sábado, 4 de febrero de 2012

LUXEMBURGO. NAURU. RAS-AL-JAIMA.


LUXEMBURGO Europa Occidental


Capital: Luxemburgo
Superficie: 2.586 Km2 (165º)
Población: 502.000 hab (161º) Densidad: 194,1 hab/Km2
PIB/cápita: 82.306 $ (2º)
Miembro de: UE, Benelux, OTAN

El Gran Ducado de Luxemburgo es un pequeño país de Europa Occidental miembro de la UE. Se trata de un estado sin litoral, rodeado por Francia, Bélgica y Alemania.

Es actualmente el único estado cuyo soberano lleva el título de Gran Duque. De economía altamente desarrollada, su capital es sede de varias instituciones comunitarias. Posee culturas y tradiciones diversas por hallarse entre la Europa Romana y la Germánica.

Como país viejo, su historia es complicada. En el siglo XIV, los Emperadores germánicos lo convirtieron en ducado. En 1441 fue incorporado al estado borgoñón, y recibido como herencia de su abuela paterna por el Emperador Carlos I de España y V de Alemania, quien lo transmitió a su hijo Felipe II de España.

Permaneció en manos españolas (con recortes a favor de Francia en la Paz de los Pirineos de 1659) hasta el final de la Guerra de Sucesión, cuando fue cedido al Imperio Austriaco por la Paz de Rastatt de 1713. Ocupado por Francia durante los periodos revolucionario y napoleónico, en 1815 el Congreso de Viena, siguiendo el criterio británico, creó un Reino de los Países Bajos fuerte, que pudiera eventualmente rechazar una nueva agresión francesa, y que englobaba las antiguas Provincias Unidas neerlandesas, la actual Bélgica y Luxemburgo.

Por poderosas razones que no son ahora del caso, tal reino se rompió en 1830 por la rebelión e independencia de los belgas, que ocuparon también Luxemburgo hasta 1839, fecha en la que lo devolvieron a los Países Bajos, que lo mantuvo bajo un régimen de unión personal. El emperador francés Napoleón III hizo un amago de anexión en 1867, que fue frustrado por Bismarck por vías diplomáticas.

En 1890, Luxemburgo obtuvo su propia dinastía, la germánica de Nassau – Weilburg (nada que ver con la neerlandesa de Orange – Nassau). Su primer monarca, Adolfo I, aparece en el primero de los sellos presentados (los neerlandeses ya habían emitido desde 1852). El tener dinastía propia confirmó definitivamente el carácter de Luxemburgo como estado independiente.

En 1914 se presentaron las tropas alemanas. La gran duquesa Adelaida, germanófila convencida, les dejó hacer, y no hubo propiamente ocupación. Claro que cuando cambiaron las tornas con la derrota alemana, estuvo a punto de proclamarse la república, La abdicación de Adelaida en su hermana Carlota en 1919 y un referéndum, salvaron la situación.

En 1940 aparecieron los alemanes de nuevo. Esta vez sí hubo ocupación (uno de los sellos emitidos por Alemania en 1940/41 se presenta como ejemplo). La familia ducal huyó a Londres y volvió tras los norteamericanos en 1944.

En 1985 murió la gran duquesa Carlota, que estaba casada con Félix de Borbón – Parma; según las normas habituales, la descendencia hubiera tenido que llamarse ‘Casa de Borbón – Parma’, pero se convino conservar el nombre tradicional. En la actualidad, ocupa el trono Enrique, nieto de Carlota.

Luxemburgo es una monarquía constitucional. El Gran Duque tiene el poder de disolver la Cámara y convocar nuevas elecciones. El poder legislativo reside en la Cámara de Diputados, elegidos por 5 años.

El país acoge a dos instituciones de la UE: el Tribunal de Justicia y el Tribunal de Cuentas. También es sede de órganos como el Banco Europeo de Inversiones y la Secretaría General del Parlamento Europeo. Forma parte del Benelux, asociación nacida en 1958 entre Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, la cual sigue existiendo en el seno de la UE, pero creando vínculos más fuertes entre sus tres miembros.

El Gran Ducado tiene un relieve con dos partes bien diferenciadas. Al Norte se extienden las últimas estribaciones del Macizo Esquistoso Renano, con amplias zonas boscosas y una altura máxima de 500 m. El Sur es una llanura, prolongación de la cuenca parisina. Podemos añadir, al Este, una sección de la ribera del Mosela, afluente del Rin, con sus meandros y viñedos, que constituye parte de la frontera con Alemania.

El clima es continental suavizado, con precipitaciones anuales copiosas, veranos frescos e inviernos suaves.

Luxemburgo posee una economía estable, con altos ingresos y un crecimiento moderado, baja inflación y baja tasa de desempleo. Es centro comercial y financiero importante, sede de varias compañías multinacionales. Según las estadísticas del Banco Mundial, es el primer país del mundo en PIB per cápita; según el FMI, el segundo.

Tradicionalmente basó su riqueza en una importantísima siderurgia, combinando su mineral de hierro con la hulla de la próxima Lorena; por eso, los altos hornos se extienden a lo largo de la frontera francesa. Aunque hoy está en declive, el sector industrial se ha ido ampliando y diversificando con la inclusión de la industria química, la del caucho y otras. Ello sin contar con la ampliación del sector financiero. La agricultura, basada en pequeñas granjas familiares, tiene poca importancia.

En los últimos 30 años, la población ha aumentado en más de 100.000 personas, fenómeno excepcional en Europa y que se debe a la inmigración. Los nacionales se han estancado en torno a las 280.000 almas, mientras que ha aumentado el número de inmigrantes procedentes sobre todo de otras naciones de la UE. En 2005, el porcentaje de extranjeros era del 39%.

Luxemburgo reconoce tres idiomas oficiales: el francés (que ha perdido el gran prestigio que tuvo antaño), el alemán y, desde 1984, el luxemburgués (dialecto germánico con influencia francesa). De todos modos, la enseñanza de éste último en las escuelas se limita a una hora semanal durante los primeros años de la escuela primaria. En la secundaria, es importante la enseñanza del inglés. Luxemburgo tiene una sola Universidad, nacida el año 2003. El estado es laico, pero predomina la religión católica.


NAURU Oceanía


Capital: Yaren
Forma de gobierno: República parlamentaria
Independencia (de Australia): 31 de enero de 1968
Superficie: 21,3 Km2 (239º)
Población: 13.048 hab (191º) Densidad: 213 hab/Km2
PIB/cápita: 5.000 $ (116º)
Miembro de: Commonwealth

La República de Nauru es un estado ubicado en la Micronesia, en el Pacífico Central, que comprende una sola isla justo al Sur de la línea del Ecuador. Es el más pequeño de los estados de Oceanía y, como veremos, su historia parece una alegoría de la mítica Rueda de la Fortuna.

La isla fue poblada en fechas inciertas por melanesios y micronesios. Formó parte de la colonia alemana de las islas Marshall desde 1888 (entonces utilizaba los sellos de las mismas). Fue objeto de ocupación británica durante la Primera Guerra Mundial, y tras ella resultó encomendada como Mandato a Australia en 1920.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón la ocupó entre 1940 y 1945, llevándose como trabajadores deportados a una parte de sus habitantes; no todos volvieron. Entre tanto, los norteamericanos bombardearon a los que se habían quedado; no todos sobrevivieron.

Tras la liberación (de los japoneses y de los bombardeos), Australia volvió a administrar la isla, aunque las minas siguieron en manos británicas, como ya lo estaban.

Después de una fase de autonomía (1966), Nauru obtuvo la independencia en 1968, siendo admitida en la ONU en 1999.

Se trata de una república parlamentaria, en la que la Cámara, elegida cada 3 años, elige a su vez un Presidente de entre sus miembros, el cual es al mismo tiempo Jefe del Estado y del Gobierno. Existen varios partidos, pero con pocas diferencias entre ellos.

Es una pequeña isla ovalada rodeada de un arrecife coralino que queda expuesto con la marea baja. La mayor parte de la población vive en un estrecho cinturón costero. La planicie central, con una pequeña laguna, se eleva unos 65 m sobre el nivel del mar.

El cima es ecuatorial marítimo, caluroso y con lluvias monzónicas entre noviembre y marzo. La disponibilidad de agua dulce es limitada, debiendo recurrir los isleños a cisternas y a una planta desalinizadora.

No hay mamíferos propios de la isla, pero sí moluscos y aves. La mayor parte de las especies, incluidas las ratas, han sido introducidas. La vegetación tropical es frecuente sobre el litoral, pero escasea en el interior por causa de la explotación minera.

Su prosperidad se debió a los depósitos de fosfatos, explotados ya desde 1903, pero intensivamente a partir de 1935. Su origen más probable se debería a la fosilización de inmensas cantidades de guano, producido durante miles de años por la defecación de aves marinas. La mayor parte se exportaba a Australia.

Los réditos aseguraron a los nauruanos un nivel de vida elevado durante algunas décadas, sin comparación con las islas del entorno; no existían ni desempleo ni impuestos, y los servicios sociales eran totalmente gratuitos.

La explotación la había iniciado la British Fosfate Corporation, que mantuvo sus derechos hasta que sólo en 1967, cuando poco fosfato quedaba ya, se los vendió al gobierno; éste creó una compañía estatal, pero el ritmo de extracción, unido además ahora a la baja demanda internacional y al alza de los costos de producción, acabaron prácticamente con el negocio.

Temiendo una contingencia así, parte de la riqueza se invirtió en un fondo como reserva de cara al futuro, principalmente en asuntos inmobiliarios en Melbourne, pero la mala gestión y la utilización del fondo para completar presupuestos deficitarios año tras año, han hecho desaparecer esos ahorros; los últimos restos se liquidaron en 2004.

Además, los daños de la extracción intensiva han afectado terriblemente al ecosistema, dejando el 90% de la planicie central como zona no cultivable, un terreno estéril con pináculos dentados de caliza de hasta 15 m de altitud. La vida marítima se ha visto asimismo reducida en un 40%, principalmente en el cinturón de coral.

Todas estas circunstancias hacían apremiante una diversificación, y transformaron a Nauru en una nación mendicante y proclive a extraños expedientes.

No era cosa de recurrir al manido recurso del turismo, pues la isla había quedado convertida en un albañal, aparte de que, ya de por sí, no hubiera ofrecido los atractivos habituales.

Se hicieron cosas variadas. Se demandó a Australia ante el TIJ reclamándole daños por las consecuencias de la explotación; al fin, la cuestión se resolvió extrajudicialmente, proporcionando a Nauru un buen bocado. Años más tarde, se contrató con Australia la construcción en la isla de un centro de detención para inmigrantes ilegales, gestionado por los australianos, que acabaron más tarde cerrando el centro.

A cambio de una propina rusa, reconoció la independencia de las discutibles repúblicas caucásicas de Abjazia y Osetia del Sur (también las reconocieron Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero éstas lo hicieron por fastidiar). Intentó aumentar sus ingresos por medio del blanqueo de dinero (con gran alborozo de la mafia rusa), venta de pasaportes y de su voto en instituciones internacionales.

La disminución progresiva de rendimientos mineros produjo inestabilidad política y económica desde mediados de los 80: 17 cambios de administración entre 1981 y 2003.

La llegada al poder de un nuevo gobierno en 2004, las leyes contra el blanqueo en 2005, precedidas de fuertes presiones internacionales y la adopción de una nueva política parecen augurar una nueva transparencia; en noviembre de 2004, se logró aprobar el primer presupuesto adaptado a la nueva realidad política de la isla.

Hay de todas formas un asunto que sigue coleando: el pleito contra EE.UU. a consecuencia de la llamada ‘Operación Weasel’. Según parece, representantes norteamericanos ofrecieron 1.000 millones de dólares para la recuperación de Nauru, a cambio de que éste, además de asumir otras obligaciones perfectamente honorables, se comprometiera a establecer, como de hecho se estableció, una embajada en la República Popular China (embajada controlada por EE.UU.), que ayudaría a la deserción de científicos y funcionarios de Corea del Norte. Cuando el asunto se filtró, los EE.UU. argumentaron que los agentes implicados actuaban por su cuenta y sin la debida autorización. El dinero no se entregó, y la sentencia del caso se halla todavía pendiente.

El 58% de la población es de Nauru; el 28%, de otras islas del Pacífico; un 8% son chinos y otro 8%, europeos. El nauruano es idioma oficial, pero el inglés es la base del comercio y del gobierno. La religión predominante es el cristianismo (protestantes, 66%; católicos, 33%).

La cultura conserva algunas de las tradiciones de las tribus originarias, pero es patente la introducción de influencias occidentales que han desplazado en gran medida a las primeras.


RAS – AL – JAIMA Oriente Próximo


Es otro de los Emiratos Árabes Unidos, entrado en la Federación en 1972, un año después que los restantes. Se halla situado en el extremo NE, con frontera con el sultanato de Omán. Tiene 1.683 Km2.


Otrora célebre por sus feroces piratas, hoy es tierra de estricta aplicación de la ley islámica. Posee algo de petróleo, pero nada comparable a otros emiratos.


Hay en él un aeropuerto internacional, importante para las escalas regionales. Con base en él, y a falta de otros recursos, busca atraer el turismo de lujo, siguiendo (aunque naturalmente de lejos) el modelo de Dubai.

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