974, la Provincia Autónoma de Kosovo. Esa autonomía permitió aplicar un plan de estudios en idioma albanés y el gobierno local pasó a manos de la comunidad albanokosovar.

Tras la muerte de Tito en 1980, las tensiones empezaron a aumentar gradualmente. Hacia mediados de la década de los 80, en la República de Serbia, todavía integrante de Yugoslavia, predominó una política rígidamente nacionalista dirigida por el líder Slobodan Milosevich, que en 1989 revocó la autonomía y propició el traslado de 80.000 personas a otros territorios, al tiempo que favorecía la colonización serbia.

La situación llegó a un punto de ruptura. Los albanokosovares crearon instituciones gubernamentales paralelas, no reconocidas internacionalmente, y fundaron el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK). Los enfrentamientos entre esas guerrillas y el ejército yugoslavo comenzaron a llamar la atención de la opinión mundial desde 1998.

Las noticias sobre asesinatos masivos de albaneses influyeron en las potencias occidentales para intervenir directamente so pretexto de evitar la ‘limpieza étnica’. Posteriormente aparecieron informes de que los datos sobre el número de víctimas habían sido manipulados con el objetivo de precipitar la intervención de la OTAN, lo cual sería confirmado después por uno de los promotores de la campaña, el fundador de la ONG ‘Médicos sin Fronteras’.

Durante la guerra, Robin Cook, ministro británico a la sazón de Asuntos Exteriores, llegó a afirmar que la cifra de víctimas alcanzaba  las 300.000, aunque, tras meses de trabajos, los equipos del Tribunal Penal para la ex - Yugoslavia sólo podrían contabilizar 2.018 cuerpos exhumados. Las agencias de prensa no dejaban de hablar sobre fosas con cadáveres de albanokosovares, pero callaron cuando empezaron a encontrarse otras con otros cadáveres.

Aunque los motivos del enfrentamiento estaban claros, comenzó a quedar patente que algo raro y turbio se estaba mezclando en la cuestión.

Entre el 24 de marzo y el 10 de julio de 1999, la OTAN (léase los EE.UU.) bombardeó diversos objetivos en Serbia (principalmente en Belgrado, la capital), causando miles de muertos y gravísimos daños en las infraestructuras.

Las fuerzas serbias respondieron con ataques contra el UCK, generando un enorme éxodo de albanokosovares que llegaron a poner en peligro la estabilidad de la vecina República de Macedonia, a la que la ONU hubo de enviar fuerzas de protección.



Al final, ante los bombardeos continuados, las tropas serbias tuvieron que retirarse de Kosovo. El territorio se mantuvo de iure como parte de la todavía llamada Yugoslavia, pero pasó a ser administrado por la MINUK, misión de las Naciones Unidas, mientras que la seguridad en la zona era encomendada a la fuerza internacional KFOR.


Pese a ello, se llevaron a cabo actos de venganza por parte de albaneses contra la comunidad serbia, lo que provocó un nuevo éxodo de entre 65.000 y 250.000 refugiados, dependiendo de las fuentes. Otros grupos de serbios formaron enclaves en algunas zonas.

En 2001, la MINUK decidió entregar parte del gobierno a la comunidad albanokosovar, que formó ‘Instituciones Provisionales de Autogobierno’, celebrándose incluso elecciones a fines del mismo año.

Los representantes de Yugoslavia (desde 2002, Serbia – Montenegro; desde 2006, Serbia a secas) sostenían que, según la Resolución 1244, Kosovo debía seguir siendo parte integrante del país, con el grado de autonomía que se pactase tras negociaciones. Los líderes kosovares afirmaban que la única solución era la independencia.

En enero de 2007, el finlandés Martti Ahtisaari, enviado especial del Secretario General de la ONU (a la sazón ni más ni menos que Kofi Annan), hizo una propuesta que claramente prefiguraba la independencia, contemplando incluso la pertenencia a organizaciones internacionales y la adopción de símbolos nacionales; después, por iniciativa de no se sabe bien quién, recibió el Premio Nobel de la Paz precisamente por su labor en Kosovo.

En diciembre, la UE decidió el envío de la llamada EULEX, para que las misiones de la ONU pasaran a manos europeas.

Con antecedentes tan numerosos cuanto sospechosos, no es de extrañar que, el 17 de febrero de 2008, el ‘Parlamento’ de Kosovo proclamara unilateralmente la independencia. El Tribunal Internacional de Justicia de la ONU se zafó de la cuestión manifestando que el Derecho Internacional no se ocupaba de las declaraciones unilaterales de independencia.

Diversos historiadores sostienen que la guerra de Kosovo y su derivación posterior formó parte de una campaña orquestada por los EE.UU. con el objeto de aumentar su control sobre los Balcanes; para ello, las cifras de muertos habrían sido deliberadamente aumentadas y efectivos especiales norteamericanos habrían colaborado, adiestrándola, con la guerrilla del UCK.

Otro tanto cabría decir del rápido y jubiloso reconocimiento de la independencia tal como fue proclamada, habida cuenta de que tales actos unilaterales suelen ser vistos con la máxima prevención, como demuestran los ejemplos de Biafra, Katanga, Molucas del Sur, Abjazia, Osetia del Sur y un largo etcétera.

Por todo ello, autores como el profesor James Patras sostienen que ese reconocimiento responde a los intereses de las multinacionales americanas y las alianzas militares, poniendo en duda que su intervención en el conflicto se deba a razones humanitarias.

Uno de los hechos más cuestionados ha sido la creación de Camp Bondsteel, la mayor instalación militar de EE.UU. fuera de su territorio. Se puede ver en la foto adjunta. Con una extensión de 3,86 Km2, cuenta con 52 helipuertos y unos 7.000 soldados de guarnición; hay terreno para la construcción de un campo de aterrizaje.

Recorrida por 25 Km de carreteras, alberga más de 300 edificios. Se encuentra ubicada en una zona de elevado interés estratégico, cercana al Oriente Próximo, al Cáucaso y a Rusia, y permite el control de oleoductos vitales, como el Trans- Balcanes, donde multinacionales americanas tienen destacada presencia.

En torno a este recoleto lugar se extiende el autodenominado ‘Estado de Kosovo’. Más que de un estado, se puede hablar de una parodia de estado, y además inquietante. Es uno de los territorios más pobres de Europa, con un PIB/cápita estimado  en 1.500 € en 2006. Las remesas de los emigrados y la ayuda extranjera representan una parte muy importante de su economía. El sector industrial es muy débil, y el suministro de energía eléctrica, poco fiable. Las tasas de desempleo oscilan entre el 40% y el 50%.

Carece de moneda propia. El marco alemán fue sustituido en 2002 por el euro. Hay una notable economía sumergida, asociada sobre todo al contrabando  de gasolina, cigarrillos y cemento. En julio de 2010, la EULEX procedió a la detención del Gobernador del Banco Central, acusado de corrupción, evasión fiscal y blanqueo de dinero. Algunos medios van más allá, llegando a calificar a Kosovo como un narco-estado.

La corrupción y las bandas de delincuencia organizada son motivos de preocupación internacional. Se puede preguntar a los griegos, que de albaneses y sobre todo de albanokosovares entienden mucho. Se han permitido incluso, recientemente, asaltar una prisión griega con lanzagranadas, liberando a algunos de sus colegas que allí se encontraban.

Todo lo antedicho no obsta para que el Parlamento Europeo los haya acogido en su seno, así como, por intercesión de EE.UU., el FMI y el Banco Mundial. Ahora rondan el Consejo de Europa, celoso guardián, según se supone, de los derechos humanos.

Los serbios residuales se encuentran en el Norte y en algunos enclaves del Sur, teniendo como órgano político, fiel a Serbia, la Asamblea Comunitaria de Kosovo y Metohija, con representantes de 26 municipios y sede en Mitrovica; ha celebrado elecciones por su cuenta. Ver zonas de color rosa en mapa adjunto.

Naturalmente, están protegidos por fuerzas de la EULEX, aunque incidentes recientes han hecho poner en duda la neutralidad de las mismas.

El 19 de abril de 2013, representantes de Serbia y Kosovo han llegado a un acuerdo, apoyado por la UE, para normalizar las relaciones en algunos puntos. Los serbios del norte tendrán su propia policía y su tribunal de apelación. Ambas partes acuerdan también no bloquear los esfuerzos de la otra para acceder a la condición de miembro de la UE.



DODECANESO       Mediterráneo oriental


Es uno de los archipiélagos del Egeo, situado ante la costa SO de Turquía. Su capital es, y siempre fue, la ciudad de Rodas, en la isla homónima. Lo forman un total de 163 islas e islotes, estando habitadas 26 de aquéllas.

En la Edad Media el archipiélago fue sede durante siglos de los Caballeros de Rodas (Caballeros de san Juan de Jerusalén, una vez expulsados de Tierra Santa). Fortificaron las islas haciéndolas largo tiempo inexpugnables para los turcos. En el siglo XVI, tras incesantes ataques, se negoció  la salida de los caballeros, que se convirtieron en la Orden de Malta (ver entrada correspondiente).

En 1912, durante la guerra italoturca, Italia ocupó las islas, y obtuvo, en la paz de Lausana de ese mismo año, la posesión temporal de las mismas, que pronto se convirtió en definitiva. Adquirieron el carácter de colonia en 1914. En 1926 se les dio la denominación oficial de ‘Islas italianas del Egeo’.

En la época fascista, Mussolini les prestó particular atención, al considerarlas como una avanzadilla de la civilización ‘romana’ hacia el Este; se fomentó la colonización por italianos y se construyeron numerosos e interesantes edificios públicos de art-deco.

En el censo de 1936, el último antes de la pérdida del archipiélago por Italia, la población total era de 129.135 habitantes, de ellos 7.015 italianos.

De 1912 a 1916 se emitieron sellos para las diferentes islas. 

Calimno                                                                            Caso

Cos                                   Karki                                                      Lipso 


Leros                                                          Nisiros

Patmos
 
Piscopi                                          Simi

Scarpanto                                                   Stampalia

Rodas

Más tarde se hicieron emisiones generales para ellas, generalmente a base de sobrecargas.


A raíz del armisticio unilateral italiano de septiembre de 1943, los alemanes ocuparon las islas. De los 1.800 sefardíes que en ellas vivían, sólo regresaron 151, que encontraron sus casas ocupadas por los griegos.

Los alemanes no emitieron sellos de ocupación, pero sí uno especial de franquicia militar, con la sobrecarga ‘Inselpost’ (Correo insular).


De 1945 a 1947 estuvieron bajo administración militar británica. Ese último año, por el Tratado de París, se transfirieron a Grecia, que sigue detentándolas. El idioma italiano no ha desaparecido del todo, al resultar útil para comunicarse con la gran afluencia de turistas procedentes de Italia.


En 1947 se emitieron 9 valores de sellos griegos con sobrecarga cuya transcripción sería S.D.D. (Administración griega del Dodecaneso). Después pasaron a utilizarse las emisiones ordinarias.


KASTELORIZO       Mediterráneo oriental

Es una pequeña isla en aguas del Egeo oriental, situada a apenas 250 m de la costa turca y a 110 Km al E de Rodas. Mide 3 Km de largo y 6 de ancho.

Al no formar parte del Dodecaneso, no pasó a Italia en 1912, sino que continuó bajo soberanía turca.

Entre el 14 de diciembre de 1915 y el 21 de agosto de 1920, la isla es ocupada por Francia, que instala en ella una base naval, bombardeada regularmente por los turcos.


La sobrecarga O.N.F. corresponde a 'Ocupación Naval Francesa'.
Para comprender la situación, adviértase que, ante la desmembración de Anatolia planeada por los Aliados, Francia proyectaba quedarse con la vecina Cilicia, ampliando hacia el N su tajada siria, y la base de Kastelorizo era útil para flanquear y apoyar tal expansión.

Sin embargo, cuando las tropas de Mustafá Kemal avanzaron triunfantes hacia el S, Francia se lo pensó mejor y evacuó Cilicia. La base de Kastelorizo, ya sin objeto, fue cedida en 1920 a Italia, que la añadió a su colonia del Dodecaneso, llamándola Castelrosso. En los sellos se distingue una primera fase de ocupación (1922/23).


Y una posterior de colonia propiamente dicha: 1924 en adelante.


Desde mediados de 1944 al 22 de marzo de 1945 fue ocupada por los británicos, siendo entonces entregada a Grecia, de la que es la isla más oriental.

La población permanente se ha reducido por la emigración a 250 personas, pero el turismo aumenta, sobre todo desde que fue elegida para rodar en ella la maravillosa película ‘Mediterráneo’, de Gabriele Salvatore, que obtuvo un Oscar en 1991. Sin embargo, la pequeña localidad que vemos en el film no es la original, sino el resultado de la reconstrucción hecha necesaria por la explosión, durante la ocupación británica, de un depósito de gasolina, que destrozó la mitad de las viviendas.



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