jueves, 1 de enero de 2015

SENEGAL. GAMBIA.


SENEGAL     África Occidental


Es un estado soberano de África Occidental. Debe su nombre al río Senegal, que señala la frontera E y N del país. Limita con el Océano Atlántico al O, con Mauritania al N, con Mali al E y con Guinea-Bissau al S. Gambia forma un enclave dentro del país, siguiendo el curso del río del mismo nombre. Dakar, la capital, se ubica en el punto más occidental de Senegal.

Capital: Dakar.
Forma de gobierno: República semipresidencialista.
Fecha de independencia (de Francia): 20 junio 1960.
Superficie: 196.190Km2 (87º)
Población: 13.635.927 (73º)   Densidad: 69,5 hab/Km2
PIB/cápita: 2100 $ (193º)
Miembro de: UA.

Varias potencias europeas (Portugal, Países Bajos e Inglaterra) compitieron por el comercio en esa área desde el siglo XV, hasta que en 1677 Francia consiguió la posesión definitiva de lo que se había convertido en un punto de partida importante del comercio de esclavos (concretamente la isla de Gora, hoy monumento nacional, cercana a Dakar).

Sólo a partir de 1850, los franceses, bajo el gobernador Faidherbe, comenzaron a expandirse por el territorio. La ciudad de Saint Louis se convirtió en esta época en la capital del África Occidental Francesa hasta que fue trasladada a Dakar en 1902, pasando más tarde a ser capital del nuevo estado independiente.


En realidad la independencia se concedió a una Federación formada por Senegal y Mali (ver entrada ‘Mali’), la cual, por dificultades internas, se disolvió muy pronto, el 20 de agosto del mismo año 1960. Incidentalmente diremos que años más tarde se intentó la unión con Gambia para formar la ‘Federación de Senegambia’, proyecto que tampoco cuajó.

Por otra parte, Senegal padece una guerrilla separatista de bajo nivel en el S, en la región de Casamance, apoyada por un vecino tan indeseable como es Guinea-Bissau. Pese a un acuerdo de 2004, el conflicto, debido exclusivamente a resquemores étnicos, no acaba de resolverse.

Senegal es considerado como una de las democracias modelo de África; cuenta con un sistema pluripartidista establecido y con una tradición de gobierno civil. El escritor y promotor de la cultura africana, Léopold Senghor, presidente al obtenerse la independencia, entregó el poder pacíficamente en 1980 a Abdú Diouf. Fomentó una amplia participación política, redujo la intervención del gobierno en la economía y amplió los compromisos democráticos de Senegal

Los cuarenta años del Partido Socialista concluyeron sin incidentes en las elecciones de 2000, acontecimiento raro en un continente plagado de golpes, conflictos violentos y fraudes electorales. Abdullah Wade fue el nuevo presidente, del llamado Partido Democrático, con iniciativas discutibles de que luego hablaremos. En 2012 el electorado parecía estar un tanto harto de él, y lo reemplazó por Macky Sall.

No hay mucho de que hablar en cuanto a la geografía. El paisaje consiste principalmente en planos ondulados por la arena del O del Sahel que se convierten en faldas inclinadas al SE. Allí se encuentra el punto más alto: 581 m de altura. El límite norteño, como vimos, está formado por el río.

El clima es de tipo saheliano, con una estación lluviosa de junio a octubre, y otra seca de noviembre a junio. En el litoral el mar suaviza las temperaturas, las cuales son del orden 16ºC a 30ºC, pero pueden llegar a 41ºC. Este clima hace que, durante el invierno en Europa, se convierta en un destino apreciado, sobre todo en Francia, para actividades turísticas.

La vegetación predominante es la de sabana, con alguna zona de selva en el O y S, aparte de los manglares de la costa meridional.

Los parques y reservas naturales representan el 8% del territorio nacional; tienen un papel importante  en la preservación del medio ambiente y contribuyen significativamente al desarrollo turístico.

Desde la contracción económica de 1993, Senegal puso en marcha un importante programa  de reformas con el apoyo de la comunidad internacional de donantes: devaluación de la moneda y desmantelamiento de los controles de precios y de los subsidios del gobierno. La inflación disminuyó y el PIB creció sobre un 5% anual entre 1995 y 2001.

El sector principal es la agricultura (77,5% de ocupación). Los principales productos agrícolas son  cacahuetes, mijo, sorgo, arroz y algodón. Las principales exportaciones son los fosfatos, cacahuetes y pesca. 

Se continúa con afán la búsqueda de oro y crudos, pero Senegal sigue sujeto a una fuerte dependencia de las subvenciones internacionales y de la inversión extranjera. El abastecimiento energético es inseguro, y el alza del coste de la vida ha dado lugar  a protestas públicas.

El país está poblado por variadas etnias, siendo la más numerosa la de los wolof (43%). Los europeos y libaneses constituyen el 1%.

Son musulmanes sunníes el 94% de los senegaleses, la mayor parte miembros de alguna de las cuatro hermandades sufíes. Los cristianos (en su mayoría católicos) constituyen el 5%; los practicantes de religiones animistas, el 1%.

Senegal es reconocido por su tolerancia religiosa, lo que no es poco en los tiempos que corren. No es raro encontrar miembros de una misma familia pertenecientes a religiones distintas; las fiestas cristianas son celebradas y respetadas por las diferentes cofradías musulmanas. Probablemente esto tiene que ver con el predominio del pensamiento sufí, la más abierta y tolerante de las actitudes doctrinales musulmanas y, como tal, considerada heterodoxa por los islamistas.

El idioma oficial es el francés, aunque el wolof está considerado como un idioma nacional. Al contrario de lo que ocurre en otros países del África negra, el uso del francés está muy extendido, hablándolo prácticamente toda la población, como primero o segundo idioma.

Es un país joven, con una media de edad de 18,4 años. Siendo la tasa de fertilidad  4,52 hijos/mujer, no es de extrañar que el crecimiento sea del 2,48%. La población urbana la constituye el 42,5%, contando Dakar con 3,03 millones de habitantes.

La esperanza de vida es 61 años, existiendo deficiencias graves en la sanidad: 0,06/1000 médicos y 0,3/1000 camas de hospital.

También en la educación queda bastante por hacer: alfabetización: 49,7%; trabajo antes de los 15 años: 22%.

Como detalle anecdótico, pero que bien pudo influir en el resultado de las últimas elecciones, diremos que en noviembre de 2009 los imanes de Senegal redactaron un texto conjunto para la oración del viernes en las mezquitas, que constituía una campaña contra la estatua gigante (mayor que la Estatua de la Libertad) que estaba siendo construida en Dakar, considerándola idolátrica y un dispendio escandaloso (27 millones $) y excesivo para el país.

Como se puede apreciar en la foto adjunta, el monumento es un horror sideral, fundido en Corea del Norte dentro de la línea del llamado ‘realismo socialista’. Representa un musculoso individuo que sostiene a un niño y arrastra tras sí a una mujer.

Pero resulta que la obra en cuestión era el ojito derecho del presidente Wade, y además estaba casi terminada. De hecho, se inauguró solemnemente en abril de 2010. 

Pero lo que más se atragantó a los senegaleses es que el presidente pretendía cobrar entradas y quedarse con una parte de los réditos; como él mismo dijo, había ayudado a diseñar la estatua, luego era lógico que participara en los beneficios.

Señalemos como final que el país es conocido en toda África por su influencia y herencia musical, que tiene su origen en la tradición de percusión popular. 

También por la tradición de la narración de historias, realizada por los ‘griots’, quienes han mantenido viva la historia de la región durante milenios; la profesión pasa de generación en generación y requiere años de entrenamiento y aprendizaje.




GAMBIA    África Occidental


Capital: Banjul.
Forma de gobierno: República presidencialista.
Fecha independencia (del Reino Unido): 18 febrero 1965.
Superficie: 10.380 Km2 (157º).
Población: 1.925.527 hab (150º)   Densidad: 185,5 hab/Km2.
PIB/cápita: 2.000 $ (195º).
Miembro de: UA.

Gambia es uno de los más pequeños países de África. Se encuentra rodeada en su totalidad por Senegal, excepto en la desembocadura del río Gambia en el Océano Atlántico. Está situado a lo largo de las riberas de dicho río, que discurre por el centro del mismo. Su desembocadura supone al país más de 80 Km de costa.

Comparte con el resto de naciones de África Occidental un pasado asociado al tráfico de esclavos, que fue el factor clave para el establecimiento de una factoría en el lugar, primero mantenida por portugueses, después por franceses e ingleses. El Tratado de Versalles de 1783 otorgó la posesión del río a Gran Bretaña, y casi 3 millones de esclavos fueron enviados desde esta región a las colonias americanas.

En 1807 se abolió la esclavitud en los territorios británicos y, para terminar con el tráfico, los ingleses crearon el puesto militar de Bathurst (hoy Banjul). Dependiente de Sierra Leona, adquirió el carácter de colonia real autónoma en 1889.

El país recibió la independencia en 1965. A partir de entonces mejoró su desarrollo económico gracias al alza de los precios de su primer producto de exportación, el cacahuete, y a un primer desarrollo del turismo.

Yahya Hammeh dio un golpe militar en 1994; en 1996, vestido de civil, promulgó una nueva constitución, celebró unas cuestionables elecciones y estableció un retorno nominal a la vida civil. Ha seguido siendo reelegido, la última vez recientemente, a fines de 2011. El jefe del gobierno es nombrado por la Asamblea de entre una terna, elegida por el Presidente de acuerdo a los ‘alineamientos filosóficos de la nación’.

En 2013 se produjo la salida de Gambia de la Commonwealth, calificada por el Presidente de ‘institución neocolonialista’.

La economía sufre de la escasez de recursos naturales. Los principales son los agrícolas, pero el suelo no es bueno y se cultiva menos de la mitad de la tierra arable. Los productos son análogos a los de Senegal, y la agricultura absorbe al 75% de la fuerza laboral. 

Fuertemente dependiente de la exportación de cacahuetes, está sujeta al riesgo de fluctuaciones de los precios internacionales; por eso necesita otros recursos para subsistir, aun dentro de la pobreza.

Además de la ayuda internacional, son importantes las remesas de los emigrantes, la emisión de sellos y el turismo. Este último se vio promocionado a raíz del éxito de  la obra ‘Raíces’, del autor afroamericano Alex Haley, que sitúa en Gambia a su antepasado Kunta Kinte, dando lugar a la atracción de turistas, principalmente afroamericanos, que deseaban conocer el lugar. Después se ha fomentado el ecoturismo y otras variedades menos santas, a las que luego haremos alusión.

El 99% de los nacionales son africanos, con predominio de la etnia mandinka. Es idioma oficial el inglés.

Los musulmanes constituyen el 90%; los cristianos, el 8%, habiendo también un 2% de animistas.

La población urbana suma el 57,3%. La media de edad es 20,2 años, y el crecimiento de la población, 2,23%. Ello a pesar de una alta mortalidad infantil (65,74 por mil, la 18º del mundo) y de una esperanza de vida de sólo 64,36 años; pero la tasa de fertilidad es de 3,85 hijos/mujer.

El índice de alfabetización es del 51,1%.

Se ha reprochado a Gambia escaso respeto de los derechos humanos y, pese a altisonantes declaraciones, descuido de las normas sobre especies animales protegidas 

Pero no es sólo eso; según informaciones oficiales de la CIA, es punto de origen, tránsito y destino para mujeres y niños, con sexo o trabajo forzado como finalidad. El que se hable de punto también de destino parece aludir a la existencia de un turbio ‘paraíso’ de turismo sexual. Otro aspecto sorprendente es el programa del gobierno en 2013 para financiar a 12 escuelas coránicas a condición de que sus alumnos no sean forzados a mendigar.

En las últimas semanas, el pequeño país ha saltado a la primera página de los periódicos en dos ocasiones.

En la madrugada del 30 de diciembre de 2014, se anunció, con un despliegue mediático que parece excesivo, un intento de golpe militar, que fracasó a las pocas horas, contra el presidente, que a la sazón se hallaba de viaje en Dubai. Más que de un golpe, debió de tratarse de un intento de minigolpe, pues al parecer el número de los insurrectos no sobrepasaba en mucho a un pelotón; eso sí, de acuerdo con las más prístinas tradiciones, se aproximaron al palacio presidencial en una piragua.


Más complicado es el otro asunto. En mayo de 2008, el Presidente declaró que su gobierno no perdona las conductas homosexuales y que se proponía establecer penas  ‘más duras aún que en Irán’. En el Código Penal de 1965 las sanciones penales podían llegar a los 14 años de reclusión, pero en octubre de 2014 se elevaron hasta cadena perpetua.

En diciembre, el presidente norteamericano respondió con sanciones comerciales como primera medida, aunque olvidando, con esa extraña miopía selectiva tan propia de los norteamericanos, que  en otros países del continente (Mauritania, Nigeria, Sudán y Somalia) está prevista la pena de muerte. Como reza el viejo proverbio, ‘o todos monjes, o todos canonjes’.

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