domingo, 4 de noviembre de 2012

LOS PAÍSES BÁLTICOS



PAÍSES BÁLTICOS          Europa del Nordeste


Se utiliza el nombre de ‘Países Bálticos’ con referencia a los tres ribereños del Mar Báltico: Estonia, Letonia y Lituania. Sin embargo, desde el punto de vista cultural, étnico y lingüístico, sólo Letonia y Lituania lo serían, ya que los estonios poseen mucha mayor afinidad con el pueblo finlandés y, de hecho, hablan un idioma próximo al finés, mientras que en los otros dos se emplean las llamadas lenguas bálticas.

Se consideran a menudo parte de Europa Oriental, tanto geográficamente como por la influencia histórica de Polonia, Rusia y la URSS. De todos modos, Estonia, influida por la Liga Hanseática y sus especiales relaciones con los países escandinavos, se puede considerar también como parte de Europa del Norte.



ESTONIA


Capital: Tallinn
Forma de gobierno: República parlamentaria
Fecha de independencia: de Rusia: 24-Febrero-1918; de la URSS: 22-agosto-1991
Superficie: 45.226 Km2 (133º)
Población: 1.287.000 hab (153º)   Densidad: 28,45 hab/Km2
PIB/cápita: 20.600 $ (61º)
Miembro de: UE, OTAN

Poblada desde la Prehistoria por una rama del pueblo fino-ugrio; de ahí su afinidad con los finlandeses. A principios del siglo XIII estaba dividida en condados de religión pagana. En el transcurso de ese siglo, la Orden Militar de los Caballeros Portaespada conquistó el Sur, introduciendo el cristianismo, mientras Dinamarca tomaba posesión del Norte; entre tanto, la Liga Hanseática monopolizó el tráfico de los puertos.

En 1347 fue comprada por los Caballeros Teutones. A pesar de levantamientos y de intentos de invasión rusos, la Orden Teutónica conservó el territorio y, al abrazar en 1524 la Reforma, introdujo en Estonia el luteranismo, que hoy sigue siendo la religión mayoritaria. En 1561, Suecia se adueña del país, aunque respetando la existencia de los terratenientes feudales germánicos.

Tras la Gran Guerra del Norte (1700-1721), Suecia perdió Estonia, que pasó a Rusia; sin embargo, la clase alta y media-alta seguirán siendo sobre todo de origen báltico-germano. La servidumbre quedó abolida en 1818.

En el siglo XIX, el nacionalismo estonio empezó a manifestarse en aspectos culturales, como suele ser costumbre, pero tras la rusificación iniciada en 1890, adquirió tintes más políticos.

El 24 de febrero de 1918, Estonia declaró su independencia de la recién nacida Rusia Soviética e instaló un gobierno provisional, pero los alemanes ocuparon la zona. Al ser derrotada Alemania ese mismo año, se produjo la Guerra de Independencia, en la que los estonios derrotaron al Ejército Rojo y después a tropas alemanas mercenarias. 

El 2 de febrero de 1920, Rusia reconoció la independencia, y un año después, Estonia ingresó en la Sociedad de Naciones.

La crisis económica de la década de 1930 propició el paso de una democracia parlamentaria a un régimen dictatorial en 1933. En 1937 adoptó el país un sistema mixto presidencialista- parlamentario.

Los protocolos secretos del pacto germano- soviético de agosto de 1939 establecieron que los tres estados bálticos quedarían en la zona de influencia de la URSS. En junio de 1940, tras un ultimátum y el ingreso de tropas soviéticas en el territorio, Stalin depuso al Gobierno y lo sustituyó por miembros del Partido Comunista local. Mediando unas elecciones celebradas bajo la ocupación y sin ninguna garantía democrática, el nuevo gobierno adoptó el nombre de República Socialista Soviética y se incorporó a la URSS.

La Operación Barbarroja comenzó en junio de 1941; de los 34.000 jóvenes estonios en edad militar, menos del 30% sobrevivió a la guerra. Centenares de presos políticos, que los soviéticos afirmaron no poder evacuar, fueron ejecutados.

La gran mayoría de los estonios recibieron a los alemanes como liberadores, pero de hecho fueron otra fuerza de ocupación. Se emitieron algunos sellos bilingües (de los que se presenta uno), pero en conjunto Estonia fue incorporada a la nueva provincia alemana de Ostland.

Muchos estonios se alistaron como voluntarios en el ejército finlandés, para seguir luchando contra los rusos, formando el llamado Regimiento 200. Cuando en 1944 Finlandia salió de la guerra, el regimiento 200 volvió a Estonia para seguir la lucha, muchos en las Waffen SS.

La URSS reconquistó Estonia en el otoño de 1944, ante lo cual 10.000 estonios prefirieron huir junto a los alemanes hacia Finlandia y Suecia.

El régimen soviético implantó la industrialización y la colectivización forzadas. Las minorías alemana y sueca fueron expulsadas. Unos 80.000 estonios emigraron a Occidente y alrededor de 20.000 fueron deportados entre 1945/46.

La colonización rusa alteró la composición étnica tradicional. Una tercera ola de deportaciones en masa a Siberia tuvo lugar en 1949; nunca regresaron la mitad de los deportados. Esta situación dio lugar incluso a la formación de una guerrilla antisoviética en la década de 1950, los ‘hermanos del bosque’.

Otro aspecto a considerar fue la militarización: la mayor parte de la costa y todas las islas fueron declaradas ‘zonas fronterizas’, necesitando los residentes un salvoconducto para acercarse a la costa. Paralelamente se desarrolló la rusificación: aproximadamente medio millón de rusoparlantes fueron trasladados al país, lo que ya en 1980 provocó protestas públicas durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Moscú (Tallinn era la sede de las regatas).

Las manifestaciones nacionalistas se multiplicaron a partir de 1986. En agosto de 1989, unos dos millones de estonios, letones y lituanos formaron una cadena humana  de más de 560 Km entre Tallinn y Vilnius, para exigir la liberación de los países bálticos, pero sólo consiguieron de momento la autonomía económica.


El 8 de mayo de 1990 se readopta el nombre de ‘República de Estonia’ y se proclama la independencia, no reconocida y aplazada por Moscú. Después de los sucesos de agosto de 1991 en la URSS, se repite la proclamación bajo la amenaza de los tanques soviéticos. Moscú la aceptará el 6 de septiembre de 1991, y Estonia ingresa en la ONU. Las tropas rusas no acabarán de evacuar el país hasta el 31 de agosto de 1994.

Entró en la OTAN el 29 de marzo de 2004, y el 1 de mayo ingresó, junto con otros nueve países en la Unión Europea. Adoptó el euro como moneda el 1 de enero de 2011.

Estonia se rige por un sistema republicano, cuyo Presidente es elegido por un Parlamento unicameral, elegido a su vez por un sistema proporcional. Es uno de los primeros países que ha adoptado el voto electrónico.

Cuenta con una superficie similar a la de los Países Bajos. Los depósitos de pizarra bituminosa y de piedra caliza, así como los bosques que cubren el 47% del territorio, desempeñan un papel importante en la economía del país, pobre en recursos naturales. Tiene costas muy recortadas y predominantemente bajas. Estonia es muy llana, con abundantes humedales y lagos (uno de ellos, el Peipus, el 4º en tamaño de Europa).

El clima es continental húmedo, con veranos templados e inviernos fríos, moderados por la influencia del Báltico. Las islas, llanas y boscosas, representan el 9,2% de la superficie.

Estonia ha apostado decididamente por la liberalización de la economía: estímulo a la inversión extranjera, privatizaciones  y cooperación con Finlandia. Las principales exportaciones son maquinaria, gama electrónica, madera y textiles; es uno de los mayores exportadores de casas de madera.

La privatización está casi completada. Estonia se halla fuertemente influenciada por los procesos de desarrollo de Alemania, Finlandia y Suecia, sus principales socios comerciales.

Desde 1996, el Gobierno prestó atención preferente a las tecnologías de la información, tanto en cuanto a la informatización de las escuelas como en cuanto a la mejora del acceso de la población  a las nuevas tecnologías; está a la cabeza de Europa en penetración de Internet y en telefonía móvil. Sin embargo, los roces y problemas con la población de origen ruso (más del 25%) obstaculizan muchas inversiones.

El turismo (para quien el principal atractivo es el centro histórico de Tallinn, con su imagen hanseática) y el comercio de tránsito son asimismo contribuciones importantes al PIB. El FMI considera a Estonia como un ejemplo excepcional  entre las economías de la transición. Una comisión vela por el crecimiento estable y fuerte, los pagos internacionales y la transparencia económica. De hecho, en los últimos años disfruta de uno de los mayores crecimientos de la Unión Europea.

Estonia sufrió también la recesión a mediados de 2008, pero se recuperó y tiene hoy el índice de crecimiento del PIB más alto de Europa, gracias al crecimiento de las exportaciones  y de las inversiones a raíz de la adopción del euro, con la única sombra del aumento del paro hasta el 19,8% a principios del 2010.

El idioma oficial es el estonio; la esperanza de vida, 72 años. El promedio hijos/mujer sólo 1,66, lo que está provocando una reducción de la población en un 0,04% anual.


Entre 1945 y 1989, la proporción de la población étnicamente estonia cayó desde el 96% hasta el 61%, debido al programa soviético de inmigración masiva, ejecuciones y deportaciones. En 2006 había pasado del 61 al 69%

Las relaciones entre habitantes de origen estonio y ruso son tirantes, con disturbios ocasionales. Es muy controvertida la situación de los ‘pasaportes grises’, que tienen reconocida la residencia legal, pero no la ciudadanía. Para obtener ésta (y para el acceso a numerosos y variados puestos de trabajo), es preciso pasar una prueba de conocimiento del estonio, cuya preparación puede resultar económicamente gravosa a los rusohablantes pobres.


LETONIA


Capital: Riga
Forma de gobierno: Democracia parlamentaria
Fecha de independencia: de Rusia: 18 de noviembre de 1918; de la URSS: 21 de agosto de 1991
Superficie: 64.589 Km2 (123º)
Población: 2.231.000 hab (141º)   Densidad: 34,54 hab/Km2
PIB/cápita: 14.900 $ (75º)
Miembro de: UE, OTAN

Letonia (Latvija en letón) limita al N con Estonia y al S con Lituania. Bañada por las aguas del Báltico, posee un litoral pantanoso, con dunas e importantes puertos pesqueros. Su capital, Riga, es la mayor de las capitales bálticas. En su barrio histórico se encuentran edificaciones medievales y conjuntos modernistas o Art Nouveau, lo que la convierte en Patrimonio de la Humanidad.  

Los bosques cubren casi la mitad del territorio, lo que favorece el turismo ecológico.

Los antecesores del pueblo letón fueron las tribus bálticas que llegaron hacia el 3.000 a.C. En la era cristiana, desempeñó un importante papel de enlace comercial con el mundo grecorromano.

Conocida también como Livonia, cayó a partir del siglo XII bajo el dominio de los Caballeros Teutones, que introdujeron el cristianismo. En el siglo XVI pasó a formar parte de la Confederación Polaco-lituana, extinguida con los repartos de Polonia a fines del XVIII. Desde entonces, fue controlada por Rusia.

Con la abolición de la servidumbre en 1817, los letones pasaron a reivindicar la propiedad de la tierra, lo que alimentó el nacionalismo.

Con ocasión del hundimiento del Imperio Ruso en la Primera Guerra Mundial, un Consejo Nacional proclamó la independencia de la República letona en noviembre de 1918.

En 1934 el país se convirtió en un estado autoritario, tras un golpe de estado que suspendió el Parlamento.

Las peripecias ocurridas entre 1940 y 1991 son similares a las ya vistas para Estonia: ocupación soviética, ocupación alemana en 1941, vuelta de los soviéticos, integración en la URSS, deportaciones, ejecuciones, guerrillas hasta 1952, colectivización forzada e inmigración masiva de rusos.

Dentro del proceso ya conocido, el país volvió a conseguir su independencia el 21 de agosto de 1991. Desde entonces reforzó sus lazos con Occidente y en 2004 ingresó en la UE y también en la OTAN.

El Parlamento unicameral es el más alto órgano del Estado en cuanto a autoridad. Discute y aprueba las propuestas de ley del Primer Ministro, mientras que el Presidente de la República tiene sólo una función representativa.

Como residuo de la época glaciar, Letonia posee más de 12.000 ríos (de los que sólo 17 tienen más de 90 Km de longitud) y unos 3.000 lagos. 


La vía fluvial principal es el Dvina Occidental, que nace en Rusia y desemboca en el amplio golfo de Riga.

Excepto la turba y la caliza, los recursos naturales son escasos. Dejada atrás la costa arenosa, casi toda la superficie está ocupada por planicies, apenas interrumpidas por colinas que no exceden de los 300 m. Lagos, pinares, turberas y zonas pantanosas son los principales elementos del paisaje. Tiene veranos frescos e inviernos fríos, con frecuentes nevadas.

La letona es una economía pequeña y abierta, cuyas exportaciones contribuyen poderosamente a su PIB. Gracias a su ubicación geográfica, los servicios de tránsito están muy desarrollados, así como las industrias de transformación de la madera, agroalimentarias y manufactureras  de maquinaria y artefactos electrónicos. Con todo, el sector servicios es más importante que el industrial.

Pese a los impedimentos que suponían para las inversiones la corrupción y la población con tendencia a disminuir, la economía iba bien (crecimiento del PIB mayor al 10% anual durante 2006/2007), pero en 2008 se produjo un colapso espectacular.

La causa fue el exceso de deuda y la pérdida de credibilidad en el contexto internacional. Reforzado el desastre por el hundimiento del segundo banco del país, el PIB se hundió en un 18% ese año. El FMI y la UE proporcionaron ayuda financiera, a cambio del compromiso del gobierno letón de adoptar severas medidas de austeridad.

El programa de ayuda concluyó satisfactoriamente en diciembre de 2011. El Gobierno consiguió reducir el débito fiscal al 7,7% del PIB en 2010 y al 4% en 2011. El proyecto es reducirlo a menos del 3% en 2012 para poder ingresar en la eurozona en 2014.

La población de origen letón representa únicamente un 59,3% de los habitantes, y es minoritaria en Riga, la capital. Otros grupos son los rusos (27,8%), bielorrusos, polacos, ucranianos y lituanos.

Tras casi tres años de debates, en 1994 se promulgó una ley sobre ciudadanía y naturalización que estableció como requisitos para los que no fueren de etnia letona, el conocimiento de la lengua a nivel de conversación, juramento de lealtad, renuncia a la ciudadanía anterior y conocimiento de la Constitución. Criminales convictos, drogadictos y ex-agentes de los servicios de inteligencia soviéticos quedaban excluidos.

En 1998 se suavizó la normativa, pero muchos de los residentes siguen sin conocer el letón, que, como el lituano, es una lengua báltica del grupo de las indoeuropeas.

Los luteranos constituyen un 19,6% de la población; los ortodoxos, el 15,3%; sin especificar, el 63,7%. Rasgo digno de comentar es el muy bajo índice hijos/mujer: 1,33, el 209º del mundo.

Para finalizar, dos datos curiosos. Eisenstein, el director de ‘El acorazado Potemkin’, nació en Riga. Y en Riga fue donde se suicidó (no en San Petersburgo, como a veces se lee) el escritor y miembro del Cuerpo Consular Español  Ángel Ganivet, predecesor de la ‘Generación del 98’; fue un suicidio contumaz: se arrojó al Dvina por la mañana, y lo rescataron unos pescadores; la tarde del mismo día se volvió a arrojar, ya sin pescadores.


LITUANIA


Capital: Vilnius
Forma de gobierno: República semipresidencialista
Fecha de independencia: de Rusia: 12 de julio de 1920; de la URSS: 6 de septiembre de 1991
Superficie: 65.303 Km2 (122º)
Población: 3.218.064 hab (137º)   Densidad: 49,4 hab/Km2
PIB/cápita: 17.900 $ (65º)
Miembro de: UE, OTAN

Lituania (Lietuva) es el tercero de los llamados Países Bálticos, el más meridional y el más ‘mediterráneo’ (como le sucede a Dinamarca dentro del conjunto escandinavo), lo que se nota en la luz y en el ambiente. Limita al N con Letonia; al SO con Polonia y el enclave ruso de Kaliningrado.


Como en Letonia, sus habitantes proceden de una rama de los baltos, etnia indoeuropea con características propias, distinta de las itálicas, griegas, celtas, eslavas y germánicas. El nombre de Lituania aparece por primera vez en 1009, en los anales del monasterio de Quedlinburg.

Se considera que la fecha de constitución del primer estado lituano fue 1253, año en que Mindaugas fue coronado en Vilnius tras unir a los duques rivales. A lo largo del siglo XIII fue invadida hasta cuatro veces por los mongoles de la Horda de Oro, los cuales sólo en 1377 fueron definitivamente derrotados.

En 1385 se unió en unión personal con Polonia, asumiendo la doble titularidad el rey  Vladislovas II. Sólo tras la derrota en la batalla de Grünewald (1410) de los Caballeros Teutones, la unión personal con Polonia pudo evolucionar.

Se convirtió en un muy extenso y curioso Estado conocido como ‘República de las Dos Naciones’ o ‘Confederación de Polonia-Lituania’. Su estudio correspondería más bien a la entrada ‘Polonia’; sólo diremos aquí que su derrumbe tuvo lugar con los repartos de Polonia de fines del siglo XVIII, adquiriendo el Imperio Ruso toda la parte oriental, Lituania incluida.

En el XIX, la represión de los gobernantes rusos provocó dos revueltas en 1836 y 1863. Después de la segunda, fueron prohibidos los libros, periódicos y la enseñanza en lituano.

Ocupada por Alemania en la Primera Guerra Mundial, declaró su independencia en 1918. Pero inmediatamente hubo de librar una guerra con la Polonia de Pilsudski, también recién nacida y sumamente agresiva, la cual se saldó con la pérdida para los lituanos del 20% de su territorio, incluido Vilnius, con lo que la capitalidad  hubo de ser trasladada a Kaunas, donde permaneció hasta 1944.

Los hechos del periodo 1940-1990 ya han sido contemplados. Como nota distintiva, cabe indicar que los alemanes fueron especialmente bien recibidos como liberadores en 1941, uniéndose a ellos la mayoría de la juventud lituana, tanto para matar bolcheviques como para acosar a judíos polacos y lituanos.


Después del abandono a favor de la URSS en el Tratado de Potsdam de 1945, las guerrillas antisoviéticas persistieron hasta 1956. Por supuesto, los soviéticos hicieron todo lo que sabían hacer, incluyendo la rusificación del país.

En 1988 se fundó el Movimiento Sajudis, que triunfó en las elecciones para el Congreso de Diputados de la URSS, bajo el liderazgo de Vytautas Landsbergis, quien proclamó la independencia el 11 de marzo de 1990. Hubo una dura réplica militar soviética, pero, tras el fallido golpe de agosto de 1991 en Moscú, la independencia de Lituania quedó reconocida internacionalmente.

Desde entonces, el estado lituano, organizado como república parlamentaria, ha hecho grandes reformas económicas y avanzado en la recuperación de su patrimonio cultural. El 1 de mayo de 2004, Lituania se convirtió en miembro de la Unión Europea.

El país carece de montañas; tiene apenas una meseta poco notoria en el Oeste y Centro, y el terreno está marcado por pequeños y grandes lagos, además de extensas zonas boscosas que cubren el 30% del territorio. El clima es similar al de los estados vecinos.

Tiene una pequeña costa arenosa de unos 100 Km, de los cuales sólo 40 están abiertos al Báltico. Klaipeda (la antigua Memel) es su principal puerto.

Pese a ser miembro de la UE, el comercio con sus vecinos, y particularmente con Rusia, constituye una parte significativa de sus intercambios totales. 

La inversión extranjera y el apoyo financiero exterior fueron de gran ayuda en la transición de la vieja economía dirigida a la de libre mercado. La economía creció una media anual de un 8% en los cuatro años anteriores a la crisis de 2008/2009, que, como sabemos, golpeó duramente a las tres repúblicas bálticas. Así, el PIB se hundió en 2009 casi un 15%.

El gobierno puso en marcha una ambiciosa campaña para atraer inversiones y desarrollar mercados exteriores, y ese empeño de sus gobernantes ha resultado vital para la rápida recuperación del país: sólo en 2011, el PIB subió un 5,8%, uno de los crecimientos más espectaculares de la UE. Con todo, el desempleo (15,6% en 2011) sigue siendo alto.

Lituania ha empezado a modernizar sus redes energéticas basándose en una nueva generación de reactores nucleares (es el 5º país del mundo en cuanto a potencia nuclear instalada), para conseguir disminuir su dependencia de Rusia y, eventualmente, vender energía a sus vecinos.

Por lo demás, produce cereales, patatas y remolacha azucarera, aparte de los productos pecuarios. Su industria está bastante diversificada: máquinas herramienta y agrícolas, motores eléctricos, electrodomésticos, textiles y fertilizantes; como especialidad, la joyería del ámbar.

La esperanza de vida es de 75,55 años, y el 99,6% de la población está alfabetizada. El promedio hijos/mujer es también aquí muy bajo (1,27), lo que determina una tasa de decrecimiento  de 0,278%. 

Como dato curioso, Lituania y Finlandia son los países del mundo con mayor población portadora de ojos azules.

La división étnica es: lituanos, 84%; polacos, 6,1%; rusos, 4,9%. La menor proporción de rusos y afines ha atenuado los problemas de nacionalidad y naturalización. El lituano es la única lengua oficial.

La proporción de católicos es del 79%; ortodoxos, 4,1%; protestantes, 1,9%.



Lituania Central


La República de Lituania Central fue una entidad cuya independencia no fue reconocida por la comunidad internacional y que duró pocos meses, entre 1920 y 1922.

Su origen se halla en la invasión polaca de Lituania que ya quedó aludida. 

Con un territorio que tenía como centro la vieja capital de Vilnius, sirvió durante 18 meses como estado-tapón entre Polonia, de quien dependía, y Lituania, que lo reclamaba como suyo. 


Después de una serie de aplazamientos, tuvo lugar una elección muy discutible el 8 de enero de 1922, y el territorio fue anexionado por Polonia, anexión por supuesto no reconocida por los lituanos.

La reclamación lituana fue considerada legítima (aunque sin ningún resultado práctico) por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en 1931.




Memel


El Territorio de Memel (Memelland en alemán), situado inmediatamente al N del río Niemen hasta su desembocadura, fue definido en el Tratado de Versalles de 1919 al ser colocado bajo la administración de un ‘Consejo de Embajadores’, Igual que el Sarre y la Ciudad Libre de Dantzig, habría de permanecer bajo el control de la Sociedad de Naciones (dominada por los vencedores en la Gran Guerra y especialmente por Francia) hasta que en un futuro indefinido esas comunidades votasen si se reintegrarían a Alemania o no. Las ubicuas tropas francesas fueron enviadas a guarnecer el territorio.

Esa zona había sido conquistada en 1252 por los Caballeros Teutones, que construyeron el castillo y la ciudad de Memel (hoy Klaipeda). La frontera con Lituania se fijó en el Tratado de Melno (1422), y permaneció intocada hasta 1918.

Estamos pues, por tanto, ante una más de las arbitrariedades del Tratado de Versalles, propiciada en especial por el dúo Poincaré- Clemenceau (destacados entre los padres de la Segunda Guerra Mundial) y por el agresivo y dictatorial mariscal polaco Pilsudski, de quien tendremos más ocasión de hablar.

Tenía claro predominio étnico alemán, y los ‘memellanders’, lituanos germanizados, compartían sus puntos de vista.

El 9 de enero de 1923, Lituania ocupó unilateralmente el territorio, sin que las tropas francesas pusieran ninguna objeción (de forma simultánea Francia estaba ocupando el Ruhr). 

El 18 de enero de 1924, Memel fue anexionado, concediéndosele una autonomía con parlamento separado y dos lenguas oficiales.

La anexión proporcionaba a Lituania el control de un puerto en el Báltico libre de hielos durante todo el año. El puerto de Klaipeda (nombre lituano de Memel) fue modernizado y ampliado.

A los habitantes no se les dio ninguna opción. Los partidos políticos pro-germanos obtuvieron una mayoría de más del 80% en todas las elecciones, lo que da idea del sentir mayoritario en un hipotético referéndum. Tras el golpe de estado en Lituania de Smetona, en 1926, Memel se convirtió, gracias a su estatuto especial, en un oasis de democracia, pero el gobierno lituano acabó por establecer en los últimos años una política de lituanización. Profesores, funcionarios y sacerdotes fueron despedidos, con lo que las divergencias se convirtieron en insuperables. A finales de 1938, Lituania había perdido el control de la situación.

Hitler decidió cortar por lo sano. Tras un ultimátum, el 23 de marzo de 1939 se firmó el tratado de cesión a Alemania, a cambio de una zona franca lituana en el puerto de Memel. Fue la última de las anexiones sin derramamiento de sangre de territorios segregados de Alemania por el Tratado de Versalles, situación que había sido vista por la mayoría de los alemanes como humillante.

Al fracasar la Operación Barbarroja, Memel fue defendido por el ejército alemán, en una dura batalla, hasta el 28 de enero de 1945. Antes había sido evacuada la práctica totalidad de la población; tras su captura sólo se encontró a 6 personas en la ciudad.

En el conjunto del territorio, la población autóctona fue expulsada; incluso las familias lituanas que se habían opuesto a los partidos alemanes fueron deportadas a Siberia.

El Memelland fue incluido en el oblast de Kaliningrado (la antigua Königsberg), y en 1948 cedido a la RSS de Lituania, incluida en la URSS.

Es de justicia señalar que la nueva Lituania independiente, nacida en 1990, ni ha reconocido la antigua autonomía ni ha devuelto la ciudadanía o las propiedades a los antiguos habitantes, ni siquiera a aquéllos que optaron por la ciudadanía lituana en 1939.

Inicialmente se utilizaron en Memel sellos sobrecargados, generalmente franceses, a veces alemanes o lituanos. Entre 1920 y 1923, hasta la anexión, emitió sellos propios; estuvieron en uso hasta 1925.


                                             


No hay comentarios:

Publicar un comentario