viernes, 18 de noviembre de 2016

JORDANIA


JORDANIA         Oriente Próximo


Oficialmente llamado Reino Hachemita de Jordania, es un país ubicado en la región de Oriente Próximo. En el mapa adjunto pueden verse los países con que limita; obsérvese que por su extremo meridional tiene salida al Mar Rojo (golfo de Aqaba). Es también uno de los dos países limítrofes de esa rareza geográfica conocida como Mar Muerto.

Está clasificado como de un desarrollo humano alto, y su política es claramente prooccidental. Fue en su momento cofundador de la Liga Árabe.

Capital: Amán
Forma de gobierno: Monarquía constitucional
Fecha de independencia (del Reino Unido): 25- mayo- 1946
Superficie: 89.342 Km2 (112º)
Población: 8.185.384 hab (97º)   Densidad: 92 hab/Km2
PIB per cápita: 10.900  (134º) 
Miembro de: Liga Árabe


Petra
La primera vez que el territorio de la actual Jordania adquiere cierta relevancia histórica, es cuando, en el siglo IV a.C., árabes nabateos, huyendo del reino helenístico seléucida, se refugian en ese increíble lugar llamado Petra, estableciendo un centro caravanero importante. 


Petra
Más tarde decaerá por cambios en las rutas, y en el 106 d.C. quedará incluido en el Imperio romano como provincia de Arabia Pétrea, con Petra como capital. En su momento la zona pasará a corresponder al Imperio bizantino, sucesor del romano.


No vamos a pormenorizar aquí las fases históricas a lo largo de la Edad Media en esta región del Próximo Oriente. Eso corresponderá a otra entrada. Quedémonos con la referencia de que, a principios del XVI toda ella pasará a formar parte del Imperio otomano, e incluida en él seguirá hasta la Primera Guerra Mundial.


Amán
Durante ella los otomanos combatieron en el bando opuesto a los aliados.Sin embargo, y para una adecuada comprensión del proceso que va a describirse, procede detenerse un momento en algunos conceptos.


Hemos visto que el estado jordano se titula ‘Reino hachemita’. Pues bien, los hachemitas o hachemíes eran uno de los clanes más importantes de la tribu Quraish, radicada en La Meca y a la que pertenecía Mahoma. El nombre procede de Hashim (muerto en 510), bisabuelo del Profeta. En los primeros tiempos del Islam lucharon contra los omeyas (clan rival de la misma tribu), que se hicieron con el Califato.


Los hachemitas fueron desde el siglo X Jerifes de La Meca, y en el XVI acataron la autoridad otomana, pero gozando de amplia autonomía.

¿Y qué eran los Jerifes de La Meca? Jerife es la transcripción del término árabe ‘sharif’, que de suyo significa ‘noble’, y se aplica a los descendientes de Mahoma por medio de su hija Fátima y su primo, y yerno, Alí (por eso la monarquía marroquí se aplica el título de ‘jerifiana’).


Gerasa
Concretamente ‘Jerife de La Meca’ era el título que, desde la Alta Edad Media y hasta 1924, llevaron los Regentes de La Meca y Medina; su función era la protección de los santos lugares islámicos y de los peregrinos que allí acudían. Desde el siglo X fueron los hachemitas quienes ocuparon este cargo.


Al-Azraq
Con todo lo antedicho no es de extrañar que en 1916, en plena Guerra Mundial, los ingleses, ya aposentados desde 1882 en Egipto, concibieran un plan para provocar una gran rebelión antiturca en toda la región y acudieran a los hachemitas.


Herat


El agente que dirigió la operación sobre el terreno fue el tan traído y llevado Lawrence, pero la persona a quien tenían que engatusar los británicos, como en efecto hicieron, era el Jerife de La Meca, Hussein ibn Alí, cabeza, como ya sabemos, del clan hachemita. Incluso lo nombraron Gran Caballero de la Orden del Baño.


Naturalmente lo que le decidió no fue eso, sino las estupendas promesas políticas que le fueron hechas: nada menos que la constitución de un gran estado árabe que englobaría el territorio de lo que es hoy Siria- Líbano, Israel- Palestina, Jordania e Irak. Los hachemitas serían quienes asumirían el poder en ese gran conjunto.


Mar Muerto
Sobre esta base los árabes se lanzaron a la guerra con bastante éxito, con acciones como los sabotajes contra el ferrocarril de Hedjaz y la toma del puerto de Aqaba, aunque el factor determinante fue la superioridad del ejército de Allenby.


Mar Muerto
Éste fue avanzando desde Egipto hasta Damasco, donde entró en septiembre de 1918, pocos días después que los alborozados árabes acompañados de Lawrence, quien probablemente no sabía la realidad de lo que se estaba preparando. El alborozo duró poco, hasta que se conoció el acuerdo Sykes- Picot.



La infamia francobritánica fue de arte y ensayo, por expresarse suavemente. Ya en 1916, cuando se animaba a los árabes a alzarse, con las promesas vistas, Inglaterra y Francia firmaban un acuerdo secreto para repartirse el pastel (ver mapa adjunto). 


El gran estado árabe desaparecía como un azucarillo en agua, mientras que la bien domesticada Sociedad de Naciones expedía las concesiones de ‘Mandatos’ que se le iban requiriendo.


No es exagerado decir que en estos arreglos, apaños y componendas de 1918- 1924 se encuentra la raíz de toda la problemática que hace hoy de Oriente Próximo la zona más conflictiva e inquietante del mundo.


Amán
En esos mismos años, el clan de los saudíes, que dominaba en la península arábiga la región de Nedjed, conquistó asimismo la de Hedjaz, uniéndolas después en lo que en la actualidad se llama Arabia Saudí. El Jerife, Hussein, hubo de exiliarse, desapareciendo así el viejo título. Murió en 1931 en Amán, pero, eso sí, con su título de Caballero de la Orden del Baño, de carácter vitalicio.


Al-Azraq
Pero la familia hachemita no había desaparecido, sino que pervivía en sus hijos, a los que había que dar algún premio menor de consolación.

Los ingleses habían pensado asignar al mayor, Feisal, bajo mandato europeo, la parte norte, es decir Siria (el Líbano aún no existía). Pero allí habían acudido los franceses como moscas al pastel (pretendían incluso quedarse con el sur de Anatolia, pero Atatürk no les dejó). 
Aqaba

Sin miramientos echaron ‘manu militari’ a Feisal, al que había que buscar pues un segundo apaño, y ése fue el Irak, bajo mandato británico. Años más tarde, Feisal y su familia morirían asesinados a manos de revolucionarios radicales, finalizando el reinado hachemita en Irak.


Al siguiente hijo, Abdalá, destinado en un principio a Irak, había que buscarle otro destino. Entonces, en 1923, los británicos, ni cortos ni perezosos, se inventaron un estado. Dividieron su Mandato en dos trozos, separados por el río Jordán. Al trozo occidental lo siguieron llamando Palestina, y con el oriental formaron el emirato semiautónomo de Transjordania, asignándolo a Abdalá, al que desde ahora conoceremos como Abdalá I.

Se trataba de un territorio estepario o desértico, habitado principalmente por tribus beduinas nómadas. Se le asignó un ancho apéndice al NE, también desértico, para que los británicos pudieran comunicarse con facilidad con Irak.

Presentamos tres sellos de este primer periodo:

A                                 B                                     C

A.- 1920. Ocupación británica. Es uno de los emitidos por el ejército de Allenby, pero con sobrecarga que precisa ‘Este del Jordán’.

B.- Gobierno autónomo. Sello de Hedjaz de 1923 con sobrecarga que reza: ‘Gobierno de Arabia Oriental. Abril 1341’.

C.- 1930. Ya con efigie de Abdalá.


Abdalá I fue un personaje poco popular entre los árabes de Oriente Próximo, por su política clientelar respecto a Gran Bretaña y EEUU y por la represión contra sus detractores.

El 25 de mayo de 1946, terminado el mandato fantasma, el territorio se convirtió en un país independiente, aunque el tratado especial de defensa con el Reino Unido no finalizaría hasta 1957. De momento conservó la denominación de Transjordania.


En 1948 participó en la guerra colectiva contra el naciente estado israelí. Mantuvo la parte oriental de Jerusalén, es decir, la Jerusalén histórica, y ocupó una parte de Cisjordania.

En 1949 decidió anexionarse esas zonas ocupadas, apareciendo entonces la denominación ‘Reino Hachemita de Jordania’, que persiste en la actualidad, pese a que las zonas cisjordanas se perderían en la guerra de 1967.


Abdalá I fue asesinado por un fanático el 20 de julio de 1951 mientras rezaba en la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén. Fue milagroso que no muriera también su nieto Hussein, que lo acompañaba. Le sucedió su hijo Talal, que hubo de abandonar el trono a los pocos meses por enfermedad mental.


El sucesor es su hijo Hussein I, nieto por tanto de Abdalá. Es un largo reinado, que durará hasta su muerte en 1999. Casó cuatro veces, y de su segunda esposa, inglesa de nacimiento, nacería su sucesor y actual rey.


Volviendo al hilo de los acontecimientos, Jordania firmó un pacto de defensa mutua en mayo de 1967 con Egipto, y por lo tanto participó en la Guerra de los Seis Días  entre Israel y los estados árabes de Siria, Egipto e Irak. En esta guerra Israel logró apoderarse de la Cisjordania y de Jerusalén Este.


La guerra de 1967 condujo a un dramático aumento del número de palestinos que vivían en Jordania: su población de 700.000 en 1966 creció en otros 300.000 procedentes de la Cisjordania ocupada y retenida por Israel.


El periodo subsiguiente vio un gran aumento del poder y la importancia de los palestinos militantes y armados (fedayín), los cuales constituyeron una amenaza creciente a la soberanía y seguridad del estado hachemita. La lucha abierta estalló en junio de 1970.


Pese a los intentos de otros gobiernos árabes para lograr una solución pacífica, las acciones de los fedayín continuaron, incluyendo la destrucción de tres aviones comerciales internacionales secuestrados y retenidos al este de Amán.


La batalla resultó conocida como ‘Septiembre Negro’ y duró hasta el día 22, cuando cancilleres árabes consiguieron un cese el fuego, pero la violencia esporádica continuó hasta que, en julio de 1971, las fuerzas jordanas lograron una decisiva victoria sobre los fedayín, expulsándolos del país. La mayor parte se trasladaron al Líbano.


La participación de Jordania en la siguiente guerra de Yom Kipur (octubre de 1973) se redujo al envío de una brigada para luchar en Siria contra los israelíes.


En 1988 renunció a toda reclamación sobre Cisjordania, pero sobre la base de que el status de la zona debe de ser determinada por conversaciones entre las partes implicadas, conforme a las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, cosa que la actitud israelí ha hecho totalmente imposible.


Jordania no participó en la Guerra del Golfo de 1990- 91, aunque mostró simpatía por el régimen de Saddam Hussein. En julio de 1994 negoció un cese de las hostilidades con Israel, lo que llevó, en octubre de ese mismo año, a un tratado de paz con ese país. En virtud del mismo puede ejercer un control sobre los santos lugares musulmanes en Jerusalén.

Desde entonces, ha buscado estar en paz con todos sus vecinos, propósito no fácil, como ya veremos.


Poco antes de morir, Hussein había nombrado sucesor a su hijo Abdalá, con preferencia al tío de éste, hijo de Talal. Abdalá II, nacido en 1962, empezó pues su reinado el 7 de febrero de 1999, perteneciendo a la 43ª generación de descendientes directos del Profeta. La designación no fue bien recibida por todos, por la originaria nacionalidad inglesa de la madre, que se nota bastante en los rasgos físicos del hijo.


Procede mencionar asimismo a su esposa Rania, nacida en Kuwait de familia palestina, la cual desempeña un importante papel en agencias y organismos internacionales, sobre todo relacionados con la mujer y la educación. Bien es verdad que su retrato, siempre desprovisto de velo, aparece con muchísima más frecuencia en revistas occidentales, sobre todo femeninas, que no en la propia Jordania.


Abdalá II ha procurado seguir la misma política de su padre, pero ha tenido y tiene problemas.

Con la ‘Primavera árabe’ del 2011 hubo presiones para una mayor liberalización política y mejoras económicas, que fueron atendidas, al menos parcialmente.

El principal problema ha sido la aparición, extensión y desarrollo en la zona a partir de 2014 del movimiento radical conocido como ISIS (Estado Islámico), cuyo estudio más detenido correspondería a otra entrada. Digamos aquí que Jordania participó desde el primer momento en la alianza promovida contra él por EEUU, y, consecuentemente, envió aviones en misiones de bombardeo.

Quiso la mala suerte que, a los pocos días, el piloto de uno de ellos, derribado, cayera en manos de tales bestias sanguinarias, las cuales, con plena premeditación y cálculo de dividir a los jordanos, lo quemaron vivo ante las cámaras.

La división no se produjo y el rey mantuvo su postura con energía, definiendo al ISIS como un grupo de sacrílegos sin ley que habían planteado una tercera guerra mundial (sic) contra la Humanidad. Sin embargo, suspendió las misiones aéreas en febrero de 2015 e intensificó la búsqueda, captura y castigo de los terroristas dentro del país. En todo caso, hace pocos meses, en febrero de 2016, las tropas jordanas de tierra han destruido, no muy lejos de Amán, a un grupo del ISIS que pretendía infiltrarse.

Hay que comprender la actitud jordana. Hay radicales en el país; no habrán conseguido sus propósitos, pero unos 4.000 jordanos se han incorporado al ISIS (se calcula que un 10% ha perecido ya en la línea de fuego), y, aunque la postura del Estado jordano sea firme, es arriesgado tensar demasiado la cuerda en el escenario bélico.

Menos clara resulta la actitud en el otro frente de la región. En marzo de 2015, Jordania, como otros países árabes, decidió participar en la alianza promovida y dirigida por país tan turbio y ambiguo como Arabia Saudí, fomentada por otro país, EEUU, cuya política en la región es también turbia y ambigua, contra los huthis yemeníes, partiendo del supuesto de que éstos son apoyados por Irán. 


Es cierto que los tales huthis son chiítas, pero chiítas heréticos y un tanto estrambóticos. Jordania ha enviado 6 aviones de combate. Quizá la diferencia estribe en que los huthis, aun bombardeados salvajemente como lo están siendo, no queman vivos a eventuales pilotos derribados.

El sistema de gobierno de Jordania es una monarquía constitucional con un parlamento bicameral, compuesto de una cámara alta de 75 miembros nombrados por el rey, y una baja de 150 escaños elegidos por sufragio.

El monarca tiene amplios poderes: designa al Jefe del Gobierno, puede vetar las leyes (sin embargo, su veto queda anulado por 2/3 de las dos cámaras) y nombra por decreto a los jueces. Es Jefe de las Fuerzas Armadas.

Se admitió la pluralidad de partidos en 1992. Han proliferado como hongos.

Geográficamente no hay mucho que decir. Gracias al golfo de Aqaba posee una salida al Mar Rojo, y costas en el Mar Muerto. La extensión del país puede compararse con la de Portugal.

Predomina una árida planicie que cubre las regiones centrales y orientales del territorio, con escasa proporción de tierras cultivables. El Valle del Rift y el río Jordán son las fronteras naturales por Occidente.

El punto más bajo es el Mar Muerto, con -408 msnm.

Jordania es un país eminentemente desértico y estepario, aunque en el oeste se hallen presentes los biomas de bosque mediterráneo y pradera.

Ya quedó claro que los recursos naturales son insuficientes, sobre todo en agua y en crudos. Ahí está el origen de la necesidad de ayuda extranjera y de los niveles altos de pobreza y de desempleo. 


Es mérito de la administración del país que, con tales obstáculos, pueda no obstante ser considerado, como se dijo al principio, como un país de desarrollo humano mediano.

El rey Abdalá II, durante la primera década del siglo XXI, expandió el comercio exterior y privatizó empresas, lo que atrajo la inversión extranjera y dio lugar a que entre 2004 y 2008 hubiera un crecimiento anual del 8%.

Después, la crisis internacional y los problemas regionales lo han bajado al 2.8%, y dañado las industrias relacionadas con la exportación, la construcción y el turismo.

Particularmente espinosa es la cuestión de la producción de energía eléctrica, con problemas que incluyen ataques terroristas a los gasoductos del Sinaí, habiéndose debido acudir al petróleo saudí, más caro. De ahí los intentos de diversificar: contratos de aprovisionamiento de gas licuado, estudios de implantación de energía nuclear, explotación de esquistos bituminosos, etc.

Existen planes para corregir el desequilibrio presupuestario y el déficit de la balanza de pagos, así como de reforma fiscal. A todo ello se añade la necesidad de atender al aumento de gastos causados por la llegada de más de 650.000 refugiados sirios desde 2011.

El sector agrícola ocupa al 4.2% de la población; el industrial, al 29.6%; los servicios, al 66.2%.

Los recursos naturales no son abundantes: fosfatos y productos agrícolas.  Junto a algunos textiles, constituyen las exportaciones.

La economía depende por tanto en gran manera de los servicios, el turismo y la ayuda exterior, procedente en su mayor parte de EEUU.

Étnicamente son árabes el 98%. De ellos, se estimaba en 2015 que el número de palestinos ascendía a 2.117.361. Entre la población originaria, el nomadismo se ha reducido en enorme medida.

La religión oficial es la musulmana, con predominio sunnita. Los cristianos suman el 2.2%, en su mayoría ortodoxos griegos.

El idioma oficial es el árabe. Entre la clase alta y media es frecuente el conocimiento del inglés.

El 55% de los jordanos son menores de 25 años. El crecimiento vegetativo es de un 0.83% anual; la tasa de fertilidad, 3.18 hijos/mujer; la esperanza de vida, 74.6 años.

La alfabetización es del 95.4%. Por otra parte, Jordania está justamente orgullosa de su buen estado sanitario, al que dedica un porcentaje alto del PIB (7.5%).

Ha quedado claro que el turismo es muy importante para Jordania. Sufrió una crisis a fines de 2005, cuando docenas de personas fueron asesinadas por terroristas de proveniencia iraquí en ataque con bombas suicidas contra hoteles de la capital. Después la situación se calmó, pero las monstruosidades del ISIS, mientras duren, en zonas próximas no constituyen un incentivo para los turistas.
Petra

En todo caso, parece razonable señalar que la atención de los viajeros parece excesivamente polarizada por Petra.

Esto no debe redundar en demérito de la misma, una maravilla, tanto por su emplazamiento y acceso como por sus numerosos edificios monumentales excavados en la roca. 


Petra
Maravilla desconocida por los europeos hasta su descubrimiento en 1812 por el viajero suizo Burckhardt (de incógnito, naturalmente).

Queríamos señalar sólo que Jordania tiene otros puntos de interés, natural o histórico, muchos de ellos desconocidos por los potenciales visitantes. Sin ánimo de citación exhaustiva, pues esto no es tampoco una guía turística, mencionaremos:

Gerasa
La capital, Amán, la antigua Filadelfia de la Decápolis romana, no ofrece muchos puntos de interés, pero cerca tiene la bien conservada e importante ciudad romana de Gerasa, con un originalísimo foro elíptico.
Monte Nebo




El monte Nebo, donde, según el Deuteronomio murió Moisés, tras contemplar la Tierra Prometida (y el Mar Muerto). La basílica bizantina, con magnífico mosaico, fue descrita ya en el siglo VI por la primera peregrina española, la monja Egeria.
Mar Muerto



El Mar Muerto, con sus muy densas aguas cargadas de sales por la intensa evaporación y desprovistas de vida, pero descubriendo bellas concreciones cristalinas. La visita de la ribera, muy apreciada por los beneficios dermatológicos de sus fangos, se ve dificultada por la progresiva bajada del nivel del agua, debida a su vez al decreciente aporte del río Jordán, sobreexplotado para el riego.
Madaba

En la misma zona se halla la pequeña y apacible ciudad de Madaba, con iglesias bizantinas, algunas de ellas dotadas de bellos mosaicos, entre ellos el muy conocido del mapa de la región.
Qusayr Hamra

Hacia el NE, en un paraje antaño sin duda menos desértico que actualmente, encontramos tres palacetes de recreo y caza construidos por los califas omeyas (s.VIII), uno de los cuales, el de Qusayr Hamra, es un ejemplar único, por su abundante decoración pintada de temas figurativos, previa y muy diferente a aquello a que nos tiene acostumbrados el arte islámico.

Es digno de mención, más al S, el enorme y laberíntico castillo cruzado de Herat (1142), poco conocido por los visitantes extranjeros.
Wadi Rum

Antes de llegar a la agradable estación marítima de Aqaba, aparece el desierto de Wadi Rum, donde se rodó la película ‘Lawrence de Arabia’, con residuos de vida nómada y con la originalidad del contraste entre arenales y ‘djebels’, altas colinas de roca arenisca.
Jordán

Hemos dejado para el final la mención de que es en Jordania donde se encuentra el lugar santo cristiano de ubicación antaño más controvertida, pero hoy fijada de forma segura por la Arqueología y la Filología. Hablamos del lugar del bautismo de Cristo, cerca de Jericó y naturalmente en la ribera del río, donde se han hecho excavaciones y construido iglesias.
Jordán

No es un tosco remedo como el que tantos ingenuos visitan en el norte de Israel, no acondicionado ni siquiera en el Jordán, sino en un corto brazo desviado ‘ad hoc’ cerca del Mar de Galilea y ligado con un gran bazar,  perteneciente a un kibutz y repleto de ‘souvenirs’ de un gusto e intención peor que dudosos.






















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