RUMANIA (continuación) Europa Oriental
Capital: Bucarest
Forma de gobierno: República semipresidencial
Independencia (del Imperio Turco): 13 de
julio de 1878
Superficie: 238.391 Km2 (78º)
Población: 19.042.936 (50º) Densidad: 80 hab/Km2
PIB/cápita: 12.580% (70º)
Miembro de: UE, OTAN
Al apoyo moral proporcionado a los rumanos en
los últimos días de diciembre de 1989, se sumó en seguida el apoyo material;
grandes cantidades de alimentos, fármacos, ropa, equipo médico y otros bienes
fueron enviados desde múltiples países. En cualquier caso, hacía falta mucho
optimismo para pensar que aquello que surgía era un régimen democrático,
dejando aparte los consabidos y rápidos cambios de etiqueta.
Ion Iliescu, que había sido en su momento
miembro importante del Partido Comunista Rumano, surgió como líder del FSN,
Frente de Salvación Nacional, la formación política que se encargó del
gobierno. Estaba formado en su mayoría por miembros de segunda fila del PCR,
que fueron copando los principales puestos de poder. Ya quedó dicho, al final
de la entrada anterior, cómo ocuparon su posición para atacar y amordazar a los
miembros de los partidos liberales y demócratas que habían actuado en la
clandestinidad.
Buen ejemplo de aprovechamiento de la situación
con fines personales es la ‘Mineriada’ de enero de 1990, cuando los mineros,
convocados por Iliescu, armados de barras de hierro y acompañados por la
policía, invadieron las calles de Bucarest para arremeter contra los
opositores. No es de extrañar que, en las primeras elecciones presidenciales
celebradas en mayo de 1990 tras haber dejado casi sin espacio mediático a la
oposición, Iliescu resultara elegido con el 85% de los sufragios.
En aquella época, Rumania se enfrentaba a
conflictos interétnicos en Transilvania, el gobierno tuvo choques con la
Iglesia Católica y la Ortodoxa, y la economía sufrió varios retrocesos. La mala
situación económica hizo emigrar a muchas personas, principalmente a Italia y
España, hasta el extremo de provocar un efecto de falta de mano de obra en la
propia Rumania.
Resulta difícil de comprobar la certeza de la
afirmación según la cual los gobernantes aprovecharon la oleada emigratoria
para fomentar la salida de parte de la numerosa minoría gitana, mal integrada
en el país y poco querida por la población.
Iliescu
fue reelegido en 1992 por otro periodo de 4 años. En 1996, el
democristiano Constantinescu resultó electo, y en 2000 los rumanos, con notable
contumacia, volvieron a elegir a Iliescu, que para entonces era ya uno de los
flamantes fundadores del Partido Socialdemócrata.
En 2004, Basescu, de centro – derecha, fue el
nuevo presidente (suspendido por el Parlamento el 20 abril 2007, retomó el
cargo el 23 de mayo). Fue reelegido Presidente en 2009. Rumania se adhirió a la
OTAN y pasó a formar parte de la UE el 1 de enero de 2007.
Hay que tener en cuenta, para entender lo que
sigue que, en el sistema de la Constitución rumana, el poder queda repartido
entre el Presidente y el Jefe de Gobierno, dependiente éste del apoyo con que
cuente en el Parlamento, que es bicameral.
Después de una serie de años de crecimiento,
la economía rumana quedó muy afectada por la crisis global. En 2010 se acudió
en busca de ayuda al FMI, que exigió previamente medidas de austeridad. Puestas
en vigor por el presidente Basescu, determinaron en enero de 2012
manifestaciones importantes y choques con la policía, lo que derribó al
Gobierno.
En mayo de 2012, Víctor Ponta, del USL, grupo
de centro-izquierda, asume el gobierno, enfrentándose con el presidente
Basescu, al que se asocia con las medidas de austeridad. El 6 de julio, el
Parlamento, por iniciativa del nuevo gobierno y por 256 votos de 432, vota
suspender al Presidente para deponerlo por referéndum dentro de 30 días, cosa
que no consiguió.
Esto ocurre en el momento clave de las
conversaciones con el FMI sobre concesión de la ayuda, y mientras el jefe del
gobierno frondista, Ponta, es acusado de haber plagiado más de la mitad de su
tesis doctoral publicada en 2004, acusación que no parece carecer de
fundamento. Por si todo esto fuera poco, la coalición de centro-izquierda ha
depuesto a los presidentes de ambas cámaras, al defensor del pueblo, y amenaza
hacer lo mismo con varios jueces del Tribunal Constitucional.
La UE lanzó un severo aviso al gobierno
rumano recordándole que el Estado de Derecho es el Estado de Derecho, y que no
se puede jugar con determinadas cosas.
A principios de 2014, la situación sigue
resbaladiza. Basescu terminará su segundo y último mandato a finales de este
año. Víctor Ponta continúa en el poder, y la opinión pública sigue estando
dividida.
Rumania, el mayor país de su región, está
dividida en tres zonas: la meseta de Transilvania en el centro; los Cárpatos,
que la rodean y se extienden hacia N y S, y las tierras bajas del E y del O.
El río Danubio forma la mayor parte de la
frontera con Bulgaria, al S, siendo utilizado para el transporte y la
producción de energía hidroeléctrica. Su delta (2.733 Km2) ha sido declarado
por la UNESCO ‘Reserva de la Biosfera’. Hay también numerosos lagos.
El clima oscila entre templado y continental,
según la región, y las precipitaciones entre 1.000 mm en algunas áreas
montañosas y 300 en la costa del Mar Negro. Rumania está dividida en áreas de
montañas, colinas y llanuras de extensión similar; esto se refleja en la
variedad de su fauna y flora. Cuenta con la población de osos mayor de Europa.
Desde 1989, tras varios años de
privatizaciones y descentralizaciones, el gobierno ha pasado a tener una
intervención notablemente menor en la economía.
Es uno de los principales productores y
exportadores de productos agrícolas de Europa, y la agricultura representa el
10% del PIB. Los recursos forestales son abundantes.
Hoy día los yacimientos de gas y petróleo
cubren sólo una parte de las necesidades nacionales, debiéndose importarlos
para cubrir la totalidad, especialmente de Rusia. Se ha impulsado la
construcción de plantas de producción de energía nuclear o hidroeléctrica,
proporcionando entre ambas el 45% de la consumida.
El sector industrial representa el 35% del
PIB, pese a que muchas instalaciones han quedado obsoletas y ha sido preciso
invertir masivamente en modernizaciones. Los servicios suponen el 55% restante,
siendo el turismo el principal contribuyente.
La balanza comercial tiene un déficit
significativo; los principales socios, en importaciones y exportaciones, son
Italia y Alemania. Uno de los puntos flacos son los transportes; debido a la
insuficiencia de la inversión en la mejora y mantenimiento de la
infraestructura, no satisfacen las necesidades actuales de la economía de mercado y presentan un
apreciable retraso respecto a Europa Occidental.
La población está decreciendo al ritmo del
0,12% anual. La mayoría (88,9%) pertenece a la etnia rumana, seguida por una
importante colectividad de húngaros (6,6%), concentrados sobre todo en
Transilvania, y de gitanos (2,5%). El 55,2% de los rumanos vive en las
ciudades, lo que representa una de las proporciones más bajas de Europa.
No hay religión oficial, pero más del 89% de
la población se adscribe a la Iglesia Ortodoxa Rumana. Los católicos, de rito
latino u oriental, representan el 5,6%; los protestantes (luteranos o
calvinistas), el 3,7%.
Al rumano, única lengua oficial, le siguen en
importancia el húngaro y el romaní (lengua ésta de la minoría gitana). El
inglés es el primer idioma extranjero que se estudia en las escuelas, con
aumento de los préstamos al vocabulario rumano.
La cultura es rica y variada,
al tratarse de un punto de encuentro entre la Europa Central, la Europa del Este
y los Balcanes. Durante siglos fue influenciada por eslavos, bizantinos y
turcos; en menor medida, por húngaros y alemanes. En los últimos 250 años fue
fuerte la influencia occidental, particularmente francesa, alemana y húngara.
TRANSILVANIA
La región de Transilvania está lejos de ser
la zona montañosa, cubierta de espesos y sombríos bosques que alguna gente se
imagina. Es en realidad una meseta ondulada y feraz entre 300 y 500 m de
altitud, con campos y huertos por doquier. Está, eso sí, rodeada en forma de
herradura por las estribaciones meridionales de los Cárpatos.
Sin embargo, hoy se suele designar por ese
nombre, no sólo la Transilvania histórica, sino también las regiones que la
rodean al NO, O y SO y que, junto con ella, pasaron al dominio rumano tras la
Primera Guerra Mundial: Maramures, Crisana y el Banato rumano (la parte
meridional de éste se adjudicó y sigue perteneciendo a Serbia).
Produce alrededor del 35% del PIB de Rumania
y tiene una renta 10% más elevada que la media del país. Se cultivan frutas,
cereales, remolacha azucarera, vides y ganadería. También posee minerales.
Su población se compone de un 75% de rumanos,
un 20% de húngaros, un 3,3% de gitanos y sólo un 0,7% de alemanes; esto último
es lo que queda de la abundante población de ‘sajones’ tras las expulsiones de
1945. Sin embargo, la imponente catedral gótica (y luterana) de Brasov sigue
estando atendida por personal germánico.
Tras disfrutar de muy amplia autonomía bajo
los turcos, el Imperio austriaco la anexionó en el Tratado de Karlowitz de1699,
siendo administrada por húngaros, que ya empezaron entonces los intentos de
magiarización.
La represión del movimiento nacionalista
húngaro de 1848 puso fin al proyecto de formar un estado húngaro – transilvano,
pero, al constituirse en 1868 el Imperio Austrohúngaro, Transilvania y las
regiones adyacentes contaron entre las gobernadas por Budapest, con lo que las
tentativas de magiarización continuaron, creando fricciones que no se han
apagado en nuestros días. En 1920, el Tratado de Trianón la adjudicó a Rumania.
Cuenta con importantes centros
histórico-artísticos, como Segisoara, Sibiu y Brasov. Por su parte, la región
de Maramures, poco visitada, es posiblemente la más encantadora del país, por
su arquitectura de madera y la persistencia de formas de vida tradicionales.
En 1919, antes de la anexión formal, el
gobierno rumano emitió sellos provisionales, dos de los cuales se muestran
aquí. Se trata siempre de sellos húngaros con sobrecarga, a menudo poco
visible, en la que se lee ‘Regatul Romaniei’ (Reino de Rumania) y las letras F.
y P.T.T. (correspondientes a Fernando I y a las iniciales de ‘correos,
telégrafos y teléfonos’).
OCUPACIONES MILITARES DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL
Las tres potencias ocupantes emitieron
sellos:
ALEMANIA. Pueden ser para todas las zonas
ocupadas o para aquéllas que lo fueron por el 9º Ejército.
Las iniciales M.V.i.R. corresponden a ‘Militär
Verwaltung in Rumanien’ (Administración militar en Rumania).
AUSTRIA-HUNGRÍA
Se trata de sellos del correo de campaña
austrohúngaro ya impresos con moneda rumana.
BULGARIA
Corresponden a la ofensiva, con la
colaboración de tropas turcas, tendente a ocupar la Dobrudja del Sur.
MOLDAVIA Europa Oriental
Capital: Chisinau
Forma de gobierno: República
Independencia (de la URSS): 27 de agosto de
1991
Superficie: 33.843 Km2 (139º)
Población: 3.563.700 hab (124º) Densidad: 105 hab/Km2
PIB/cápita: 3.174 $ (136º)
Miembro de: CEI
La República de Moldavia es un país con el
nombre cambiado, lo cual no deja de prestarse a confusión. En efecto, Moldavia
fue durante siglos una de las zonas que contribuyeron a crear el estado rumano,
y a él pertenece. La república de que hablamos ahora viene a coincidir, en
términos generales, con lo que siempre se llamó Besarabia.
Besarabia, ya citada en la entrada anterior,
fue incorporada por el Imperio ruso en 1877, recuperada por Rumania en 1920 e
invadida por la URSS en 1940, con anexión definitiva a ésta en 1945. El que
fuera una zona habitada por gentes de lengua y cultura rumana, no pareció
importar mucho.
Los soviéticos, no se sabe por qué, le
amputaron el extremo meridional, para adjudicarlo a Ucrania, con lo que la zona
en cuestión quedó aislada del Mar Negro, pese a la proximidad de éste. Por otro
lado, le agregaron la franja industrializada ucraniana situada al otro lado del
río Dniester, su tradicional frontera oriental (la actual Transnistria). A lo
que resultó de todo este proceso quirúrgico lo llamaron República Socialista
Soviética de Moldavia, y ésta fue la que en 1991, al hundirse la URSS, proclamó
su independencia.
La actual República de Moldavia tiene tres
grandes problemas: el primero, la secesión separatista de Transnistria, de la
que luego hablaremos; el segundo, su pobreza (alrededor del 25% de la población
vive con menos de 2 $ al día); el tercero, la total dependencia de Rusia para
la provisión de gas como fuente de energía. Los rusos ya le cortaron el gas en
2006, y luego han subido el precio varias veces con la amenaza de cortarlo de
nuevo.
En un primer momento, hubo un movimiento de
reunificación con Rumania, pero un referéndum se decantó por la conservación de
la independencia en 1994.
Según la Constitución, no sólo de la mayoría
de la Cámara sale el Gobierno, sino que también es ella quien elige al
Presidente. Es decir, que quien domina la Cámara, con alianzas o sin ella,
domina todos los resortes.
Partiendo de estas bases, la vida política no
ha sido tranquila. Desde 1998, el Partido Comunista suele sacar mayoría, unas
veces absoluta, y forma gobierno, y otras no, y entonces gobierna la coalición
de la oposición (Alianza para la Integración Europea).
Las cosas se complicaron en 2010. El Partido
Comunista obtuvo el 39% de los sufragios; la Alianza para la Integración no
obtuvo de entrada los 61 escaños que necesitaba, pero sí los consiguió, y formó
gobierno, sumando los votos de 3 tránsfugas comunistas. Hubo manifestaciones y
se creó una situación de inestabilidad que aún persiste.
Una curiosa peculiaridad es la autonomía de
Gagauzia, prevista en el texto constitucional. Los gagauzos, en el SO del país,
de lengua y cultura turca, tienen amplias atribuciones en los órdenes
políticos, económicos y culturales.
Sólo el Norte es montañoso, pero las
elevaciones no superan los 430 m. El clima es continental templado.
La agricultura es la actividad predominante.
Hubo un intento de industrialización, pero con resultados no muy brillantes,
por lo que la actividad agraria ha vuelto a ganar peso, aunque la exportación
de vinos ha decaído mucho con respecto al pasado. Aparte de la vid, se cultiva
girasol, tabaco, cereales, frutas y hortalizas, remolacha azucarera y patatas.
La población desciende un 0,12% anual. Son de
etnia rumana el 80%, con un 7% de rusos y otro 7% de ucranianos. Sólo el 41%
vive en las ciudades. Más del 70% se adscribe a la Iglesia Ortodoxa Rumana. A
pesar del intento fallido de algún gobierno de añadir el ruso, el rumano es el
único idioma oficial del Estado.
TRANSNISTRIA Europa oriental
Transnistria es un estado fantasma,
únicamente reconocido por otros tres estados fantasmas, tampoco admitidos en la
comunidad internacional (Abjazia, Osetia del Sur y Nagorno Karabaj); pero
cuenta con cierto poder de perturbación, que puede ir a más, y también, a lo
que parece, con algún poderoso protector.
En el apartado anterior quedaron mencionados
los manejos soviéticos que unieron a Moldavia la franja industrializada de la
orilla izquierda del Dniester. Al iniciarse el proceso de descomposición de la
URSS, los habitantes de esa franja (o una mayoría de ellos) proclamaron ya en
septiembre de 1990 su independencia, por el temor de que Moldavia acordase la
anexión a Rumania, cosa que sabemos no ocurrió.
Se dieron a sí mismos el nombre de ‘República
Moldava Pridnestroviana’, eligieron a Tiráspol (sólo 160.000 habitantes) como
capital y montaron un tinglado con instituciones, bandera, himno nacional y
hasta pasaportes, que no sirven para nada, ya que los habitantes han de
procurarse un pasaporte moldavo para poder salir al extranjero. Todo esto en
medio de una atmósfera de ‘revival’ soviético, con hoz y martillo en escudo y
bandera, desfiles, aclamaciones, estatuaria al uso, retórica y demás
parafernalia. Por supuesto, el gobierno afirma que no es comunista, ya que ha
permitido privatizaciones de empresas, pero el espectáculo obliga a alzar las
cejas.
Como era de esperar, el proceso no fue
pacífico. Fuerzas paramilitares, germen del futuro ejército, se apoderaron de
todas las instituciones moldavas de la zona, iniciándose una lucha que llego a
su ápice en junio de 1992 y que produjo más de 700 muertos.
Se llegó a un alto el fuego, impuesto por las
fuerzas del 14º Ejército ruso, que continuaban en la zona. Desde entonces han
fracasado todas las negociaciones, el intento moldavo de presiones económicas y
la tentativa transnistria en septiembre de 2006, de lograr, previo referéndum,
el reconocimiento internacional del territorio
o, subsidiariamente, la incorporación a Rusia.
Las potencias occidentales no quitan ojo al
lugar, por la existencia en él de importantes depósitos de material militar
ruso, que continúan allí, aparte de las informaciones extendidas de tratarse de
un foco de crimen organizado, corrupción, contrabando y venta ilegal de armas.
La posición de Rusia no puede ser más
ambigua: no se ha atrevido (al menos hasta ahora) a reconocer a la cosa, pero
sigue teniendo tropas (se supone que para custodiar el material ya aludido), da
subvenciones y paga pensiones, y, con indignación de Moldavia, ha llegado a
abrir un consulado en Tiráspol. Incidentalmente, el Presidente fue, desde 1991
a 2011, un antiguo funcionario de la República Soviética moldava.
En 1990, el 40% del PIB de Moldavia y el 90%
de su producción eléctrica estaban en esta zona. Transnistria ha intentado
mantener su papel industrial (industria pesada, producción de electricidad,
textiles), pero su aislamiento, tanto físico como diplomático, la ha
perjudicado mucho: de hecho, el PIB/cápita es muy bajo, de 1.830 $.
Geográficamente es una faja al E del
Dniester, discontinua, pues Moldavia controla algunos núcleos mientras que
otros de la orilla opuesta, para mayor complicación, lo son por Transnistria.
Cuenta, en total, con 4.163 Km2 y 517.800
habitantes. De entre éstos, un 64,2% corresponde a uno u otro grupo eslavo.
Téngase en cuenta que, en la década de los 40, gran cantidad de rusos y
ucranianos fueron instalados en la franja ribereña que se iba a industrializar,
para llenar los huecos de miles de rumano-moldavos deportados a Siberia por la
acusación de colaboracionismo con los alemanes.
Me parece fatal que no se les reconozca su independéncia.
ResponderEliminarMe parece fatal que no se reconozca su inependéncia
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