BIRMANIA (Asia del Sureste)
Birmania, que se extiende desde los confines
del Himalaya hasta la península de Malaca al Sur, se abre al Oeste sobre el
golfo de Bengala. A partir de octubre de 2010, su nombre oficial es Myanmar
(como se observará en los últimos sellos presentados), pero sigue siendo más
usual la denominación tradicional.
Las cadenas montañosas, compuestas por
antiguas rocas volcánicas y orientadas de Norte a Sur, aíslan las llanuras
regadas por los ríos, de los cuales los más importantes son el Irawady, el
Saluen y, al Este, el Mekong. El clima es tropical monzónico.
Una de las características más sobresalientes
es la multiplicidad de grupos étnicos, a veces enfrentados entre ellos o al
poder central, en ocasiones concentrados en zonas recónditas, a menudo armados
y expertos en el cultivo de alucinógenos y en su envío al extranjero.
Tal
multiplicidad, que a menudo coincide con
divisiones administrativas, ha sido un factor determinante en la evolución del país.
Entre 1824 y 1885, Gran Bretaña completó la
conquista de Birmania. En las guerras de 1824/26 y de 1852, fue anexionándose
porciones.
En 1878, exigió el control de las relaciones exteriores del reino y,
al negarse el rey Thibau, recurrió por tercera vez a la guerra, ocupando la
capital, Mandalay; el rey se rindió y fue llevado a Madrás, donde pereció en la
cárcel. En enero de 1886 fue abolida la monarquía y el territorio de Birmania
anexionado a la India.
Se emitieron sellos para Birmania sólo desde
1937; hasta entonces utilizó los de la India Británica.
Los birmanos no aceptaron fácilmente la
ocupación; pasaron algunos años antes de que fuera pacificado el territorio,
salvo zonas fronterizas y montañosas, donde las poblaciones conservaron una
independencia de hecho.
Las actividades
económicas experimentaron notable desarrollo, pero, planteadas en beneficio de
los colonizadores, el pueblo apenas se benefició de ellas. Más aún, en menor
escala Birmania sufrió algunos de los males que, como en la India, rompieron el
tradicional equilibrio económico.
En 1937 fue separada de la India y alcanzó
una cierta autonomía, pero las reformas llegaban tarde.
En el año 1942, los japoneses ocuparon el
territorio sin que los birmanos opusieran resistencia; más bien los veían
encarnando el desquite de Oriente contra Occidente. Así, un ejército local y un
gobierno colaboracionista ayudaron a los ocupantes. Se incluye un sello de la
ocupación japonesa.
Pero aparece con él uno de los emitidos por
el ‘Ejército Nacional Indio’, que luchó a su lado. Es un sello sobrecargado con
un pavo real (que más bien parece un borrón) y se refiere a un episodio sobre
el que vale la pena hacer una digresión, por la importancia que vino a tener en
los destinos de la India.
Subhas Chandra Bose, nacido en 1897, de
sólida formación intelectual, fue Presidente del Congreso Nacional Indio entre
1937 y 1939. A diferencia de Gandhi, creía en la necesidad de una lucha armada
para expulsar por fin a los británicos;
en 1939 fundó un Partido que exigía la independencia completa e inmediata. En
1941, rompió el arresto domiciliario a que estaba sometido y huyó a Berlín para
pedir ayuda. Hitler lo remitió a Tokyo.
De febrero a julio de 1943 reorganizó
totalmente el Azad Hind Fauj (Ejército Nacional Indio), sobre la base de
prisioneros capturados y de otros indios residentes en Singapur, Malasia y
Birmania, controladas por los japoneses. Estaba dirigido por oficiales, también
prisioneros, del Ejército de la India. Contó con unos 12.000 efectivos,
incluyendo una unidad femenina de combate, y llegó, con los japoneses, hasta la
región de Assam, en la frontera india.
La importancia del episodio es mucho más
política que militar. Aunque los dirigentes indios del Partido del Congreso no
se fiaron tampoco de los japoneses, y aunque la más severa censura de prensa
cayó sobre todo el asunto, para los ingleses de la India, civiles y militares,
resultó desmoralizador no sólo el hecho en sí, sino sobre todo que un número
apreciable de oficiales, de piel oscura y por ende de raza inferior, pero
honrados con un nombramiento real, estuvieran dirigiendo a sus tropas contra
el Rey-Emperador.
Para muchos ingleses
fue la señal definitiva de que el tinglado británico en la India no podía continuar;
más aún cuando, al fin de la guerra, fueron traídos los prisioneros para ser
juzgados.
Entonces se vieron convertidos en héroes
populares; por razones de elemental prudencia, apenas hubo juicio y ninguna
condena que no fuera simbólica. En los últimos tratos para la retirada, Gran
Bretaña se limitó a pedir que ninguno de esos oficiales y soldados fuera
admitido en el Ejército de la nueva
India.
Con todo lo narrado, se comprende que, al fin
de la contienda, la posición de los británicos en Birmania fuera también
insostenible. Tras un período de administración militar,el 4 de enero de 1948
Gran Bretaña aceptó la independencia de la Unión de Birmania, la cual ni
siquiera se molestó en adherirse a la Commonwealth.
Forma de Gobierno: República presidencialista
Independencia (del Reino Unido): 4 de enero
de 1948
Superficie: 676.578 Km2 (40º)
Población: 55.167.330 hab (24º) Densidad: 81,5 hab/Km2
PIB/cápita: 1.400 $ (205º)
Miembro de: ASEAN
Los primeros años del nuevo estado fueron
difíciles, con una economía destrozada por la guerra y con sublevaciones
protagonizadas por los comunistas y por el grupo étnico Karen. A partir de 1951
se celebraron con regularidad elecciones, que por lo general dieron la mayoría
a U Nu (más tarde sería Secretario General de la ONU).
U Nu siguió una política
de estricta neutralidad y equilibrio entre los dos bloques mundiales, pero la
lucha entre las facciones políticas persistía, y en marzo de 1962 fue derrocado
por un golpe de estado militar, que dio el poder al general Ne Win.
El régimen de Ne Win siguió la misma política
internacional de neutralidad, pero, en el plano interior, acentuó la
orientación socialista y nacionalista. Suspendida la Constitución y disuelto el
Parlamento, el poder político pasó a manos de un Consejo Revolucionario
integrado por militares.
El nuevo Gobierno trató de resolver sobre todo el
problema de la débil cohesión entre los diversos grupos étnicos. En el aspecto
económico, elaboró un plan que preveía el control del Estado sobre los
principales medios de producción, con nacionalizaciones tendentes a suprimir
toda intervención extranjera.
Después de fracasar las medidas de
pacificación de las regiones, en 1964 se pasó a una política de fuerza que
tampoco alcanzó los resultados previstos. En 1974 se dio a Birmania un
ordenamiento vagamente federativo y una orientación socialista con base en la
cooperativización de la agricultura.
Estas medidas no bastaron, pues, en el mismo
año, el Gobierno prohibió toda forma de protesta, incluso las huelgas, pero
continuaron las guerrillas entre los diferentes grupos étnicos.
Para resumir
una larga historia, diremos que, con cambios en los nombres y con retoques
formales, se ha mantenido durante largos años una situación de dictadura
militar, con represión, abusos, encarcelamientos y un número indeterminado de
muertos, principalmente entre los grupos étnicos rebeldes.
Durante todos esos años, la principal líder
opositora ha sido Aung San Suu Kyi, galardonada con el premio Nobel de la Paz
en 1991, bajo arresto domiciliario desde 1996 y liberada el 13 de noviembre de
2010. El 23 de septiembre de 2007, unas 20.000 personas (entre ellas 10.000
monjes budistas, lo que parece insólito en Birmania) se manifestaron en las
calles de Rangún, brindando su apoyo a Suu Kyi.
Como era de esperar, Occidente impuso sanciones,
pero no parece que éstas, al menos por sí solas, hayan podido afectar mucho a
Birmania, dadas sus fluidas relaciones con sus vecinos: India, Tailandia y,
sobre todo, China, su principal socio comercial con diferencia; eso sin contar
las numerosas empresas occidentales que, haciendo caso omiso de las sanciones,
han aprovechado la ventaja del escaso precio de la mano de obra.
Sin embargo, desde 2007 se pudieron observar
síntomas de apertura, aunque Occidente prefirió no verlo y empecinarse en una campaña
sistemática de demonización similar a otras que ya hemos visto (y continuamos
viendo.
Citemos entre esos síntomas, al principio
tenues, la recepción a funcionarios de la ONU, la participación activa en los
trabajos de la ASEAN, el deseo de participar en el mundo de los ‘tours’
turísticos organizados (en un país hasta entonces hermético y hostil a los
extranjeros), aparte de la buena relación con los vecinos a que ya se ha
aludido.
El 7 de noviembre de 2010, se celebraron
elecciones en las que venció de forma abrumadora la formación del entonces
primer ministro, el ex –general Thein Sein, actualmente Presidente.
Contra lo que hubiera podido suponerse,
habida cuenta de los antecedentes políticos de Thein Sein, las reformas
comenzaron, siempre frente al escepticismo de Occidente.
Pocos días más tarde, Suu Kyi salió en
libertad de su prolongado arresto domiciliario. En marzo, la Junta Militar que
había gobernado Birmania desde 1962, se disolvió y entregó el gobierno al nuevo
gobierno de Thein Sein, para que éste continuase ‘el desarrollo de la
democracia disciplinada’.
Esas reformas han permitido a Suu Kyi
convertirse en miembro del Parlamento tras presentarse a una elección parcial,
han sacado de la prisión a centenares de presos políticos y se han referido a
la protección de los derechos humanos, libertad de prensa y asociación.
Incluso, lo que era más difícil, se ha
conseguido con mucho trabajo llegar a un acuerdo con casi todos los grupos
étnicos en armas contra el Gobierno.
Los partidos se preparan para las próximas
elecciones generales de 2015, como resultado de las cuales, con mucha
probabilidad la ‘heroína del proceso’, Suu Kyi, se convertirá en Presidente del
país.
Se puede considerar como una especie de
símbolo de esta reincorporación de Birmania a la vida internacional, la visita
del Presidente norteamericano al país, en el transcurso del primer viaje tras
su reelección (noviembre 2012), y la recepción por el mismo del Presidente
Thein Sein en Washington en mayo de 2013.
Birmania, país sobre todo rural y cubierto de
densas selvas, es el primer exportador mundial de madera de teca, y productor
importante de jade, perlas, rubíes y zafiros. Cuenta con un suelo muy fértil y
con depósitos de gas y petróleo a lo largo de la costa.
Sin embargo, escasa parte de esas riquezas
alcanza al conjunto de la población. Es el país más pobre del SE asiático,
viviendo en la pobreza aproximadamente el 32% de los habitantes. Su economía
es, hoy por hoy, una de las más subdesarrolladas del mundo, sufriendo los
efectos de décadas de estancamiento, mala gestión, aislamiento y una muy
considerable corrupción. La clase dirigente ha sido acusada asimismo de tráfico
a gran escala de heroína, droga de la que Birmania es exportadora importante.
Dadas las sanciones económicas de EE.UU., UE
y Canadá, sólo China, India y Corea del Sur han invertido de forma
significativa en el país. En el futuro, los sectores más productivos seguirán
siendo los extractivos (especialmente gas/petróleo, minas y madera).
La riqueza artística de sus templos y
edificios budistas determinarán lógicamente un aumento del turismo y sus
ingresos, pero Birmania debe mejorar sus infraestructuras; también las
sanitarias, pues el riesgo de enfermedades infecciosas graves es alto.
Un 68% de la población son propiamente
birmanos. Entre los numerosos grupos étnicos minoritarios, destacan los san (9%) y los Karen (7%). Hay un 3% de
chinos y un 2% de indios.
Son budistas el 89% de los habitantes;
cristianos, un 4% (3% baptistas, 1% católicos). La proporción de musulmanes es
el 4%.
La población urbana constituye únicamente el
34%. La esperanza de vida, 65,6 años; la tasa de fertilidad, 2,21 hijos/mujer.
La tasa de alfabetización (89,9%) parece bastante alta para las circunstancias
del país, pero puede deberse a lo que se va a comentar a continuación.
La cultura supone una mezcla centenaria de
influencias chinas, indias y tailandesas, lo que se refleja en el idioma, la
cocina y la música. Es muy fuerte el peso en la literatura y el arte, además de
en las costumbres, del budismo Theravada, la escuela más antigua y más próxima
al budismo temprano.