jueves, 8 de septiembre de 2011

BAHAMAS. BAHRAIN. BANGLADESH.



BAHAMAS      Océano Atlántico


Capital: Nassau
Forma de Gobierno: Monarquía (Dominio)
Independencia (del Reino Unido): 10 – julio - 1973
Superficie: 13.940 Km/2 (155º)
Población: 319.031 hab (178º)     Densidad: 22,9 hab/Km2
PIB/cápita: 31.300 $ (42º)
Miembro de: Commonwealth, OEA

La Mancomunidad de las Bahamas, situada entre el Océano Atlántico y el Mar Caribe, al SE. de Florida y NE. de Cuba, está compuesta por un conjunto de 24 islas habitadas y unas 600 deshabitadas. Su clima está a medias entre el tropical y el subtropical.

Inicialmente se las llamó islas Lucayas. Fue en una de ellas, lógicamente al sur del conjunto, donde desembarcó Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492, pero, pese a existir diversas hipótesis, es imposible saber con certeza cuál era la isla de Guanahaní, tal como la denominaban los indígenas.

Estuvieron bajo soberanía española, pero, a partir del siglo XVII, por su situación y por constituir un laberinto insular, llegaron numerosos piratas y,  tras ellos, como casualmente solía ocurrir, los británicos. Aparece ya un gobernador nombrado por la Graciosa Majestad en 1697, iniciando una serie que se vio interrumpida de 1706 a 1718 por lo que los cronistas británicos denominan ‘gobierno de piratas’, lo que da realmente que pensar.

España traspasó la soberanía en 1783, en el Tratado de Versalles (el mismo en que se reconoció la independencia de los Estados Unidos), a cambio de la devolución de Florida y Menorca.


Colonia británica desde entonces, obtuvo la autonomía en 1955, y se le reconoció la independencia el 10 de julio de 1973, manteniendo como Jefe del Estado a la Soberana del Reino Unido.
Es una de las naciones más desarrolladas del Caribe. Por una parte, ello se debe a la fuerte afluencia turística, principalmente de norteamericanos, la cual aporta algo más del 50% del  PIB; por otra, a ser uno de la cadena de paraísos fiscales, con las actividades ya conocidas y todos bajo el mismo pabellón, que esmaltan el Caribe





El 85% de su población pertenece a la raza negra; el 15%, a la blanca. País muy religioso, con predominio de baptistas y anglicanos; son católicos aproximadamente el 13,5%.


La esperanza de vida es de 71,44 años; la tasa de fertilidad, 1,97 hijos/mujer; la tasa de alfabetización, 95,6%.



BAHRAIN     (Oriente Próximo)


Capital: Manama.
Forma de gobierno: Monarquía constitucional
Independencia (del Reino Unido): 15 agosto 1971
Superficie: 678 Km2 (175º)
Población: 1.281.332  hab.(156º)     Densidad: 1.890 hab/Km2.
PIB/cápita: 28.200 $ (49º)
Miembro de: Liga Árabe


Archipiélago de 33 islas, con sólo dos importantes. Una calzada une la principal, donde se sitúa la capital, a Arabia Saudí.

Fueron ocupadas por los portugueses desde 1507 hasta finales de ese siglo. Pasaron a depender de Persia, y luego se convirtieron en un territorio independiente gobernado por un jeque. Debido a las pretensiones persas de recuperarlas, se sometieron en 1861 a un protectorado británico, como, por lo demás, todos los pequeños territorios de la costa arábiga.

Antes de 1933, utilizó sellos de la India Británica sin sobrecarga. De 1933 a 1960, sellos del Reino Unido sobrecargados. Desde 1960, todavía bajo protectorado británico, se emitieron regularmente sellos específicos con la efigie del jeque, después sultán.

Se encontró petróleo en 1932. Al obtener su independencia del Reino Unido en 1971, no se integró (como tampoco lo hizo Qatar) en los Emiratos Árabes Unidos. La dinastía se mantuvo al frente del Estado, asumiendo el jeque el título de Emir. Se promulgó en 1973 una Constitución, pronto suspendida. 

A raíz de la revolución iraní  y de las protestas interiores, se iniciaron en 1999 una serie de medidas que parecían llevar a una transición democrática. En 2002, el emir se transforma en Rey. La política es prooccidental; tiene acuerdos de cooperación con EEUU, que mantienen allí una base. 

La economía está basada en el petróleo, existiendo también importantes reservas de gas natural. Bahrein se ha transformado en una plaza financiera internacional digna de consideración, pero, pese a todo, la renta media es la más baja de entre los estados petroleros del Golfo.

El 46% de la población es ciudadano con plenos derechos, habiendo un 54% de trabajadores inmigrantes Los musulmanes son un 81,2% (coexisten sunnitas y chiítas, pero con predominio numérico de éstos y político de aquéllos); los cristianos constituyen un 9%. 

Es país tolerante y más liberal que sus vecinos; fue el primer Estado del Golfo que autorizó, estando todavía bajo protectorado, la construcción de un templo católico en 1939, y mantiene relaciones diplomáticas con el Vaticano, aunque no con Israel. Se publican 27 veces más títulos por habitante que en el mundo árabe en general.

La esperanza de vida es de 78,3 años; la fertilidad, 1,83 hijos/mujer, y la alfabetización, 94,6%.

El resumen anterior, optimista para el futuro bahrainita, queda desvirtuado por las violentas protestas que tuvieron lugar a partir del 14 de febrero de 2011. Alcanzaron carácter de levantamiento contra el régimen sunnita de la familia Al-Jalifa por parte de un sector (posiblemente mayoritario) de la población chiíta, que empezó pidiendo un sistema parlamentario, y pasó a reclamar una república, cabe imaginar de qué carácter.

La represión, apoyada por efectivos saudíes, produjo un número indeterminado (e indeterminable) de muertos. Las sospechas de que la república chiíta de Irán estaba detrás, inspirando el alzamiento, parecen fundadas. De momento, el problema de Bahrain parece cerrado, pero está cerrado en falso, y además es susceptible de contagio.

Aunque los sucesos se enmarcan en un proceso general de descontento en países del mundo árabe (iniciado en Túnez), los hechos demuestran que no existe una pauta generalizada, sino que cada levantamiento debe ser analizado caso por caso.

Bahrein, dígase lo que se quiera, no estaba ni está gobernado por un sistema opresor, y su población ni se hallaba en la miseria ni al borde de ella. Lo que tenemos es la oposición entre una minoría sunnita que detenta el poder y una mayoría chiíta, que lo pretende. No es cosa nueva: los enfrentamientos, muy a menudo sangrientos, entre sunnitas y chiítas se remontan a la primerísima etapa del Islam.

Lo que resulta destacable es la proximidad e implicación de dos potencias relativamente importantes, que comparten el rasgo de ser una y otra absolutamente impresentables desde el punto de vista de los derechos humanos: Arabia Saudí, respetada (demasiado respetada) por  Occidente, que apoya al régimen de Bahrain; Irán, detestado y temido por Occidente, que apoya a los rebeldes o, al menos, les sirve de fuerte estímulo, como también ocurre en Líbano y sur de Irak.

Se pueden sacar algunas consecuencias. Los EE.UU., que en esa ocasión asumieron una posición discreta, deberían decidirse a abandonar una política errática (y a menudo contradictoria) con relación a lo que se suele llamar ‘el mundo árabe (y no sólo en el mundo árabe).

Desde el punto de vista de los principios, una cosa es la defensa de los derechos humanos (en los que, además, también cabe el abuso), y otra, muy diferente, la pretensión de imponer a rajatabla, como si se tratase de axiomas matemáticos, un sistema de instituciones pensado en el siglo XVIII en los recién nacidos EE.UU. y en Europa Occidental, a otros entornos muy diferentes en el espacio y en el tiempo, con el riesgo evidente, y comprobado, de crear situaciones peores que la que se pretendía eliminar. Y además: los derechos humanos han de ser protegidos siempre, no sólo cuando interesa protegerlos (porque hay petróleo de por medio, por ejemplo). 

Esto nos lleva a la espinosa cuestión de los intereses, los cuales pueden ser presentables y legítimos, pero también pueden ser absolutamente indecentes, por mucho que se los pretenda tener ocultos (véase el caso de Libia).

Se ha hablado de EE.UU., por haberse erigido este país en una especie de ‘policía del mundo’, pero lo dicho es igualmente aplicable a la Unión Europea, especialmente a algunos de sus miembros más prominentes.



BANGLADESH     (Asia meridional)


Capital: Dacca
Forma de gobierno: Republica parlamentaria
Independencia (de Pakistán): 26 marzo 1971
Superficie: 147.570 Km2 (94º)
Población: 163.654.860 (8º)    Densidad: 1.109 hab/Km2
PIB/cápita: 2.000 (191º)
Miembro de: Commonwealth

Ubicado en el sur de Asia, su territorio se halla rodeado casi por completo por la India, a excepción de una estrecha frontera con Birmania al SE. Junto con la provincia india de Bengala Occidental constituye la región etno-lingüística de Bengala.

Sus fronteras se establecieron con la partición de la India en 1947, pasando a ser la parte oriental del nuevo estado de Pakistán. Sin embargo, separada de la parte oeste por 1.800 Km de territorio indio, la discriminación política y lingüística condujeron a la guerra de independencia y a la separación en 1971.

Después de la independencia, el nuevo Estado sufrió hambrunas, desastres naturales y pobreza generalizada, no menos que agitación política y golpes militares. La restauración de la democracia en 1991 fue seguida por una relativa calma y una lenta mejora.

Su alta tasa de pobreza ha caído en un 20% desde esa década; pero aún se enfrenta con una serie de desafíos importantes, incluyendo el alto nivel de corrupción en la política y en la burocracia, la superpoblación y el peligro creciente de catástrofes generadas por el cambio climático.

El movimiento a favor de la lengua bengalí generó desde 1952 las primeras señales de fricción entre las dos partes del país. La Liga Awami, dirigida por Mujibur Rahman emergió como fuerza política, habiendo ya en 1969 un levantamiento popular sin precedentes, a raíz de su encarcelamiento.

En 1970, tras un fuerte ciclón además, que devastó la costa y mató a más de medio millón de personas, Mujibur Rahman, que había conseguido la mayoría en las elecciones al Parlamento, fue de nuevo arrestado, y el Presidente pakistaní Yahya Jan lanzó un asalto violento contra Pakistán Oriental. 

Las estimaciones de las víctimas oscilan entre 300.000 y 3 millones de muertos; alrededor de un millón de personas se refugiaron en la India.

Esto precipitó la proclamación de independencia del nuevo Bangladesh, que, a lo largo de los nueve meses que duró la contienda, contó con el decidido apoyo de las tropas indias. El 16 de diciembre de 1971 se logró una victoria decisiva, con más de 90.000 prisioneros de guerra enemigos.

En las elecciones de 1973 obtuvo mayoría absoluta la Liga Awami de Mujibur Rahman, que por cierto moriría asesinado en 1975. Los golpes de estado, sangrientos o no, se repitieron hasta 1990.

Desde ese año logró establecerse un sistema de democracia parlamentaria, con dos principales partidos que se sucedieron en el poder: la consabida Liga Awami, laica y de tendencia moderadamente izquierdista, y el Partido Nacionalista, más conservador y ligado a pequeños partidos religiosos. En las últimas elecciones de 2008 obtuvo el poder la Liga Awami.

Bangladesh tiene un parlamento unicameral, con elecciones cada 5 años. Los parlamentarios eligen de entre ellos al Presidente, Jefe de las Fuerzas Armadas, y éste designa al Jefe del Gobierno.

Es interesante desde el punto de vista del Derecho Constitucional, que los poderes del Presidente aumentan durante el mandato de un ‘gobierno de transición’, responsable de la correcta realización de las elecciones y del ordenado traspaso del poder; innovación ensayada en 1991 y elevada a rango constitucional en 1996.

Desde 2007 se procura que el poder judicial sea más fuerte e imparcial; es una asignatura todavía pendiente. La legislación se inspira vagamente en la common law inglesa, pero los asuntos familiares, como el matrimonio o la herencia, se rigen por las leyes religiosas de cada comunidad.

En febrero de 2005, dos organizaciones terroristas de musulmanes radicales realizaron atentados en escala no muy grande. Ambas fueron vetadas, docenas de miembros sospechosos detenidos y los dos respectivos líderes, juzgados y ejecutados. El gobierno de Bangladesh fue felicitado por diversos dirigentes mundiales.

Bangladesh sigue una política exterior moderada. En 1974 se unió a la Commonwealth. Las relaciones con la India, amistosas en un principio, se han deteriorado un tanto, sobre todo por la política  india de grandes construcciones hidráulicas en la zona, que Bangladesh considera susceptibles de provocar un desastre artificial en un país, como es el suyo, tan castigado por los desastres naturales. Tiene relaciones bastante buenas con China (en 2011, las importaciones de China alcanzaron el 18,2%, mientras que las de la India sólo el 13,5%). Por otra parte, es muy dado a participar en las llamadas ‘fuerzas de paz’ de la ONU, lo cual no es nada seguro que pueda ser considerado como un elogio.

El país se ubica en las tierras bajas del delta común de los ríos Ganges y Brahmaputra, siendo muy fértil el suelo aluvial depositado por ambos. Hay otros 58 ríos que cruzan la frontera, haciendo del agua una cuestión complicada en las relaciones con la India.

La mayor parte del territorio nacional se encuentra a menos de 12 metros sobre el nivel del mar, y se teme que el 50% se inundaría si el nivel marino subiera tan sólo un metro. A fines de la década de 1970, se inició, con apoyo neerlandés, un plan para paliar el problema: diques, carreteras, refugios, red de drenaje, etc. Simultáneamente se llevó a cabo una distribución de tierras a los campesinos.

El clima es tropical monzónico, y los desastres naturales se producen casi todos los años. En septiembre de 1998, el país sufrió una de las peores inundaciones de la Historia conocida: al desbordarse los tres principales ríos del país, dos tercios quedaron inundados, con destrucción de más de 300.000 casas y muerte de 1.000 personas y 135.000 cabezas de ganado.

Hablamos de una de las naciones más vulnerables al cambio climático; se prevé que se intensifiquen los peligros ocasionados por el aumento de las lluvias, la elevación del nivel del mar y los ciclones tropicales.

A pesar de los esfuerzos nacionales e internacionales realizados, sigue siendo un país pobre. Se considera que el 31,51% de la población vive bajo el nivel de la pobreza. 

El yute, antaño la principal fuente de ingresos, está en declive desde que los derivados plásticos empezaron a emplearse como sustitutivo. Produce y exporta arroz, té y mostaza.

Aunque 2/3 de la población se dedica a la agricultura, más de 3/4 de los ingresos por exportaciones proceden de la industria textil, que atrae a los inversores extranjeros desde la década de 1980 por la mano de obra barata y los bajos impuestos. Asimismo son importantes las remesas de los emigrantes.

De acuerdo con el Banco Mundial, “entre los obstáculos más importantes de Bangladesh para el crecimiento se encuentran el mal gobierno y la debilidad de las instituciones públicas”. Sin embargo, el mismo Banco Mundial reconoce que, desde 1990, el país ha logrado una tasa de crecimiento anual promedio del 5%. Un importante factor positivo ha sido la propagación generalizada del microcrédito.

Recordemos que es el 8º país del mundo en cuanto a población, ligeramente mayor que la de Rusia, pese a ser ésta 120 veces más extensa. Con muy alta densidad de población, en las décadas de 1960 y 1970, su crecimiento demográfico fue uno de los más elevados del planeta, pero actualmente ha disminuido por la promoción de la planificación familiar. Es una población joven: el 52% tiene entre 0 y 25 años de edad, mientras que sólo el 4,8% rebasa los 65 años.

El grupo étnico mayoritario es el bengalí (98%). Hay 13 grupos tribales en zonas marginales, los cuales han sido a menudo fuente de conflictos. El idioma oficial y más ampliamente utilizado es el bengalí, de origen sánscrito y con alfabeto propio. El inglés se emplea como segunda lengua en las clases media y alta, así como en la educación superior.

La población urbana es únicamente del 28%.  La mayoría de los habitantes viven en comunidades rurales, dedicándose a la agricultura de subsistencia. Abundan los problemas sanitarios, desde contaminación de aguas subterráneas hasta enfermedades como el paludismo y el dengue. La tasa de alfabetización es del 56,8 %, y aumentarla constituye una de las prioridades de los gobiernos.

La religión más difundida, un 89,5%, es el Islam (97% sunnitas); existe una minoría hinduista del 9,6%. Bangladesh es el 4º país con mayor número absoluto de población musulmana, tras Indonesia, Pakistán y la India. El Islam es la religión oficial, pero existe libertad de cultos y no ha habido problemas por ese motivo.

La esperanza de vida es 70,06 años; la fecundidad 2,5 hijos/mujer; la tasa de crecimiento, 1,58%.

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