El Cáucaso es una región natural situada
entre Europa del Este y Asia Occidental, entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Su
cumbre de mayor altitud es el monte Elburs, en la parte septentrional, con
5.642 m de altitud, aunque existen otros tres picos que superan los 5.000.
Se pueden distinguir dos subregiones:
Cáucaso Norte o Ciscaucasia, que pertenece a
la Federación Rusa y se divide en 7 repúblicas autónomas, de entre las cuales
la más conocida es Chechenia, por su feroz lucha contra Rusia, prolongada por
medio del terrorismo, en búsqueda de independencia para esta región musulmana.
Cáucaso Sur o Transcaucasia, donde coexisten
dos estados de religión cristiana, Georgia y Armenia, y uno musulmán, Azerbaiyán.
De esta parte es de la que nos vamos a ocupar en esta entrada y en la
siguiente.
Mientras que la zona central del Cáucaso se
halla cubierta de numerosos glaciares, sin que falten los sectores volcánicos,
la occidental está dominada por la presencia de abundantes bosques, y la
oriental, de menor altitud y más seca, es semidesértica.
El Cáucaso carece de valles longitudinales
que puedan atenuar su carácter de obstáculo en las comunicaciones. En la zona
central, la principal carretera incluye un puerto de 2.388 m de altura.
Entre el Gran Cáucaso y el Pequeño Cáucaso se
extiende la Transcaucasia, abarcando el espacio entre Mar Negro y Mar Caspio.
Región geológicamente compleja, con dos cuencas fluviales bien diferenciadas:
la Cólquida al O y las llanuras de Azerbaiyán al E. Al Sur, las montañas de
Georgia y de Armenia constituyen el tercer sector, el Pequeño Cáucaso, cuya
altitud media se halla alrededor de los 2.000 m.
Aunque a lo largo del siglo XX, el Cáucaso
había quedado políticamente agrupado en sólo tres estados (Turquía, el Imperio
Ruso sucedido por la URSS y Persia, luego llamada Irán), al disolverse la URSS
aparecieron, desgajadas de sus zonas periféricas, nuevas naciones, iniciándose
además luchas y enfrentamientos entre diversos grupos étnicos de la región.
En consecuencia, a los dos estados que ocupaban
la vertiente Sur, Turquía e Irán, se han añadido en la zona central Georgia,
Azerbaiján y Armenia, además de Rusia, dueña de la zona Norte, que controla un
conglomerado de divisiones en definitiva administrativas.
Georgia tiene conflictos con dos regiones
independentistas, apoyadas por Rusia (Abjazia y Osetia del Sur), mientras que Armenia
y Azerbaiján están enfrentadas por la región de Nagorno Karabaj, que, poblada
por una mayoría armenia, se separó de Azerbaiján con apoyo armenio.
Los pueblos que residen en estas zonas hablan
aproximadamente un centenar de lenguas y distintos dialectos, pertenecientes
unas y otros a las familias de las lenguas caucásicas, pero también a otras:
indoeuropeas, altaicas o semíticas.
Cohabitan allí decenas de pueblos, unos
presentes desde hace miles de años, otros llegados desde hace algunos siglos,
como los rusos, y se profesan al menos 7 religiones.
La extrema diversidad cultural, étnica y
religiosa condiciona en buena medida las crisis que afectan a la región.
GEORGIA
Georgia es un país de cultura rica y antigua
que se remonta a milenios. Comparte fronteras con Rusia al N, con Azerbaiján al
E, con Turquía y Armenia al S.
En tiempos del Imperio Romano, estaba
dividida en dos reinos: al Oeste, la Cólquida, conquistada por los romanos; al
Este, el reino de Iberia, vasallo de aquéllos. Adoptaron pronto el
cristianismo, respectivamente en 523 y 317.
Más tarde, los árabes conquistaron la zona en
el siglo IX. Reconstituido el reino, llegó a la cima de su poder político y
económico en los siglos XI- XII, durante el reinado de David IV y la reina
Tamar. Las invasiones mongolas darían lugar a la desintegración, y después, en
el siglo XVI, al reparto parcial entre los Imperios Persa y Otomano.
Tras un periodo de protectorado ruso, el zar
Pablo I proclamó en 1800 la anexión a Rusia. Después del levantamiento de una
parte de los nobles y de una corta guerra, Alejandro I confirmó la
incorporación en 1810. Entre 1803 y 1878, como resultado de las numerosas
guerras rusas contra Turquía y Persia, diversos territorios fueron agregados a
Georgia.
Al producirse el colapso del Imperio Ruso en
1917, la República Democrática de Georgia fue el primer estado moderno en esa
región, existiendo entre 1918 y 1921. Se proclamó el 26 de mayo de 1918, y fue
liderada por el partido socialdemócrata menchevique, siendo reconocida de
inmediato por Alemania y Turquía, y objeto de especial protección por parte de
la primera, que la protegió de la reacción bolchevique.
Tenía una extensión de 107.600 Km2, mucho mayor
que la actual, que es de sólo 69.700 Km2.
Derrotada Alemania, el joven estado,
enfrentado a problemas tanto internos como externos, no pudo resistir la
invasión del Ejército Rojo, y se hundió entre febrero y marzo de 1921. La
República Democrática fue sustituida por una República Soviética, que duró hasta
1923.
Batum
Es un puerto en el Mar Negro, en el SO de
Georgia, a 30 Km de la frontera turca.
Anexionado por Rusia en 1878 en virtud del
Tratado de San Estéfano, fue en su momento una estación estival que gozó de los
favores de los sectores pudientes del Imperio. Con ocasión de las convulsiones
de la Revolución, los turcos la recuperaron en abril de 1918.
Los ingleses
llegaron en diciembre del mismo año, tras la derrota turca y en medio de la
Guerra Civil rusa, permaneciendo hasta julio de 1920. En esa fecha, Mustafá
Kemal acordó cederla a los bolcheviques a condición de garantías para la
población musulmana.
Durante la ocupación británica, la falta de
sellos aconsejó imprimir una serie. En una segunda fase, añadieron la
sobrecarga ‘British Occupation’ que se había omitido en la primera.
Hoy Batum es un puerto de Georgia con unos
137.000 habitantes, importante por ser terminal del oleoducto transcaucásico.
AZERBAIJÁN
Es un país euroasiático situado en el Cáucaso
a orillas del Mar Caspio. Limita con Rusia por el Norte, con Georgia y Armenia
por el Oeste y con Irán por el Sur.
Los caucásicos albaneses, habitantes originarios de la zona, establecieron un reino independiente en torno al siglo IV a.C. Lograron mantener esa independencia cuando los partos y los romanos empezaron a expandir sus dominios por la región.
Los caucásicos albaneses, habitantes originarios de la zona, establecieron un reino independiente en torno al siglo IV a.C. Lograron mantener esa independencia cuando los partos y los romanos empezaron a expandir sus dominios por la región.
En el 252, el territorio se convirtió en
vasallo del Imperio persa sasánida, mientras que el cristianismo fue adoptado
como religión oficial en el siglo IV. A comienzos del XI, fue dominado
gradualmente por oleadas de tribus turcas del Asia Central. Más tarde fue
sometido por los mongoles de Tamerlán y después por dinastías iraníes, hasta
quedar integrado en el Imperio Ruso tras la guerra ruso-persa de comienzos del
siglo XIX.
Tras la caída del Imperio de los zares en
1917, su suerte fue paralela y similar a la de Georgia. Declaró su
independencia como República Democrática de Azerbaiján en mayo de 1918, siendo
la primera república parlamentaria del mundo islámico, pero sólo duró 23 meses.
En abril de 1921, la invasión del Ejército
Rojo dio lugar a la República Socialista Soviética de Azerbaiján, hasta que,
tras la fallida experiencia de la República Soviética del Cáucaso, el
territorio se integró plenamente en la URSS en 1922.
Durante la Segunda Guerra Mundial, surtió de
petróleo al ejército soviético. La ofensiva alemana de 1942, que acabó
trágicamente en Stalingrado, tenía como objetivo el petróleo de la zona de
Bakú.
En los años ochenta, hubo enfrentamientos
constantes con los armenios en torno al enclave de Nagorno Karabaj. Las
alteraciones derivaron en llamamientos a favor de la independencia.
ARMENIA
Armenia es un país euroasiático, sin salida
al mar, ubicado en el Cáucaso Meridional. Es hoy un país independiente que
hunde sus raíces en un largo, glorioso y complejo pasado.
Aunque ya alrededor del año 600 a.C. existió un
reino de Armenia, éste se consolidó hacia el año 190 a.C., y alcanzó su máxima
expansión entre el 95 y el 66 a.C., bajo Tigranes el Grande, cuando fue llamado
‘el Imperio de los Tres Mares’, por alcanzar el Negro, el Caspio y el
Mediterráneo.
En el año 301 fue el primer país del mundo en
adoptar el cristianismo como religión oficial del Estado, por influencia de San
Gregorio el Iluminador, considerado hoy como patrón de la Iglesia Armenia. En
el 405, el país creó su propio alfabeto, que aún pervive.
Tras la caída del reino en el 428, fue
incorporado en el Imperio Persa, con cierta autonomía. Al caer Persia ante los
árabes, emergió como Principado autónomo, reconocido por el Califa y por el
Emperador bizantino. En el 884 recuperó la independencia; pero la batalla de
Manzikert (1071), que entregó Anatolia a los turcos seljúcidas, acabó con el
reino armenio. Sólo una parte pudo refugiarse en el sur de Anatolia, en Cilicia
(Pequeña Armenia), bajo protección bizantina.
Al debilitarse el reino turco seljúcida, resurgió
un principado armenio semiautónomo, que sufrió las invasiones mongolas del
siglo XIII. El año 1500, el nuevo Imperio turco otomano y el persa safávida se
repartieron el territorio, quedándose aquél con la mayor parte.
Esta situación perduró 300 años, hasta que
intervinieron los rusos, que, en la guerra ruso-turca de 1828, se quedaron con
la parte oriental (la cual viene a
coincidir con la Armenia actual). Los restantes permanecieron bajo
dominio otomano.
Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno
nacionalista de los ‘Jóvenes Turcos’ comenzó a mirar a los armenios con
suspicacia creciente, debido al hecho de algunas revueltas y a que irregulares
armenios combatían con el ejército ruso que atacaba en el Cáucaso. A ello se
sumó el odio tradicional de los curdos, vecinos de los armenios, contra éstos.
El resultado fue un genocidio brutal, el
primero de los del siglo XX, en los años 1915 a 1917. A pesar de las contumaces
negativas turcas (que continúan en el día de hoy), apoyadas en explicaciones
inconsistentes, hay que concluir que se trató de una matanza organizada y
perpetrada por el Gobierno. Las estimaciones de los armenios muertos oscilan
entre 650.000 y millón y medio de personas. Hoy ya no hay armenios en Anatolia.
Los que lograron escapar son el origen de una gigantesca diáspora.
Los avances en el Cáucaso del ejército
zarista quedaron sin efecto por la revolución bolchevique de 1917. Tras un
intento, pronto fallido, de constituir una federación, cada una de las zonas
caucásicas controladas por los rusos trató de arreglárselas por separado. Así
nació, el 28 de mayo de 1918, la República de Armenia.
Acabada la Guerra Mundial, los aliados
vencedores (sobre todo por iniciativa del británico Lloyd George, ferozmente
antiturco) preconizaron una política de desmembración, no ya del Imperio Turco,
sino de la misma Turquía. A tales fines, el Tratado de Sévres, filial del de
Versalles, previó un estado armenio relativamente extenso en el cuadrante
nordoriental de Anatolia.
Los límites habrían de ser fijados por el
presidente americano Wilson; pero, como es sabido, éste, harto de sus colegas,
se marchó a su casa y ni siquiera firmó el Tratado, como tampoco el de
Versalles, que creaba la flamante Sociedad de Naciones.
Todo ello resultó en definitiva inoperante,
pues Mustafá Kemal, padre de la nueva Turquía, conquistó Anatolia, echó al
Sultán, proclamó la República y obligó a los aliados a sustituir el ya caduco Tratado de Sévres por el de Lausana
(1923), en el que desde luego no se hablaba ya para nada de un estado armenio
en Anatolia.
Pero en el Cáucaso habían seguido ocurriendo
cosas. En 1920, Armenia y Turquía entraron en guerra. El conflicto terminó por
el Tratado de Alexandropol (2 de diciembre de 1920): Armenia, derrotada, tuvo
que ceder más del 50% de su territorio.
En los mismos días, el Ejército Rojo invadió
el país por el Norte (29 de noviembre) y entró en la capital, Ereván (2 de
diciembre). Y así acabó la efímera República Democrática de Armenia.
Armenia se convirtió en 1920 en una República
Soviética, que duró hasta 1923. Pasó en 1924 a ser incluida a todos los efectos
en la URSS, y utilizó desde entonces los sellos de ésta.
El Tratado de Kars (1921), suscrito entre
Turquía y la URSS, fijó las fronteras que siguen vigentes en la actualidad,
sustancialmente iguales a las del ya caducado Tratado de Alexandropol.
No vamos a entrar en las vicisitudes de
Armenia como parte de la URSS, pero sí es preciso mencionar los continuos y
violentos conflictos que se desarrollaron en la década de los ochenta, en el periodo
de Gorbachov, entre armenios y azeríes de Azerbaiján. El punto de fricción, que
sigue vigente, fue el enclave de Alto Karabaj o Nagorno Karabaj.
REPÚBLICA DEL CÁUCASO
En 1923, las tres Repúblicas Soviéticas de
Georgia, Azerbaiján y Armenia, siguiendo órdenes de Moscú, se unieron en una
especie de Federación que recibió el nombre de República Soviética del Cáucaso,
emitiendo algunos sellos privativos.
Duró poco tiempo, pues, en 1924 y de nuevo
según órdenes recibidas, desapareció, y las tres zonas de Transcaucasia pasaron
a formar parte de la nueva URSS, como
‘repúblicas’ integrantes de la misma, desapareciendo toda autonomía postal.
El siguiente capítulo de la historia se
escribirá desde 1991, a partir de la implosión y desaparición de la Unión Soviética.
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