jueves, 25 de abril de 2013

CHEQUIA. ESLOVAQUIA.



CHEQUIA      Europa Central

Bohemia

El antecedente de la actual República Checa sería Bohemia, topónimo antiguo no ligado a la lengua checa. En checo, Bohemia se dice precisamente Cechy.

Los eslavos llegaron allí entre los siglos V y VIII, el cristianismo fue introducido en el IX y la primera dinastía bohemia, la de los Premyslidas, se hizo con el poder en el X.

En 950 reconoció la supremacía alemana y se convirtió en parte del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1212, por medio de la Bula de Oro, el emperador Federico II Hohenstaufen crea el Reino de Bohemia, contándose sus monarcas entre los Príncipes Electores del Sacro Imperio. Desde 1310 hasta 1437, fue gobernada por la Casa de Luxemburgo.

Es en esta fase  cuando se produjo la prolongada rebelión husita, que dio lugar incluso a la convocatoria de dos Cruzadas. Juan Hus, cuyas ideas se parecían mucho a las posteriores de Lutero, fue condenado a muerte como heresiarca por el Concilio reunido en Constanza en 1415 y pereció en la hoguera.

La rebelión estalló, y la subsiguiente guerra fue larga y dura. Previa a su terminación fue la división de los husitas entre utraquistas (moderados) y taboritas (radicales), cuya obstinada resistencia en la ciudad de Tabor iba unida a propuestas de revolución social. La alianza entre la jerarquía católica y los utraquistas  hizo posible la paz en 1436, lo que permitió al emperador Segismundo ser reconocido como rey de todos los bohemios.

La mayoría de las cuestiones implicadas en la lucha quedaron sin solucionar, pero, en todo caso, el movimiento husita estimuló los sentimientos nacionalistas de los bohemios, como se vio luego en el siglo XVII.

Entre 1471 y 1526, Bohemia fue gobernada por los reyes húngaros. La derrota y muerte del último de ellos, Luis II, en la decisiva batalla de Mohacs en 1526, frente a los turcos de Solimán el Magnífico, hizo que los derechos pasaran por vía de matrimonio a Fernando I de Habsburgo, hermano y sucesor en su momento de Carlos V.

Así nació la vinculación de Bohemia con la Casa de Habsburgo y el Imperio austriaco, lo que favoreció la interrelación entre las culturas germánica y eslava. Praga se convirtió en una ciudad brillante, de destacada importancia política y cultural. Cabe recordar al emperador Rodolfo II, sobrino de Felipe II de España. Rodolfo, accedió al Imperio en 1572 y residió en el Castillo de Praga, donde instaló su corte, de 1583 a 1612.

De personalidad cultivada y excéntrica, apasionado por la alquimia, le interesaban también la astrología, la magia y los artilugios mecánicos, especialmente autómatas. Coleccionó de todo, hasta gigantes y enanos, y en su época Praga albergó a casi todos los destacados alquimistas del momento.

Este esplendor tuvo una pausa en 1618 y años subsiguientes, con la rebelión de los protestantes (muchos de ellos utraquistas reconvertidos) que oponían un candidato luterano al Habsburgo católico. La Defenestración de Praga supuso el comienzo de la Guerra de los Treinta Años, pero la victoria imperial de la Montaña Blanca en 1620, alejó los escenarios bélicos hacia otras zonas europeas, y los jesuitas se pudieron emplear a fondo en la recatolización de Bohemia.

En el siglo XIX, realizadas ya reformas ilustradas por José II entre 1765 y 1790, Praga, a orillas del Moldava, es la tercera ciudad del Imperio. Mozart  ya la había elegido para estrenar allí su ‘Don Juan’. Ahora, embellecida con todavía más edificios magníficos, fue un centro cultural con músicos tan importantes como Dvorák y Smetana, y escritores como Jan Neruda, Franz Kafka (que por cierto escribió toda su obra en alemán) y, en época más próxima a nosotros, Milos Kundera.

Constituyó también un centro de especial importancia para la cultura judía, como acredita el llamado Museo Judío, que en realidad es un complejo de edificios y lugares. 

Sin embargo, ya en 1848 hubo una rebelión nacionalista, que fue sofocada. Después formó parte de la mitad ‘austriaca’ del Imperio Austrohúngaro, y, más tarde, las circunstancias de la Primera Guerra Mundial y el desmembramiento del Imperio, la llevaron a constituir la parte principal, en 1918, del nuevo estado que recibió el nombre de Checoslovaquia, como ya hemos visto en la entrada anterior.


Protectorado de Bohemia y Moravia


En 1939 las cosas habían cambiado mucho para Checoslovaquia. Hitler, no contento con la anexión de los Sudetes, decidió proceder a la disolución del país checoslovaco, apoyándose en la Dieta eslovaca, que el 14 de marzo había decidido el nacimiento del estado de Eslovaquia. Para más detalles, volvemos a remitirnos a la entrada anterior.

El 15 de marzo de 1939, desde el Castillo de Praga, el Führer proclamó la creación del Protectorado de Bohemia y Moravia. Eslovaquia quedaría como un estado satélite.

El Protectorado fue colocado bajo la supervisión de von Neurath. El territorio de los Sudetes siguió por supuesto formando parte de Alemania, mientras que los alemanes étnicos del resto se convirtieron en un grupo privilegiado (aunque no ciudadanos del Reich) y se les confiaron los cargos administrativos importantes. 

Los partidos fueron prohibidos y los dirigentes comunistas escaparon a la URSS. Los judíos perdieron su condición de ciudadanos, situados legalmente en un estrato inferior. La Gestapo asumió el papel de policía.

De hecho se entró en una pendiente que desembocaría en la Segunda Guerra Mundial.

En septiembre de 1941, considerándose que la política de von Neurath era torpe y vacilante, se nombró Protector a Reinhald Heydrich, dirigente de prestigio y hasta entonces mano derecha de Himmler. Heydrich no era ningún ángel, pero sí inteligente y eficiente. Una vez diezmada la resistencia y aumentada la producción de material militar, aplicó una política de ‘palo y zanahoria’ que dio buenos resultados, creando un ejemplo a seguir en otros territorios ocupados.

El ex – presidente checo Benes, exiliado en Inglaterra, aceptó un plan de Churchill para desestabilizar la situación del Protectorado, ya que la hábil política de Heydrich había llevado a que la población aceptara de buen grado las condiciones de vida excepcionalmente favorables de que disfrutaban, a cambio de una producción militar satisfactoria.

Así se montó en Londres la designada como ‘Operación Antropoide’, que comenzó la noche del 28 de diciembre de 1941 con la llegada de dos comandos checos, lanzados en paracaídas, los sargentos Kubis y Gabcik, que contactaron con la Resistencia checa. Tras observar los hábitos de desplazamiento del objetivo, la fecha fue fijada para la mañana del 27 de marzo de 1942. La foto que se acompaña es la última tomada a Heydrich muy poco antes del atentado.

El coche no llevaba escolta, pues el Protector consideraba imposible que nadie se atreviera a atentar contra él. Sin entrar en detalles innecesarios, diremos que una granada estalló junto a Heydrich, hiriéndole la espalda las esquirlas. Los guerrilleros huyeron con la impresión de haber fallado.

El obstinado Heydrich no fue tratado a tiempo, por insistir en ser atendido por médicos de confianza. El retraso dio lugar a que las esquirlas y restos de crines del asiento acabaran por producir una septicemia que le causó la muerte al cabo de ocho días, el 4 de junio. Es un caso de atentado con resultado a plazo, como los del rey Gustavo III de Suecia, el presidente americano Garfield o el general Prim en España.

El 16 de junio, por delación de uno de los implicados, la cripta de la iglesia donde se ocultaba el comando fue asaltada; seis se suicidaron y el séptimo murió desangrado. Paradójicamente, murieron todos sin tener noticia del éxito final de su empresa.

Los alemanes cayeron en la trampa que Churchill y Benes les habían tendido, pues llevaron a cabo la represalia correspondiente: fueron muertos indiscriminadamente por las SS 348 habitantes del pueblo de Lidice, destacado como uno de los puntos de apoyo de la Resistencia. El resultado final fue la muerte de unas 1.300 personas, entre partisanos, altos dirigentes checos y víctimas circunstanciales.

Aunque en el territorio no se produjo un movimiento de guerrillas similar al polaco o al yugoslavo, el ambiente ya no volvió a ser el mismo.

El Protectorado de Bohemia y Moravia cayó con el III Reich.
Como se observará en los ejemplos, tanto los billetes como los sellos del Protectorado eran bilingües, provistos con leyendas en checo y alemán.


Al acabar la guerra en 1945, se restablecieron las antiguas fronteras (excepto Rutenia, anexionada por la URSS), de forma que Bohemia y Moravia pasaron a integrarse en el nuevo estado checoslovaco, el cual, desde 1948 a 1990, vivió bajo régimen comunista. En 1992, por iniciativa en principio eslovaca, los dos Parlamentos Federales votaron la separación, naciendo dos nuevos estados.


CHEQUIA


Capital: Praga
Forma de gobierno: República parlamentaria
Fecha de independencia: 1 de enero de 1993
Superficie: 78.866 Km2 (114º)
Población: 10.162.921 hab (86º)     Densidad: 123 hab/Km2
PIB/cápita: 27.200 $ (55º)
Miembro de: UE, OTAN, OSCE, OCDE

Chequia, también llamada con frecuencia ‘República Checa’, comprende las dos antiguas regiones de Bohemia y Moravia, incluyendo los Sudetes. Se unió a la OTAN en 1999, y a la UE en 2004. No forma parte de la Eurozona. 

El interior de Bohemia está formado por planicies y mesetas ligeramente onduladas, mientras que, a lo largo de la frontera, con excepción del SE, se alzan cadenas montañosas cuya mayor altura es 1,602 m. Está drenada por el Elba y su afluente el Moldava. Moravia, al E, con colinas abundantes, tiene como principal río al Morava. 

El clima es templado, con veranos frescos e inviernos fríos, húmedos y lluviosos.

El país tiene una posición estratégica; la llamada ‘Puerta de Moravia’ es el corredor que tradicionalmente ha comunicado la gran llanura centroeuropea con la zona danubiana.

La Constitución es de 1 de enero de 1993, enmendada varias veces; es importante la enmienda de 2012, que prevé la elección del Presidente por voto popular y no por el Parlamento; sólo se permiten dos mandatos consecutivos de 5 años. El Parlamento es bicameral.

El primer Presidente fue Vaclav Hável, que ya había desempeñado un papel primordial en la eliminación del viejo orden comunista. Havel vio desaparecer el fantasma de la antigua influencia militar soviética cuando se garantizó al país que sería miembro de pleno derecho de la OTAN.

Dejó el puesto por razones de salud con Chequia ya en el umbral de la UE. Murió en 2011. Su viejo rival y sucesor en la presidencia, Vaclav Klaus, asumió el acceso a la Unión Europea, pese a sus fuertes reservas sobre la conveniencia de ingresar en ella.

En las últimas elecciones parlamentarias, celebradas en 2010, ganó una coalición de centro-derecha.

La República nunca se fijó una fecha para la adopción del euro, y la crisis de la Eurozona iniciada en 2009 hizo poco para animar a los checos a la adopción de la moneda única.

Aparte de su desarrollada economía industrial, Chequia atrae gran cantidad de turistas para visitar bastantes de los más bellos edificios de Europa, del Gótico al Modernismo pasando naturalmente por el Barroco.

Chequia cuenta con una estable economía de mercado estrechamente ligada a la UE. Mientras el conservador sistema bancario se ha mantenido firme, la producción abierta y orientada hacia la exportación resulta sensible a los cambios de la situación de los mercados de los países clientes, especialmente Alemania.

Cuando diversas naciones de Europa Occidental entraron en recesión a finales de 2008, la demanda de mercancías checas se hundió. Hubo una recuperación entre 2009 y 2011, seguida de una nueva recesión del -1% al bajar de nuevo la demanda exterior.

La industria del automóvil sigue siendo la mayor, y, sumada a la producción de accesorios, supone casi el 24% de las exportaciones: más de 1 millón de coches en 2010, el 60% exportados. La industria produce además maquinaria y otros productos metalúrgicos, vidrio y armamento. 

La agricultura (trigo, patatas, remolacha azucarera) es poco significativa para el mercado exterior.

Cuenta con depósitos carboníferos, empleados en la producción del 60% de la electricidad. Obtiene un 20,9% de la nuclear, 5,7% de la hidroeléctrica y 7,1% de otras fuentes renovables. Así y todo, debe importar. Produce algo de petróleo y gas, pero las reservas no son abundantes.

Problemas a tener en cuenta son el rápido envejecimiento de la población, la difícil sostenibilidad de los sistemas de pensiones y salud pública y la necesidad de diversificación, tendiendo a una economía más basada en los servicios y en la alta tecnología.

La tasa de desempleo es del 8,6%, y la inflación ha subido del 1,9% en 2011 al 3,3% en 2012.

Los grupos étnicos principales son un 63,7% de checos, un 4,9% de moravos y un 1,4% de eslovacos. Es idioma oficial el checo, hablado por el 95,4 de la población.
Respecto a la religión, el 62,2% se consideran agnósticos o ateos, el 34% católicos, el 2% protestantes, y el 1% de religión husita checoslovaca (escisión de la Iglesia Católica producida en 1920, y que, aunque con carácter muy minoritario, cuenta con una de las más bellas iglesias de Praga). La comunidad judía, antaño numerosa, supone hoy el 0,8%.

La tasa de crecimiento es muy baja: - 0,134%. Piénsese que los checos entre 0 y 14 años son el 13,4%; los de 65 y más, el 17,6%. La tasa de fertilidad es de 1,29 hijos/mujer; la esperanza de vida, de 77,38 años.

Digamos, como final, que Chequia es el país del mundo con mayor consumo medio de cerveza por habitante: 157 litros al año. Acude a la mente como referencia el nombre de Pilsen (Plzen), pero en cambio se olvida la calidad de los vinos producidos en Moravia, con sus pendientes soleadas orientadas al Sur.


ESLOVAQUIA


Capital: Bratislava
Forma de gobierno: República parlamentaria
Fecha de independencia: 1 de enero de 1993
Superficie: 49,035 Km2 (130º)
Población: 5.486.339 hab (113º)     Densidad: 112 hab/Km2
PIB/cápita: 24.300 $ (63º)
Miembro de: UE, OTAN, OSCE, OCDE 

En Eslovaquia no es tan fácil hacer un resumen de antecedentes históricos como lo es en Chequia. Los eslavos se instalaron en la zona en el siglo V. A partir de 833 formó, junto con Moravia, el núcleo de la denominada ‘Gran Moravia’, a donde llegó, en 863, la misión evangelizadora y cultural de los Santos Cirilo y Metodio.

Pero la Gran Moravia duró poco. Desde el siglo X se mezclan los asentamientos eslovacos con aquéllos de los recién llegados húngaros, y esta compleja yuxtaposición va a ser hasta nuestros días uno de los caracteres determinantes de lo que hoy llamamos Eslovaquia.

La población fue devastada y se contrajo por la invasión mongola de 1241 y la hambruna que la siguió, y la composición étnica se volvió más diversa por la llegada de alemanes, válacos y judíos.

A raíz de la expansión otomana del XVI se acentuó la confusión entre el territorio eslovaco y lo poco que quedó del casi totalmente destruido Reino de Hungría. Recuérdese que, hasta 1848, la capital de Hungría estuvo en Bratislava, y sólo entonces se trasladó a Budapest.

Rechazados los turcos desde finales del XVII, Eslovaquia, como Hungría, quedó integrada en el Imperio de los Habsburgo. Al remodelarse éste como Imperio Austrohúngaro, el territorio que nos ocupa fue administrado por el gobierno de Budapest, que inició una concienzuda campaña de magiarización.

La misma tuvo resultados en cierto modo contradictorios. Por una parte, el deseo de quitarse de encima a los húngaros fomentó el impulso nacionalista de separarse del Imperio; por otra, cuando éste cayó y desapareció en 1918, los eslovacos no se sintieron muy felices de verse unidos con los checos (y en cierto modo dominados por ellos) en la nueva Checoslovaquia. Ya en 1920 surgió un Partido Autonomista eslovaco.

El problema fue a más, y cuando en 1939 Hitler decidió liquidar Checoslovaquia, la Dieta eslovaca (ya para entonces habían conseguido una Asamblea) proclamó la independencia el 14 de marzo.

Se dice que lo que surgió allí fue un estado satélite del III Reich, pero esto exige una matización: el estado satélite fue lo que quedó tras la mutilación que sufrió Eslovaquia, a saber, cesión a Hungría de 11.882 Km2, y además Rutenia; cesión a Polonia del territorio de Teschen (906 Km2).


La primera República eslovaca (1939 – 1945)


El primer estado eslovaco está muy vinculado a la curiosa figura de Jozef Tiso, nacido en 1887 y Presidente de Eslovaquia de 1939 a 1945. Sacerdote católico que nunca dejó de ejercer como tal, con una brillante carrera eclesiástica, había sido uno de los líderes del Partido Popular Eslovaco, fundado en 1913 por otro sacerdote, Andrej Hlinka, cuando Austria-Hungría todavía dominaba Eslovaquia. 

Llegado a la Presidencia, supo de alguna forma considerar compaginables sus sinceras convicciones religiosas con una desmedida admiración por el III Reich, cuyos ideales no se puede decir que se identificaran con aquéllas, salvo en el deseo de acabar con el comunismo.

Tiso siguió las directrices de Hitler, a quien admiraba, y Eslovaquia colaboró plenamente con la política alemana, incluso en el resbaladizo aspecto de la deportación de la población judía. En su honor hay que decir, al menos, que parece estaba sinceramente convencido de que los deportados lo eran para trabajar, no para acabar en las cámaras de gas.

Así y todo, la intervención del Vaticano hizo que, pese a las protestas alemanas, cesara esa colaboración en junio de 1942, pero el 75% habían partido ya para Polonia. Desde entonces  hasta bien entrado 1944, Eslovaquia sirvió incluso de asilo a los judíos huidos de territorios ocupados vecinos.

Cuando en octubre de 1944 el ejército soviético alcanzó la frontera, se produjo un levantamiento de las pocas divisiones que componían el ejército eslovaco. Las tropas alemanas la sofocaron, y Hitler decidió ocupar el país, dejando permanecer a Tiso como una figura meramente honorífica.

El gobierno de Benes promovió la condena a muerte en abril de 1947, y denegó las peticiones de indulto pese a la popularidad de Tiso entre los eslovacos. Fue ejecutado el 18 de abril, y el gobierno checoslovaco enterró su cuerpo en un lugar secreto, para evitar que la tumba se convirtiera en un centro de peregrinación.

Por lo demás, en 1945 se restablecieron las antiguas fronteras checoslovacas, salvo la obligada cesión de Rutenia a la URSS. Nos remitimos a la entrada anterior en cuanto a detalles sobre cómo, entre 1990 y 1992, el autonomismo eslovaco derivó hacia el independentismo, hasta llegar al acuerdo de 25 de noviembre de 1992, que entró en vigor el 1 de enero de 1993, fecha en que comenzó a existir la nueva República eslovaca.


La segunda República Eslovaca


Aunque al principio luchó para demostrar que era una democracia independiente, al cumplirse el 20º aniversario de su nacimiento se considera que ha sido uno de los éxitos de Europa.

Los cinco primeros años tras la independencia estuvieron marcados por unas relaciones frígidas con los EE.UU. y los dirigentes de la UE y la OTAN, empeñados en dudar de las credenciales democráticas de los dirigentes eslovacos. Hubo críticas internacionales por la pretendida falta de respeto a los derechos de las minorías y por lo que se juzgaba talante demasiado autoritario del Presidente Vladimir Meclar. La deuda pública creció, y los inversores extranjeros prescindieron del país.

Diferentes gobiernos de coalición siguieron políticas a las que se acusó de nacionalistas y ‘populistas’. Los dirigentes occidentales se estremecieron de entusiasmo al fin, en 1998, cuando se produjo una alianza de liberales, centristas, izquierdistas y étnicos húngaros que dio lugar a una nueva coalición con Mikulas Dzurinda como primer ministro.

El nuevo gobierno cambió de dirección, llevó a cabo un programa de reformas económicas bendecido por una avalancha de inversores extranjeros; trató también de mejorar las relaciones con las minorías; siendo la más importante la húngara (casi un 10% de la población), ello contribuyó a disminuir las tensiones con Hungría.

El gobierno de Dzurinda presenció la entrada en la UE y en la OTAN en 2004 (el ingreso en la Eurozona no se produciría hasta 2009), pero las medidas de austeridad que introdujo lo volvió impopular, y en 2006 fue sustituido por una coalición de centro-izquierda presidida por el socialdemócrata Robert Fico. La controversia en torno al trato a la minoría húngara (¡siempre lo mismo!) lo hizo perder en 2010, pero ganó de nuevo en 2012

La Constitución es de 1 de enero de 1993, enmendada varias veces. La enmienda de 1998 permite elegir directamente al Presidente. El Parlamento es unicameral.

Geográficamente es un país con el norte y el centro montañosos (altura máxima 2.655 m), apareciendo tierras llanas en el sur. El clima es similar al reseñado al tratar de Chequia. Tiene carbón y lignito como recursos naturales, pero sólo un 28,36% de tierra arable. 

Tras el relativo estancamiento de los años 90, reformas en el sistema fiscal, la sanidad, pensiones  y bienestar social ayudaron a consolidar el presupuesto. Las privatizaciones están casi completadas, el sector bancario casi totalmente en manos extranjeras, y el gobierno ha ayudado a facilitar con políticas favorables una gran expansión de la inversión exterior. 


El crecimiento excedió las expectativas en 2001-2008. Las inversiones exteriores, especialmente en los sectores electrónico y del automóvil, alimentaron gran parte de ese crecimiento. 

Fuerza de trabajo barata y bien preparada, impuestos bajos, exención fiscal para los dividendos, leyes laborales relativamente liberales y una ubicación geográfica favorable han sido las ventajas ofrecidas. Dicho en términos más claros: plantas de producción de automóviles de Alemania, Francia o España cierran y se trasladan allí en busca de costes inferiores.

La economía se contrajo en 2009, por la reducción de la demanda de los productos exportados, se recuperó en 2010-2011 y ha vuelto a bajar a un 2,6% en 2012 por las causas indicadas antes.

Los eslovacos constituyen el 85,8% de la población; los húngaros, el 9,7%. La población gitana, mal considerada en general, es numerosa, pero hay discrepancias: 2% según las propias organizaciones étnicas, 5,6% según los datos de las autoridades municipales. De una población de judíos estimada en 120.000 antes de 1939, alrededor de 2.300 permanecen en el país.


El idioma oficial es el eslovaco, muy próximo al checo, pero el húngaro  es ampliamente utilizado en el sur y disfruta de un status cooficial en algunas zonas. En cuanto a la religión, son católicos el 73%, protestantes el 10,8%, agnósticos el 13%.  El crecimiento vegetativo es de un 0,104%, correspondiendo a una tasa de fertilidad  de 1,39 hijos/mujer. La esperanza de vida es 76,03 años.

Eslovaquia no posee la riqueza de Chequia en conjuntos y monumentos histórico-artísticos, pero cuenta con características que la hacen atractiva desde el punto de vista del turismo. Aproximadamente el 40 está cubierto de bosques, dotados de una rica fauna: osos, lobos, linces, zorros, castores, además de gamuzas y marmotas alpinas. Al ser una de las pocas zonas cuyo medio ambiente no fue dañado en la época comunista, existe un alto número de parques nacionales y otras áreas protegidas.

Una de las principales atracciones son los montes Tatra, la parte más elevada de los Cárpatos, donde se pueden observar interesantes especies autóctonas de flora y fauna, así como viejas iglesias de madera semejantes a las stavkirker noruegas y prácticas tradicionales, como el uso de balsas, que aún perviven.



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