domingo, 4 de septiembre de 2011

AUSTRIA 3 (1917 - )



AUSTRIA GERMANA


Al producirse en 1918 el desmembramiento del Imperio Austrohúngaro, se creó una Asamblea Nacional Provincial, compuesta por representantes de todas las provincias austriacas. Se agregaron a ella representantes de Bohemia, Moravia y Silesia austriaca, en nombre de las poblaciones germánicas que no querían pasar a formar parte de Checoslovaquia, formada el 28 de octubre de 1918.

Al abdicar el Emperador Carlos I el 11 de noviembre, se proclamó la creación de una República de Austria Germana (Deutschösterreich) como parte de la nueva República de Alemania.

Austria Germana reclamaba, además del territorio de la Austria moderna, la región del Tirol-Sur en Italia, el sur de Carintia y Estiria (en la actual Eslovenia) y los Sudetes de la República Checa. Se procedió a realizar  plebiscitos en todas esas regiones, obteniéndose arrolladores resultados a favor de la unión con Alemania; el 22 de noviembre se reclamaron oficialmente tales regiones.

Lo que ocurrió entonces constituye el ejemplo más clamoroso de la falacia de los vencedores, que, desde hacía tiempo, venían agitando como bandera el  principio de autodeterminación de los pueblos, presentándolo como uno de sus principales objetivos de guerra y la garantía de una futura Europa feliz.

El Tratado de Saint Germain (10 septiembre 1919) cambiaba el nombre da Austria Germana a Austria solamente, prohibiéndose la unificación del país con otro a menos que contara con la aprobación de la recién nacida Sociedad de Naciones, dominada también por los vencedores. Igualmente el Tratado de Versalles prohibía de manera expresa a Alemania la unificación con Austria.




PRIMERA REPÚBLICA

Fue constituida oficialmente en 1920 y duró hasta 1938. Los hechos relatados dieron lugar al auge del regionalismo, la inflación y una cierta desconfianza ante las perspectivas de futuro. La Constitución de 1920 creó un  modelo federal, con dos Cámaras, una de ellas de representación de las provincias.

De 1920 a 1932, el gobierno estuvo dominado por el partido Social-Cristiano, que mantenía vínculos con la Iglesia Católica. Pese a contarse con un sólido partido en el Gobierno, la vida política fue ya entonces convulsa y violenta, con enfrentamientos de fuerzas paramilitares de izquierda y de derecha.

Los socialdemócratas, que quedaron fuera del Gobierno durante toda la década, dominaron sin embargo Viena, desarrollando una política social a base de grandes impuestos.

A principios de los años veinte, hubo varios intentos por parte de distintas provincias de unirse por su cuenta a Alemania, que fracasaron ante la hostilidad francesa. Igualmente, un crédito que fue preciso pedir a la Sociedad de Naciones, se concedió con la condición de que no habría absorción por Alemania.

Después de los graves disturbios y la huelga general de 1927, se introdujeron en 1929 reformas en la Constitución, reforzando el poder del Presidente. La violencia, no obstante, siguió.

En 1934 se llegó a un gobierno autoritario, basado en el partido Frente Patriótico, fundado en 1933 por Dollfuss, partido que se veía amenazado por la izquierda y por el pangermanismo del III Reich. El canciller Dollfuss moriría asesinado en julio de 1934 en un intento de golpe de estado ejecutado por simpatizantes nacionalsocialistas, que no consiguieron el apoyo del Ejército.


En ese momento, fue decisiva la intervención de Mussolini, que, situando tanques en el paso del Brenner, impidió toda veleidad alemana de intervención. Téngase en cuenta que, en ese momento, ni existía todavía nada parecido al Eje ni había surgido la fuerte hostilidad entre Italia y Gran Bretaña a que dio lugar la guerra de Abisinia.

El canciller Schussnigg, sucesor de Dollfuss, prosiguió la misma política autoritaria de éste, con el apoyo tácito de políticos socialistas y católicos. La actividad subversiva y violenta de los nacionalsocialistas austriacos, que habían conseguido captar gran número de simpatizantes entre la juventud, y que, naturalmente, contaban con el apoyo y ayuda de Alemania, fue en aumento. 
En ese contexto de perturbación, el canciller Schussnigg fue convocado por Hitler a una reunión en Berchtesgaden el 12 de febrero de1938. 

La reunión fue tempestuosa. Hitler exigía amnistía para los nacionalsocialistas austriacos, colaboración entre la Wehrmacht y el Ejército de Austria e inclusión de ésta en el área aduanera alemana.

De vuelta a Viena, Schussnigg aceptó nombrar Jefe de Policía al jefe de los nacionalsocialistas austriacos, Seyss-Inquart, en un último intento de mantener la independencia del país. Mientras, en su discurso del 3 de marzo, Hitler se refirió a los austriacos como ‘diez millones de alemanes que viven fuera de nuestras fronteras’.


ANSCHLUSS

Presionado por la situación, Schussnigg anunció un referéndum para el 13 de marzo con objeto de determinar la independencia o la unión con Alemania. De acuerdo con el Presidente Miklas, fijó los 25 años como edad mínima para votar, tratando de evitar la participación masiva de jóvenes, desempleados o no, que constituían una importante reserva para la opción nacionalsocialista.

Cuando esto fue conocido por Hitler, éste se puso furioso y ordenó una campaña de subversión antes de la fecha del referéndum. Schussnigg buscó apoyo en Gran Bretaña y Francia, pero ninguno de ambos países mostró intención de intervenir.

El presidente Miklas recibe un ultimátum del propio Hitler a las 12.00 horas del 11 de marzo, pero se niega a dejar sin efecto el referéndum. A las 17.00 horas, un nuevo mensaje exige el nombramiento de Seyss-Inquart como canciller. A las 20.00 horas, las calles están llenas de banderas con svásticas y la violencia se desata. Schussnigg dimite y se va al exilio.

Mussolini, ahora amigo del Führer, anuncia a las 21.00 horas que no piensa intervenir. Hitler le hace saber que ‘le guardará gratitud eterna por ello’.

Transcurrida la noche sin recibirse noticias del reclamado nombramiento de Seyss-Inquart como nuevo canciller, Hitler ordena a la Wehrmacht proceder a la ocupación de Austria a las 22.00  horas del 11 de marzo. El 12 de marzo, las tropas, tras cruzar la frontera, ocupan sin resistencia y en pocos días toda Austria, hallando un recibimiento efusivo de la población que les sorprendió, tanto en las localidades pequeñas como en las ciudades más grandes. El martes 15 de marzo de 1938, Hitler llega a Viena y declara la anexión (Anschluss) de Austria ante 250.000 simpatizantes.

Austria se convirtió en la provincia de Ostmark (Marca Oriental), recogiendo así su primitiva denominación medieval. Se realizó un plebiscito el 10 de abril, obteniendo la unión con Alemania el 99,73% de los votos. Los aliados de la Primera Guerra Mundial sólo presentaron protestas diplomáticas.

La anexión de Austria no podía faltar en el amplio programa pangermanista de Hitler, peo el estudioso objetivo e imparcial está condenado a quedar para siempre sin saber de cierto si la voluntad austriaca de unirse a Alemania, evidentísima en 1919, seguía siendo mayoritaria en 1938.

Es cierto que la actuación nacionalsocialista en Austria, de 1934 a 1938, se desarrolló bajo el signo de la violencia, que el Führer se negó a someter su proyecto a un referéndum como el  inicialmente propuesto, y que el realizado bajo sus auspicios el 15 de abril, si bien no fue manipulado en sus resultados, sí lo fue en el proceso de realización, llevada a cabo bajo clara presión psicológica.

Por otra parte, no sólo las tropas, sino también los jerarcas del III Reich quedaron sorprendidos ante lo multitudinario y caluroso de las bienvenidas que recibieron. La proporción de ciudadanos con carnet del Partido Nacionalsocialista fue mayor en Austria que en la misma Alemania. No hubo sabotajes, guerrillas ni perturbaciones, como sí los hubo en Polonia y, bien que únicamente en una fase final, en Checoslovaquia.


OCUPACIÓN ALIADA

Ya en 1943, las cuatro potencias aliadas habían decidido formalmente considerar a Austria como ‘la primera víctima del nazismo’. Quizá se debió a eso el hecho de que la ocupación aliada fuera mucho más suave que en Alemania; aunque también es verdad que, desde el punto de vista estratégico, Austria resultaba mucho menos importante para unos y otros.
Los primeros en ocupar Viena en 1945 (13 de abril) fueron los soviéticos, por la misma estupidez de algunas personalidades norteamericanas que ya quedó comentada en la entrada ‘Alemania’.


Apareció entonces el socialista Karl Renner, que, con apoyo de la URSS, formó un gobierno de coalición (socialistas, socialcristianos y comunistas), el cual proclamó la independencia (27 de abril) y declaró nulas todas las medidas de la administración alemana desde 1938.

Occidentales
Cuando al fin llegaron las potencias occidentales, consideraron a Renner y a su Gobierno con desconfianza (motivos tenían), pero, cuando se convencieron de que no era un títere soviético más, lo reconocieron.
 
Soviéticos
El país quedó sometido sin embargo a las potencias vencedoras, que se adjudicaron las zonas de ocupación correspondientes. Viena, como Berlín, fue dividida en sectores (con la diferencia, meramente anecdótica, de que la zona central era un sector conjunto patrullado, también conjuntamente, por tropas de los cuatro ocupantes).

El nuevo Gobierno convocó elecciones generales en noviembre del mismo año, siendo elegido  Presidente Renner.

Ya desde esa fecha comenzaron a emitirse sellos con la leyenda “Republik Österreich”.

Socialistas y populistas llegaron a un acuerdo, que se mantuvo muchos años, por el cual sería socialista el Presidente y populista el Canciller. Se restableció la Constitución de 1929, y Austria recibió ayuda del Plan Marshall desde 1948.

En enero de 1954, se decidió acabar con la ocupación, firmándose el Tratado de Paz en el palacio del Belvedere de Viena el 15 de mayo de 1955. De acuerdo con el tratado, Austria sería  ‘un Estado soberano, independiente y democrático’, pero con la limitación de que se convertía en ‘país neutral’ y se le prohibían los tratados militares; también se le prohibió la unión con Alemania y la restauración de los Habsburgo (¿?). Se garantizaron los derechos de las minorías eslavas.

El Tratado entró en vigor el 27 de julio, y el 25 de octubre las últimas tropas extranjeras abandonaron el país.


SEGUNDA REPÚBLICA

Capital: Viena
Forma de gobierno: República federal parlamentaria
Superficie: 83.871 Km2 (112º)
Población: 8.221.646 (94º)      Densidad: 98 hab/Km2
PIB/cápita: 42.500 (19º)
Miembro de: UE

Es un estado de Europa Central sin salida al mar. Tiene un clima predominantemente alpino; sólo el 32% del territorio se halla por debajo de los 500 m., alcanzando su cima más alta los 3.798 m.

Austria es una democracia representativa, compuesta por 9 estados. Ha sido miembro de la ONU desde 1955, y de la UE desde 1995. Adoptó el euro como moneda en 1999.



El poder ejecutivo es ejercido por el Presidente, elegido por sufragio universal cada seis años, y por el Consejo de Ministros, que dirige un Canciller, designado por el Presidente, según las mayorías parlamentarias, para un periodo no superior a cuatro años. 

El Consejo de Ministros es responsable ante el Parlamento, que ejerce el poder legislativo y está compuesto por dos Cámaras, en una de las cuales, el Bundesrat, los miembros son elegidos por los Consejos de los estados.

Los principales partidos, no muy diferenciados en el número de votos, son el Popular y el Socialdemócrata. En los últimos años, ha ganado  terreno el ‘Partido para la Libertad’ (FPÖ), euroescéptico, nacionalista y conservador (17% de votos), lo que ha producido alarmas entre quienes, en el interior y en el exterior, lo consideran demasiado de ‘extrema derecha’, según la terminogía al uso.

Austria define su política exterior como de ‘neutralidad participativa’, pudiéndose destacar el fomento de relaciones diplomáticas con el mundo árabe y la cooperación con EEUU en la lucha contra el terrorismo. No admite bases extranjeras en su territorio.

No se excluye la cooperación con el Consejo de Seguridad de la ONU. Ese proceso de adecuación de la política exterior (de ‘neutralidad’ a ‘neutralidad participativa’) se ha enfrentado a serias reticencias en el interior.

Es sede de la OPEP, gracias a las facilidades que otorgó el gobierno austriaco. La ONU tiene una sede accesoria en Viena, albergando varias Agencias y Organizaciones internacionales, como la de Energía Atómica y la OSCE.

Hasta la década de 1980, hubo numerosas nacionalizaciones, pero hoy se contrarresta esa tendencia, como en otras economías europeas,  mediante privatizaciones. El turismo constituye  una parte importante de los ingresos nacionales.

Con una economía de mercado bien desarrollada, una fuerza laboral preparada y un alto nivel de vida, está estrechamente ligada a las economías de la UE, principalmente a la alemana. Cuenta con un amplio sector de servicios, una industria sólida y un sector agrícola pequeño, pero altamente moderno y próspero.

La crisis económica de 2008 produjo una recesión apreciable, pero breve. El PIB disminuyó 3,8% en 2009, pero creció un 2% en 2010 y un 2,7% en 2011. 

El desempleo no subió tanto como en otros países europeos, por la planificación del gobierno tendente a que las empresas establecieran sistemas de horario reducido con el fin de mantener a los empleados.

En 2012, la tasa de desempleo era del 4,39%, la más baja de la UE. Los bancos sufrieron graves pérdidas, lo que precisó ayudas del gobierno, y algunos hubieron de ser nacionalizados, con el fin de obtener una situación de estabilidad.

En 2011 el gobierno intentó una reforma constitucional que limitara la deuda pública al 60% del PIB para el 2020, pero no obtuvo mayoría y la pasó como simple ley. En 2012 el parlamento ha aprobado un plan de austeridad consistente en una combinación de cortes en el gasto y nuevos impuestos, con lo que se espera estabilizar las finanzas públicas para 2016.


La población urbana representa el 68%. La de la capital alcanza los 2,2 millones contando los suburbios, lo que representa alrededor de un 25% de la nacional. Las demás ciudades no llegan al millón (Graz, la segunda, 250.009 habitantes).

Los germanófonos suman en torno al 90%. Los estados de Carintia y Estiria cuentan con una importante minoría de habla eslovena, unos 14.000 miembros según el Censo. Al este, en el Burgenland (en su día parte húngara del Imperio Austrohúngaro), cerca de 20.000 ciudadanos hablan húngaro, y 30.000, croata. Ha habido roces, sobre todo en Carintia, con la población no germanófona por motivos lingüísticos.

Hay grupos numerosos de extranjeros viviendo en Austria; por ejemplo, 240.863 procedentes de territorios de la antigua Yugoslavia, y 123.417 turcos. A partir de 2006, algunos estados exigen pruebas para los aspirantes a nuevos ciudadanos, con el fin de asegurarse de su nivel idiomático, conocimientos culturales y, en definitiva, capacidad de adaptación a la sociedad austriaca.

Los católicos son el 73,6%; los protestantes, el 4,7%; los musulmanes, el 4,2%. El crecimiento es de un 0,026%, correspondiendo a una tasa de nacimientos de 1,42 hijos/mujer. La esperanza de vida es de 79,91 años y la tasa de alfabetización, el 98%.

La calidad de vida es excepcional y la población cuenta con servicios sociales de primera clase. El sistema de seguridad social es amplio, obligatorio y financiado a través de impuestos.



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