domingo, 21 de agosto de 2011

ARGENTINA 1



ARGENTINA      (América del Sur)


Capital: Buenos Aires
Forma de gobierno: República federal democrática
Independencia (de España): 25 de mayo de 1810
Superficie: 2.780.000 Km2 (8º)
Población: 42.610.981 hab (32º)    Densidad: 15,3 hab/Km2
PIB/cápita: 18.200$ (67º)
Miembro de: OEA, Mercosur.

La República Argentina está situada en el extremo Sureste de América del Sur. Su territorio se halla dividido en 23 provincias y una ciudad autónoma, Buenos Aires, capital de la nación y sede del gobierno federal. Según el Banco Mundial, la nación está clasificada como un mercado emergente.

Es el segundo estado más extenso de Iberoamérica, y el 4º en el continente americano. Forma parte del llamado Cono Sur (junto con Uruguay, Paraguay, Chile y el Sur de Brasil).

Su territorio, en la época española, coincidía hasta cierto punto con el Virreinato del Río de la Plata, con la importante salvedad de que España nunca tuvo interés en la penetración en Patagonia y Sur de la Pampa, y otro tanto podría decirse del Chaco.

En 1810, la situación de caos producida en la metrópoli por la invasión napoleónica propició la destitución del último virrey, eligiéndose en su lugar una Junta de Gobierno integrada mayoritariamente por criollos. La independencia fue formalmente proclamada el 9 de julio de 1816. 

La Banda Oriental (actual Uruguay), el Paraguay y la mayor parte del Alto Perú (hoy Bolivia, todavía entonces bajo dominio español), no estuvieron representadas. José de San Martín, que realizó la proeza de pasar los Andes para colaborar en la independencia chilena, es, con Simón Bolívar, uno de los mayores exponentes del proceso de independencia de la América Española.

Las primeras décadas como país independiente fueron tumultuosas por las luchas entre unitarios y federales, las cuales condujeron a los argentinos a una larga serie de sangrientas guerras civiles. En este periodo se reconoció, en 1828, la independencia de la Banda Oriental, que adoptó el nombre de Estado Oriental del Uruguay.

Entre 1820 y 1852, excepto algún breve intervalo, el país careció de un gobierno nacional, asumiendo las provincias la plenitud de la autoridad. La única excepción fue la representación externa, asegurada por el Gobernador de la provincia de Buenos Aires (durante la mayor parte de esos años, Juan Manuel de Rosas).

En 1853 (tras la derrota de Rosas el año anterior), se sancionó una Constitución de tipo federal, la cual fue rechazada por la provincia de Buenos Aires, que se separó de la Confederación Argentina. La reunificación no se consiguió hasta 1861.

En 1865, Argentina se vio marginalmente involucrada en la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. Para Argentina, la terminación de la guerra con la derrota de Paraguay en 1870, supuso la consolidación de los límites en el Noreste.

Entre 1878 y 1884 tuvo lugar la llamada ‘conquista del desierto’, que no era tan desierto como el nombre parece indicar. Los métodos empleados contra los indios pampeanos y patagónicos harían hoy enarcar las cejas a más de un defensor de los derechos humanos; otro tanto podría decirse de las campañas en el Gran Chaco. Más vale correr un tupido velo y recordar aquello de que ‘bien está lo que bien acaba’.

En la segunda mitad del siglo XIX se inicia una fase de gran prosperidad. Con una fuerte inversión en educación y el fomento de la producción de carne y granos con destino al mercado europeo, la economía alcanzó altos niveles de crecimiento que a su vez atrajeron  una gran corriente inmigratoria.

Esa prosperidad impulsó el crecimiento de la clase media, la creación de partidos políticos modernos y un amplio desarrollo de los sindicatos. En 1912 se estableció el sufragio secreto, obligatorio y universal para los votantes masculinos.

En el contexto de la Gran Depresión, se produjo en 1930 el primero de los golpes de estado que dieron lugar a la llamada ‘Década infame’, la cual duró hasta la Revolución de 1943. Argentina se proclamó neutral en la Segunda  Guerra Mundial y sólo declaró la guerra, por presiones americanas, el 27 de marzo de 1945.

En 1946, fue elegido Presidente Juan Domingo Perón, que, estrechamente apoyado por su carismática y popular esposa, Eva, encabezó un movimiento político, el peronismo o justicialismo, que puso el acento en la justicia social, apoyándose en las masas obreras, los ‘descamisados’, fomentó los derechos políticos y la función social de la mujer y contó con una amplia adhesión de la población.

En 1955, las clases medias descontentas, con el apoyo de un numeroso sector del ejército, derrocaron a Perón, que marchó al exilio. Su mujer había muerto hacía cierto tiempo. Se abre un periodo agitado con diversos golpes militares, conociéndose sólo una relativa estabilidad durante el régimen dictatorial conocido como ‘Revolución argentina’, de 1966 a 1973. La violencia política fue creciendo paulatinamente.


En 1973 el peronismo fue nuevamente legalizado y triunfó en las elecciones presidenciales. Juan Domingo Perón asumió una vez más la presidencia, pero murió menos de un año después. Le sucedió su Vicepresidenta y tercera esposa, María Estela Martínez de Perón, cuyo gobierno se caracterizó por un acelerado deterioro de la situación interna. 

El 24 de marzo de 1976 se produjo un nuevo golpe militar, que se autodenominó ‘Proceso de reorganización nacional’, estableciendo un régimen de tipo permanente que tuvo al frente de forma sucesiva tres Juntas Militares (la cuarta fue de mera liquidación) compuesta cada una por los tres Jefes militares del Ejército, Marina y Aire, pero con apoyo de importantes sectores civiles y de la prensa.

El motivo aparente fue la lucha sin cuartel contra elementos subversivos y terroristas, pero de los documentos de la época se trasluce que se trataba de algo más profundo, del enfrentamiento entre dos concepciones del país y de su vida política. Hasta 1983 las Juntas actuaron con extrema dureza, siendo todavía hoy tema de debate el número de muertos y de desaparecidos.
Durante este periodo se produjo en 1978 una grave crisis con Chile por la disputa sobre los límites internacionales en la zona patagónica del canal de Beagle (al final se resolvió por un laudo arbitral pontificio), y en 1982 se intentó sin éxito la recuperación por medios militares de las islas Malvinas, usurpadas por el Reino Unido. Sobre este tema de las Malvinas tendremos ocasión de hablar más ampliamente en otras páginas del blog.

El régimen parlamentario se restableció en diciembre de 1983. El nuevo Presidente, Raúl Alfonsín, quiso enjuiciar a los militares, pero se encontró con la oposición de la Justicia Militar que decía ser incompetente para ese tipo de causas. Alfonsín hizo pasar una ley atribuyendo competencia a la Jurisdicción civil, y los juicios comenzaron. El siguiente Presidente, Menem, quiso acabar con la cuestión promulgando una amnistía.
Pero el problema no se acabó allí y sigue sin acabarse. En fechas más recientes, el Presidente Kirchner abolió la amnistía con efecto retroactivo, se reanudaron los juicios y los imputados volvieron a la cárcel, siguiendo una política aplaudida por unos y criticada por otros como contraria a la reconciliación nacional.

Pasando a otras cuestiones, el Presidente Carlos Menem, del Partido Justicialista, practicó una política económica profundamente neoliberal, que, si bien resultó rentable a corto plazo, desprotegió a la industria argentina, incapaz de competir con los productos importados. La economía se hizo más vulnerable a las crisis internacionales, aumentando el desempleo y la pobreza.

Continuaremos con este tema al final de la entrada Argentina 2.




BUENOS AIRES

 

Como ya  se indicó, entre 1853 y 1861, la provincia de Buenos Aires se segregó del país, formando un estado independiente que, como es lógico, emitió sus propios sellos, uno de los cuales se presenta aquí.


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