martes, 5 de noviembre de 2013

PERÚ


PERÚ            América del Sur


El Perú es una república unitaria situada en la parte occidental e intertropical del continente sudamericano. Limita al O con el Océano Pacífico, y con los países de Ecuador y Colombia al N, Brasil al E, Bolivia al SE y Chile al S. Es uno de los países del mundo de mayor diversidad biológica y de mayores recursos minerales.

Capital: Lima
Forma de gobierno: República presidencialista
Fecha de independencia (de España): 9 de diciembre de 1824
Superficie: 1.285.216 Km2 (20º)
Población: 30.475.144 hab (40º)    Densidad: 23,71 hab/Km2
PIB/cápita: 10.900 $ (111º)
Miembro de: OEA, Mercosur (asociado)

El antiguo Perú fue sede de diferentes civilizaciones desde el 3200 a.C. pudiendo destacarse las de Nazca y Tihuanaco. En el siglo XV se formó el Imperio Inca, el más extenso y organizado de la América precolombina, que llegó a dominar gran parte del occidente andino sudamericano.

La conquista española, organizada desde Panamá, protagonizada por Francisco Pizarro y Diego de Almagro, con escasos efectivos, pero facilitada por la rivalidad entre el Inca Atahualpa y su hermano, se puede considerar terminada en 1533. Pizarro fundó en la costa una nueva capital, Lima, de más fáciles comunicaciones que la incaica Cuzco.

Las rivalidades entre pizarristas y almagristas, que determinaron la muerte de ambos caudillos, abrió un periodo de discordias civiles que terminó con la llegada de Lagasca, reorganizándose el territorio por el virrey Francisco de Toledo en la década de 1570.

En efecto, ya en 1542 se había instituido el virreinato del Perú, el más extenso que tuvo España, pues gobernó, más o menos directamente, todas las posesiones españolas del continente sudamericano hasta la remodelación del siglo XVIII.

En el año 1780, Túpac Amaru fue protagonista de la única rebelión indígena organizada de la época colonial, sofocada un año después.

La oleada independentista suscitada en un principio por la ocupación napoleónica de España, llegó al Perú con cierto retraso, constituyendo éste, durante su primera parte, una especie de reducto realista. El primer intento de cambiar el orden institucional fue la expedición, desde el Sur, del argentino San Martín, con una primera proclamación de independencia en 1821.

El general San Martín, nombrado Protector, se retiró tras la derrota de Ica. Los patriotas peruanos pidieron entonces la ayuda militar de Bolívar. La época de incertidumbre acabó con la consolidación de la independencia en 1824, tras la batalla de Ayacucho.

Sólo con la elección, en 1845, del mariscal Ramón Castilla, la república peruana encontró una relativa paz interior y comenzó a organizar su vida política y económica. 

Se abolió la esclavitud, llegaron los primeros ferrocarriles y el alumbrado por gas, se reorganizaron los servicios públicos y se estableció una política de extracción y exportación de fertilizantes naturales (guano) que iniciaron una época de prosperidad, la cual duró hasta el agotamiento de ese material.

Los primeros sellos de correos emitidos por el estado peruano lo fueron en 1858.

Hubo en 1864 una corta guerra con España (el mismo conflicto al que se aludió en la entrada ‘Chile’), cuyo único hecho destacable fue el bombardeo de El Callao por la escuadra de Méndez Núñez.

En 1879 Perú entró en guerra con Chile, participando en la llamada ‘Guerra del Pacífico’ de refilón, pues estaba unido por un tratado militar con Bolivia, siendo el nudo del conflicto la disputa entre Chile y Bolivia por los territorios salitreros hoy en el norte chileno.

 Las tropas chilenas llegaron a ocupar Lima, llegándose al Tratado de Ancón (1883), que puso fin a la guerra, pero provocó a su vez una contienda civil entre peruanos partidarios y enemigos de la firma del mismo.

El Tratado en cuestión fue complementado por el de Lima (1929). Como resultado de uno y otro, aparte de la provincia de Tarapacá (ya chilena desde 1883), se acordó que la de Tacna sería devuelta al Perú, quedándose Chile con la de Arica

Tras un periodo de ‘Reconstrucción Nacional’, de relativa calma, no puede decirse que se produjera la reactivación económica ni la paz política hasta la presidencia de Piérola, con quien se inicia la época llamada de ‘República Aristocrática’, cuyo nombre ya indica su orientación.

A ella le sucede el ‘Oncenio’ de Leguía, más bien de signo contrario, que terminó en 1930. En esta fecha se inicia una fase de alternancia de gobiernos elegidos, gobiernos militares e irrupción de movimientos populistas, como el APRA.

Entre tanto, hacia el decenio de 1950, se inicia el éxodo rural desde la sierra a las ciudades de la costa, en busca de mejores condiciones de vida.

En 1968 tuvo lugar la llamada ‘Revolución de las Fuerzas Armadas’, con el general Velasco Alvarado como principal protagonista, portador de un mensaje antiimperialista, anti– estadounidense y antioligárquico. Hacia fines de los años 70 el sistema se enfrentó a un descalabro económico. 

Se retornó a la democracia mediante una Asamblea Constituyente y elecciones en 1980.

Durante los 80 el país se enfrentó con una fuerte crisis, debida al descontrol del gasto fiscal, a una considerable deuda externa y a una creciente inflación. Además, todo ello coincidió con un conflicto armado interno, a raíz de la aparición de movimientos guerrilleros y terroristas de inspiración comunista. El más extendido y conocido fue ‘Sendero Luminoso’, particularmente feroz, que pretendía implantar el maoísmo. La Policía y las Fuerzas Armadas hubieron de emplearse a fondo, provocando los combates más de 70.000 muertos.

La crisis entró en su fase más crítica a fines de la década, durante el primer gobierno de Alan García, cuando el país llegó a una hiperinflación de 7.649% en 1990, mientras tenía lugar el momento más duro de la lucha contra ‘Sendero Luminoso’.

El gobierno de Alan García terminó en medio de una creciente impopularidad, siendo elegido en 1990 Alberto Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses.

Si Fujimori fue, y sigue siendo hoy, una figura controvertida entre los propios peruanos, ciertamente resulta difícil emitir desde el exterior un juicio objetivo de conjunto.

Fue elegido tres veces; la segunda, en 1995, tras una reforma constitucional que se inventó, discutible y discutida. Se mantuvo un decenio en el poder, contando, desde el principio y en todo momento, con la oposición encarnizada de una fracción de la Cámara.

Entre sus méritos se cuenta haber enderezado la situación económica, aunque con medidas enérgicas que produjeron un aumento del paro; sobre todo, haber acabado de una vez con ‘Sendero Luminoso’, mediante la detención de sus principales dirigentes en 1992. También le dio popularidad, incluso a nivel mundial, la resolución, con los mínimos daños posibles, del secuestro de 800 rehenes en una fiesta de la embajada japonesa, obra de otra organización terrorista.

No cabe duda, por otra parte, de que usó del poder de una manera desenfadada, por decirlo suavemente, siendo acusado repetidas veces de autoritarismo, sobornos a la prensa y, en algunos casos, de inducción de actos de terrorismo de estado, así como de fomentar y proteger la corrupción.

Al empeorar la economía y aumentar la oposición, intentó dimitir desde el Japón, fue destituido y se quedó allí, pues tenía doble nacionalidad. 

Más tarde, con ocasión de un imprudente viaje a Chile, fue detenido a instancias del gobierno peruano, extraditado y condenado a 25 años de cárcel, en unos juicios que parecen más políticos que jurídicos.

Las peticiones masivas de indulto han sido rechazadas en junio de este año por el actual presidente, que obtuvo la elección en segunda vuelta con un 2% de ventaja frente a su oponente, la hija de Fujimori, al no poder presentarse él en persona.

En la primavera de 2001 fue elegido Toledo Manrique, el primer presidente de etnia quechúa. La elección de 2006 vio el retorno de Alan García, con un perfil y discurso más moderado que en su primer gobierno; fue entonces cuando se inició la negociación del tratado de libre comercio con EE.UU.

En junio de 2011 fue elegido, en las condiciones explicadas, el ex– militar Olianta Humala, que ha continuado la política neoliberal de sus antecesores inmediatos.

El Perú es una república presidencialista con división de poderes. El Presidente es, además de Jefe del Estado, Jefe del Ejecutivo, y designa al Consejo de Ministros. Es responsable de la defensa nacional y Jefe de las Fuerzas Armadas. Se elige cada 5 años y, según la actual Constitución, no puede ser inmediatamente reelegido.

El Congreso es unicameral, y puede proponer leyes, igual que el Ejecutivo.


La cordillera andina determina la diferenciación de tres regiones: costa, sierra y selva.


La costa peruana es una franja árida y llana paralela al litoral, con una anchura máxima de 180 Km. A lo largo de ella se pueden encontrar extensiones cubiertas de arena que forman los ‘desiertos’ del país, tales como los de Sechura  y Pisco.

La sierra está conformada por un sistema de cordilleras paralelas en los diferentes sectores: 3 en el N, 3 en el centro y 2 en el S, formando nudos en los puntos de encuentro. Los Andes del N son más bajos (2.145 m en el punto menos elevado de la cordillera) y más húmedos.

Los del centro son los más elevados y abruptos, con el pico de mayor altura del país (Nevado Huascarán, a 6.768 m). Los Andes del S son, por su parte, los de mayor anchura; en este sector se encuentra la meseta del Collao, también conocida como el altiplano.

La selva, ubicada en el E, es una vasta región cubierta de vegetación, que constituye casi el 60% de la superficie del país. Se distinguen la selva alta y la baja. La primera está formada por los valles de transición entre la cordillera andina y la zona amazónica, con alturas entre 3.500 y 800 m.

La selva baja, o bosque tropical amazónico se ubica entre los 800 y los 80 m; allí se encuentran los ríos más extensos y navegables, como es el caso del Amazonas, que pasa por la ciudad de Iquitos, la principal de la zona. Los relieves no son significativos.

Además de la cuenca hidrográfica costera y de la amazónica, naturalmente mucho más importante, hay que señalar los ríos que desembocan en el lago Titicaca, en el altiplano, para luego desaguar por otros ríos en el Atlántico. El Titicaca, compartido con Bolivia, es el lago más alto del mundo (3.808 m), y el segundo en extensión de Sudamérica (8.300 Km2).

Perú no posee el clima tropical que correspondería a su latitud. La influencia andina y la de la corriente fría de Humboldt determinan una gran diversidad climática: clima subtropical árido o desértico en la costa; climas templados subhúmedos, frío, frígido o de puna (a más de 4.000 m) y gélido o de nieve por encima de los 5.000.

En la selva alta hay un clima subtropical muy húmedo, y en la baja tropical húmedo (precipitaciones de unos 2.000 mm y temperaturas promedio de 27ºC).

El Perú es considerado como uno de los 17 países megadiversos, con gran variedad de ecosistemas y consecuente riqueza de fauna y flora.


En cuanto a recursos económicos, empecemos por señalar, respecto al sector agropecuario, que ya de la época prehispánica procede la construcción de terrazas en pendientes y la domesticación de la llama y de la alpaca. 

En la actualidad, entre los principales productos citaremos patata, cereales, café, frutas y hortocultivos.

Los recursos marinos son vitales para la economía. Perú es el primer productor mundial de harina de pescado.

En minería, ejerce una especie de liderazgo en Sudamérica, siendo rico en oro, zinc, plomo, estaño, cobre y plata. También posee petróleo.

El número de turistas es creciente, atraídos por variados puntos de interés: tesoros arqueológicos e históricos, montañas andinas y selva amazónica. El turismo es la 3ª industria de la nación, tras la pesca y la minería, empleando al 11% de la población activa.

Entre las exportaciones cabe destacar: minerales, petróleo, gas y derivados, café, espárragos y otros productos hortícolas, fruta, textiles (algodón y alpaca), pescado y harina de pescado.

Se puede hablar de un boom económico en la década de 2000, y en 2011 era uno de los países con más rápido crecimiento del mundo. El gobierno trata de atraer inversiones extranjeras, sobre todo para intensificar la explotación minera, mejorar la agroindustria y diversificar las exportaciones.

Sin embargo, se ha tropezado en áreas rurales con oposición a los proyectos mineros, afirmando los residentes locales  que causarán polución, agotarán reservas de agua insuficientes y no los sacarán a ellos de la pobreza. 

Grupos indígenas, tanto en la zona andina como en la amazónica, consideran que las minas, diques y pozos petrolíferos  lo que hacen es destruir sus tierras ancestrales, habiendo crecido el espíritu reivindicativo.

Se puede afirmar, en resumen, que tanto el crecimiento como la reducción  de la tasa de pobreza han sido importantes, pero ésta última continúa alta: 30%, y más del 55% en zonas rurales.

Hay otro aspecto a considerar y prevenir. Según informes de la ONU, Perú se ha convertido en el mayor productor mundial de hojas de coca, habiendo indicios de que los narcotraficantes colombianos tiendan a trasladar parte de sus operaciones a territorio peruano. Aparte de otras consideraciones obvias (como que tiende a aumentar el consumo local), los ecologistas están preocupados por el impacto negativo de ese cultivo y fabricación sobre los bosques lluviosos: deforestación y efectos nocivos de los vertidos de sustancias utilizadas en el proceso.

País de inmigración en el siglo XIX y comienzos del XX, se ha convertido en tierra de emigración en las últimas décadas. Es cierto que la salida de emigrantes se ha estabilizado en los últimos años de estabilidad  y de mejora de condiciones económicas, pero, en cualquier caso, más de 2 millones de personas han emigrado en los últimos decenios, principalmente a EE.UU., España y Argentina.

Por lo que se refiere a la anterior fase inmigratoria, destacaremos la población de chinos y japoneses (entre las mayores de Iberoamérica), económica y culturalmente influyentes.

Los grupos étnicos principales son: amerindios, 45%; mestizos, 37%; blancos, 15%. La población urbana supone el 76%, y la rural, el 24%. Su distribución por zonas es: costa, 54,6%; sierra, 32%; selva, 13,4%.

Utilizan el español como lengua materna el 83,9%, y el quechua, el 13,2%. En las zonas urbanas, especialmente en la costa, hay un monolingüismo español. En cuanto a la religión, católicos, 81,3%; evangélicos, 12,5%; otros, 3,3%; no consta, 2,9%.

La esperanza de vida es de 73 años, y la tasa de fertilidad, 2,25 hijos/mujer. La tasa oficial de alfabetización es del 89,6%. 

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