martes, 1 de noviembre de 2011

BOSNIA - HERCEGOVINA



BOSNIA – HERCEGOVINA       (Europa Balcánica)


Bosnia está situada en la región balcánica, sobre los llamados Alpes Dináricos El Sur, la parte mediterránea, corresponde a la región de Hercegovina, aunque no existan fronteras reales entre ambas. Las dos han formado una entidad geopolítica desde tiempos medievales; el uso oficial del nombre que menciona explícitamente una y otra comenzó sólo en el último periodo de la época otomana.

Tenemos noticias de un estado bosnio desde el siglo XII, y el reino propiamente dicho surgió en la segunda mitad del XIV. Conquistado el territorio por los turcos, se constituyó en distrito o sandjak  durante cuatro siglos. Como ocurrió en otras zonas europeas del Imperio otomano, las conversiones de autóctonos al Islam fueron más numerosas de lo habitual, constituyéndose así un núcleo relativamente compacto de población musulmana.

El Congreso de Berlín de 1878 fue convocado por iniciativa británica tras la rotunda victoria rusa en la guerra ruso-turca de 1877/1878. Se trataba de redimensionar el éxito ruso modificando el Tratado de San Stéfano, que Turquía se había visto obligada a firmar a raíz de su derrota.

Pero también el Imperio Austrohúngaro tenía intereses en la zona balcánica, más aún tras su exclusión del espacio alemán en 1866 (ver entrada ‘Austria 1’). Aprovechó el Congreso de Berlín y el Tratado de él resultante, para lograr que Bosnia-Hercegovina fuese puesta bajo el régimen de ocupación militar austrohúngara, aunque de manera puramente formal siguiera perteneciendo al Imperio Otomano.

Más tarde, en 1908, aprovechando ahora la crisis provocada por el golpe de estado modernizador de los ‘Jóvenes Turcos’ contra el sultán Abdul Hamid II, se la anexionó pura y simplemente (otros países, como Bulgaria e Italia, también se aprovecharon de esa crisis, como veremos en su momento).

La anexión era un episodio más del proceso de desintegración del Imperio Turco, que ya venía desde principios del XIX; pero la todavía pequeña Serbia, apoyada por Rusia y movida de un fuerte expansionismo paneslavista, la tomó como una bofetada. Tanto así que comenzó a tratar de crear problemas en el territorio bosnio y acabó planificando el atentado que, llevado a cabo en la capital bosnia de Sarajevo en junio de 1914, terminó con la vida del Archiduque Francisco Fernando, heredero de la Corona imperial y real. La Primera Guerra Mundial estaba servida.

A esta época corresponden los primeros sellos de Bosnia - Hercegovina. Los más antiguos datan de 1879 y, hasta 1906, carecen de leyenda alguna. Desde 1912, vienen provistos de la indicación ‘Militärpost’, cuya traducción es obvia.


Desaparecido el Imperio Austrohúngaro en 1918, los francobritánicos mimarán a su aliada Serbia, a pesar de las protestas italianas, permitiéndole imponer su dominio sobre todos los Balcanes Occidentales. Bosnia - Hercegovina será una pieza más del conjunto, claramente dirigido por los serbios, que primero se llamará ‘Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos’ para cambiar, pocos años después, a la denominación de ‘Reino de Yugoslavia’.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la intervención en la zona de las potencias del Eje desmembrará ese reino. Bosnia - Hercegovina, en su totalidad, pasará a formar parte del estado satélite de Croacia, aunque, dada la naturaleza montañosa del terreno, la actividad partisana será allí muy intensa.

En 1945, se integrará, como una de las repúblicas federadas, en la República Federativa Socialista de Yugoslavia.

A la muerte de Tito, padre de la Yugoslavia socialista, se inicia un proceso de disgregación que explosiona en 1991/1992, siendo las primeras en proclamar su independencia Eslovenia y Croacia. Es ahora cuando da comienzo la siguiente etapa de la historia de Bosnia- Hercegovina.


Capital: Sarajevo
Forma de gobierno: República Federal
Independencia (de Yugoslavia): 5 de marzo de 1992
Superficie: 51.129 Km2 (124º)
Población: 3.875.723 hab  (128º)    Densidad: 76 hab/Km2
PIB/cápita: 8.300 $ (129º)

La Asamblea de Bosnia - Hercegovina organizó un referéndum tras retirarse en señal de protesta los miembros serbios, partidarios de la no participación. Dicho referéndum se celebró el 1 de marzo de 1992; la participación fue del 67%, y el resultado, 99,43% a favor de la independencia, proclamándose el 5 de marzo la que se llamó en ese momento ‘República de Bosnia - Hercegovina’.

La ‘República Srpska (Serbia)' se proclamó por su parte en agosto del mismo año 1992, originariamente con el objetivo de preservar la Federación Yugoslava.


Las cosas fueron todavía más complicadas. En efecto, como resultado de conversaciones ya iniciadas en 1991, el presidente croata Tudman y el serbio Milosevich firmaron el Acuerdo de Graz para repartirse Bosnia. No todos los bosniocroatas estuvieron conformes, sino que se dividieron: unos, en el Sur, crearon la República de Herzeg-Bosnia, no reconocida oficialmente por nadie, que existió de 1992 a 1994; otros lucharon con los bosniacos en defensa de la República de Bosnia - Hercegovina. Por lo tanto, en una primera fase, se trató de una guerra a tres bandas.

El 25 de septiembre de 1991, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una Resolución imponiendo el embargo de armas en toda Yugoslavia. Esto perjudicó especialmente al ejército bosnio, pues Serbia había heredado la mayor parte del material del fenecido ejército yugoslavo, mientras que Croacia podía conseguir armas de contrabando a través de la costa.

El gobierno bosnio presionó para que se levantara el embargo, pero se encontró con los vetos del Reino Unido, Francia y Rusia. El Congreso americano apoyó a los bosnios, pero el Presidente Clinton interpuso también su veto para no distanciarse de las tres potencias antedichas.

La guerra fue larga (1992-1995), además de dura, como veremos. Por las razones explicadas, empezó con ventaja serbia, que ocupó más del 70% del territorio, pero no las grandes ciudades de Mostar y Sarajevo. Intervinieron también numerosos grupos paramilitares, serbios o croatas, mientras que voluntarios musulmanes acudieron a auxiliar a sus correligionarios bosnios.

Estuvo marcada por una voluntad de ‘limpieza étnica’, que venía a identificarse con el genocidio, sin contar otros muchos delitos. Los serbios y serbobosnios fueron claramente los principales responsables, pero no los únicos.

El episodio más recordado es el asedio de Sarajevo, que duró 44 meses. Los serbios rodearon la ciudad desplegando tiradores y artillería en las colinas circundantes, siempre con el objetivo de infligir el mayor sufrimiento posible a la población civil a fin de obligar a las autoridades bosnias a plegarse a sus demandas.  El único nexo de Sarajevo con el mundo exterior fue, durante ese largo periodo, el aeropuerto, ocupado por un destacamento de tropas de la ONU.

En 1994, el panorama empezó a cambiar. La OTAN se decidió a participar activamente, cuando el 28 de febrero sus aviones derribaron 4 aviones serbios que habían violado la zona de prohibición de vuelos establecida por la ONU. Además, la guerra entre bosnios y croatas terminó por el Acuerdo de Washington, previa mediación americana; esto redujo las partes beligerantes a dos.
En 1995, los serbios y serbobosnios iniciaron una campaña  sistemática contra las declaradas por la ONU ‘zonas seguras’, lo que puso a las fuerzas de la OTAN en su contra. En ese contexto, las tropas serbias mandadas por el general Ratko Mladich penetraron en la ‘zona segura’ de Srebrenica, en el este de Bosnia, y allí, en presencia de un pequeño e impotente pelotón de ‘cascos azules’ neerlandeses, procedieron a asesinar a alrededor de 8.000 civiles bosnios; las mujeres fueron expulsadas y algunas, asesinadas o violadas.

La matanza de Srebrenica es otro de los episodios más recordados. Pero para todos hay flores en este ramillete: el general bosnio musulmán Nasser Orich también hizo de las suyas en esa misma zona, aunque luego saldría muy bien librado en la sentencia del Tribunal Internacional; los croatas fueron quienes cometieron la barbaridad de volar el histórico puente de Mostar, y, aunque no se trate estrictamente de Bosnia, quienes sometieron a la bella ciudad croata de Dubrovnik a un tratamiento similar al de Sarajevo, fueron los montenegrinos, unidos entonces a los serbios, sin perjuicio de que se separaran después del fin de la guerra.

Volvamos empero al hilo principal. Conforme al acuerdo bosnio-croata, las fuerzas croatas eliminaron la ‘República de Krajina’, en el norte, con la consiguiente limpieza étnica, en este caso de serbios. La artillería serbia que sitiaba Sarajevo llevó a cabo la matanza del mercado de Markale; la OTAN respondió con el inicio de la operación ‘Delta Force’, ampliando en septiembre los ataques aéreos contra las infraestructuras y unidades serbobosnias.

La comunidad internacional presionó a los líderes de las tres facciones a acudir a la mesa de negociaciones, terminando finalmente la guerra con los acuerdos de Dayton, firmados el 21 de noviembre de 1995.

Es difícil hacer una concreción seria de bajas. Una investigación realizada el año 2004 determinó una cantidad de 102.000 muertos (55.261 civiles y 47.360 soldados). De los civiles, 16.700 serían serbios; 38.000, bosnios y croatas. De los soldados, 14.000 serbios, 6.000 croatas y 28.000 bosnios. Todo ello sin contar más de 1.300.000 refugiados y exiliados. Unos 320 soldados de UNPROFOR murieron durante el conflicto.

Entre 20.000 y 44.000 mujeres fueron sistemáticamente violadas por las fuerzas serbias; en menor medida, existe constancia de que también unidades bosnias realizaron esta práctica con mujeres serbias. Estos hechos no fueron juzgados por el Tribunal Internacional por considerarse ‘aislados’, pero, tras el conflicto, la violación fue considerada por primera vez como arma de guerra empleada como herramienta de limpieza étnica y genocidio.

Hemos mencionado más de una vez al Tribunal Internacional. No se trata del viejo TIJ, sino del Tribunal Penal Internacional para la ex –Yugoslavia, creado, también en La Haya, por Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en 1993. Consta de 16 jueces, de diferentes naciones, elegidos por la Asamblea General para un periodo de 4 años, pero renovables.

El considerado principal responsable, el presidente serbio Milosevich, entregado por el nuevo gobierno de su país, murió en las dependencias antes de que comenzase el juicio el 11 de marzo de 2006.

Los dos prófugos más buscados pasaron a ser Radovan Karadzich, líder de los serbobosnios, y el general Ratko Mladich, considerado responsable principal de la matanza de Srebrenica. Protegidos y encubiertos ambos por Serbia, pasaron a disposición del Tribunal de manera poco elegante para una y otra parte, Cuando los líderes occidentales cuchichearon al oído del gobierno serbio que, sin entrega de los prófugos, no habría  posibilidad de futuro ingreso en la UE, el gobierno serbio, confiando de manera un tanto ingenua en el futuro de la UE, rápidamente los detuvo (sabía muy bien dónde estaban) y los entregó. Los respectivos juicios han comenzado el 26 de octubre de 2009 y el 3 de junio del 2011.

En julio de 2011 ha sido detenido el último prófugo que faltaba: Goran Hadzich, presidente que fue de la república serbia de Krajina. Ni que decir tiene que la sentencia va para rato.

Lo que causa espanto y maravilla son los medios puestos a disposición de tan Alto Tribunal. Instalado en un coquetón edificio, tal como se ve en la foto adjunta, tiene empleadas a 1.300 personas, y su presupuesto ha ascendido de 276.000 $ en 1993 a 223,2 millones en 2003; no se dispone de datos posteriores.

Observe el lector atento y curioso que la jurisdicción del Tribunal se extiende sólo a personas físicas, no a entidades ni a países. Por ello, la venganza de Occidente contra Serbia tuvo que esperar un poco más, a la llamada ‘crisis de Kosovo’. Pero, como diría Kipling, eso es otra historia.

Los ya aludidos Acuerdos de Dayton han creado un rompe- cabezas territorial. La República de Bosnia - Hercegovina, inicialmente proclamada en 1992, ha dado paso a una República Federal, compuesta por dos entidades bien diferenciadas, cada una con su Gobierno y Asamblea propia: la Federación de Bosnia - Hercegovina, integrada por los sectores de población musulmanes y croatas (51% del territorio total), y la República  Srpska, de población serbia (49% del territorio, que rodea por el N, E y SE a la anterior. Los Acuerdos establecieron dos estados ‘étnicamente puros’. Posteriormente, en el 2000, se añadió la Ciudad Autónoma de Breko, al NE del país, por la imposibilidad de adjudicarla a una u otra.

Todo este complicado conjunto está tutelado por un Alto Representante elegido por el Consejo de la UE, responsable del cumplimiento de los acuerdos en el ámbito civil. El Alto Representante en cuestión, como autoridad más alta de lo que vamos a llamar Estado, tiene poderes ‘para obligar a los gobiernos de las entidades a cumplir con los términos del acuerdo de paz y de la constitución.

Correspondientemente, en el aspecto militar el grupo de la ONU fue reemplazado el 1 de enero de 2003 por el EUFOR Althea, fuerza bajo las órdenes del Comité Político y de Seguridad de la UE.

Hay que señalar que los acuerdos de Dayton han sido y son muy criticados, por considerarse que el sistema establecido refuerza el nacionalismo y el separatismo a expensas de la integración.

Bosnia-Hercegovina tiene un Parlamento bicameral. El Presidente de la República Federal es elegido por rotación entre representantes de cada una de las minorías bosniaca, serbia y croata. Se hace notar que el término ‘bosniaco’ se ha extendido para designar a los bosnios musulmanes.

Las dos entidades tienen una base territorial fundada en las posiciones que cada ejército ocupaba en el momento de los Acuerdos. Naturalmente, la estructura étnica anterior ha quedado totalmente devastada.

Desde 1995, ha habido negociaciones, animadas por la UE, para establecer enmiendas encaminadas a fortalecer las instituciones y transformar al país en un estado democrático normal, no-étnico, pero la verdad es que no han logrado demasiados progresos.

Las entidades siguen conservando numerosas, diversas, y a  veces curiosas, atribuciones; por ejemplo, la moneda es común, pero, salvo el billete de 200 marcos, todos los otros presentan diferentes modelos para cada entidad.

Si bien puede resultar sorprendente, las Fuerzas Armadas (previa creación de un Ministerio de Defensa común) fueron unificadas; su primera actuación fue participar con una unidad en la segunda invasión de Irak por EE.UU. quizá por hallarse aburridos tras tanta inactividad.

Bosnia- Hercegovina, país en su mayor parte montañoso, tiene únicamente 20 Km de salida al Mar Adriático, en el cantón croata de Neretva. Ese  pequeño saliente, que corta Croacia en dos, no es, contra lo que a veces se cree, un resultado de las recientes modificaciones. Fue regalado por la República de Ragusa (actual Dubrovnik) en el siglo XVII al Sultán para congraciarse con los otomanos.

En realidad, en esa salida al mar no se construyó nunca un puerto, ni existe ahora; lo que sí existe es un inmenso tinglado mercantil (sin impuestos)  donde los bosniocroatas venden todo lo imaginable a los numerosos turistas que circulan por la carretera costera hacia Dubrovnik.

Las principales ciudades, aparte de la capital federal, Sarajevo, son Banja Luka, en la República Srpska, y Mostar, al sur, capital de la Hercegovina histórica. Esta parte meridional posee un clima mediterráneo y es mucho más apta para la agricultura. Por lo demás, casi el 50% del territorio de la República Federal es forestal.

Es una de las repúblicas más pobres de la antigua Yugoslavia por la devastadora guerra, que supuso un enorme retroceso; el PIB ha decrecido un 37% desde 1991. La economía se basa en la exportación de metales, remisión de fondos de emigrantes y ayuda extranjera. La excesiva burocracia y un mercado segmentado desanima la inversión exterior. El sector bancario está controlado por bancos extranjeros, sobre todo austriacos e italianos, y faltan por hacer muchos progresos en el terreno de la privatización de empresas estatales. El nivel de desempleo es oficialmente el 43,3% (2011); en realidad, menor, por la abundancia de trabajo negro.

No se ha hecho ningún censo desde 1991, estimándose que la población se aproxima a 4 millones, lo que supone un decrecimiento de 350.000 personas. Por supuesto, hay una fuerte correlación entre la identidad étnica y la religión: según el citado censo, 88% de los bosniocroatas son católicos romanos; 90% de los bosniacos son musulmanes, y 93% de los serbobosnios, cristianos ortodoxos.

Conforme a las estimaciones actuales, un 48% de la población sería bosniaca; un 37,1%, serbia; un 14,3%, croata. La tasa de fertilidad es de 1,25 hijos/mujer, una de las más bajas del mundo.

Desde el punto de vista filatélico, hay que señalar que, aparte de la oficina postal federal en Sarajevo, existe otra en Mostar (en cuyos sellos figura esta indicación), la cual es un lejano residuo de la efímera República Herceg- Bosnia de la época de la guerra.

Y para terminar, una aplicación de la ley de Murphy según la cual  “todo lo que puede empeorar, empeora”: desde hace algunos años se observa en los sectores bosniocroatas más radicales, la tendencia a considerar que sería mejor construir además una entidad bosniocroata separada. Si la comunidad internacional admite una Federación con dos componentes, ¿por qué no una con tres? Como puede verse, es necesario esperar para ver la evolución de esta curiosa entidad llamada Bosnia Herzegovina.


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