TOGO África Occidental
Togo, oficialmente República Togolesa, es un estado ubicado en la costa occidental de África, en la zona intertropical. Se trata de uno de los más subdesarrollados del continente.
Capital: Lomé
Forma de gobierno: Rca. Presidencialista
Fecha independencia (de Francia): 27- abril- 1960
Superficie: 56.785 Km2 (125º)
Población: 7.756.937 hab (100º) Densidad: 137 hab/Km2
PIB per cápita: 1.500 $ (215º)
Miembro de: OUA
Los navegantes portugueses visitaron sus costas a partir de 1471, seguidos por otros navegantes y comerciantes europeos. Desde mediados del siglo XIX, a causa de la prohibición de la trata de esclavos, el aceite de palma se convirtió en el más importante producto comercial del territorio, monopolizado por negociantes ingleses, franceses y alemanes.
En vísperas de la Conferencia de Berlín de 1885, el canciller Bismarck consideró conveniente establecer allí una colonia. Los primeros pasos fueron encomendados al explorador Nachtingal. Alemania trató de establecer una colonia modelo, instalando plantaciones y tendiendo unos 500 km de ferrocarril, que ahí siguen sin haberse ampliado.
Togo, oficialmente República Togolesa, es un estado ubicado en la costa occidental de África, en la zona intertropical. Se trata de uno de los más subdesarrollados del continente.
Capital: Lomé
Forma de gobierno: Rca. Presidencialista
Fecha independencia (de Francia): 27- abril- 1960
Superficie: 56.785 Km2 (125º)
Población: 7.756.937 hab (100º) Densidad: 137 hab/Km2
PIB per cápita: 1.500 $ (215º)
Miembro de: OUA
Los navegantes portugueses visitaron sus costas a partir de 1471, seguidos por otros navegantes y comerciantes europeos. Desde mediados del siglo XIX, a causa de la prohibición de la trata de esclavos, el aceite de palma se convirtió en el más importante producto comercial del territorio, monopolizado por negociantes ingleses, franceses y alemanes.
En vísperas de la Conferencia de Berlín de 1885, el canciller Bismarck consideró conveniente establecer allí una colonia. Los primeros pasos fueron encomendados al explorador Nachtingal. Alemania trató de establecer una colonia modelo, instalando plantaciones y tendiendo unos 500 km de ferrocarril, que ahí siguen sin haberse ampliado.
Los alemanes no
tuvieron mucho tiempo sin embargo. Al comenzar la Primera Guerra Mundial en
1914, la colonia fue ocupada sin dificultad por franceses e ingleses desde E y
O, los cuales utilizaron los sellos que tenían a mano para sobrecargarlos con
la leyenda ‘Ocupación francoinglesa’.
En 1920 la Sociedad de Naciones, siguiendo la rutina habitual, partió por gala en dos el territorio constituyendo sendos Mandatos para Francia y Gran Bretaña, respectivamente al este y al oeste.
Los ingleses no tuvieron empacho alguno para incorporar su porción a la colonia de Costa de Oro, sin administración separada. Años más tarde, en 1956, cuando se aproximaba la independencia, montaron un plebiscito para ratificar la anexión.
Francia administró la suya teóricamente como mandato; en realidad, como una colonia más del África Occidental Francesa.
En 1958, cuando llegó la hora de descolonizar, le concedió una amplia autonomía.
Togo recibió formalmente la independencia en 1960.
El hombre a quien se entregó el país fue Sylvanus Olimpo, miembro de la próspera clase de los comerciantes de la zona costera, cuyos intereses intentó favorecer. Asesinado en 1963, el país fue dominado por los militares, en gran parte procedentes del norte. Uno de los responsables del golpe, Gnassinbé Eyadéma, fue presidente desde 1967 hasta 2005, dirigiendo la nación con mano de hierro.
Cuando murió de un infarto en el citado año, la legalidad teórica exigía que el Presidente de la Cámara ocupase provisionalmente la presidencia y convocase elecciones, pero se dio la circunstancia de que se hallaba en el extranjero en un viaje oficial.
Cuando quiso volver, se encontró con las fronteras cerradas. El clausurador no era sino el hijo del difunto, que, apoyado siempre por los militares, se encaramó al sillón presidencial y ahí sigue tan feliz el menguado. Su nombre es Faure Gnassingbé.
Con todo lo antedicho, no vamos a entrar en detalles de Derecho Constitucional. Diremos sólo que, ante el fruncimiento de cejas de la opinión internacional y las peligrosas pero repetidas manifestaciones de oposición interna, el Presidente ha intentado revocar la fachada del sistema.
Ya en 1993 hizo aprobar en un referéndum una Constitución multipartidista, cosa que nadie se creyó. Después ha organizado varias elecciones, ganándolas siempre. Más de una vez centenares de los que discutieron su victoria desaparecieron.
Los grupos de oposición, ternes en su actitud subversiva, han organizado protestas a veces pintorescas y con cierto sabor a Aristófanes, como cuando, en 2012, una agrupación feminista declaró una huelga de sexo mientras no se marchara, pero, eso sí, durante sólo 7 días.
De todas formas, han sido los intereses económicos de determinadas potencias los que han dado lugar a un cambio. Algunos países europeos tienen intereses allí, y los EEUU, tan puntillosos y exigentes a la hora de repartir credenciales de democracia, y que controlan el Banco Mundial y el FMI, con sus sustanciosos réditos, han empezado a adoptar también un aire bonachón.
A raíz de las últimas elecciones de 2015, que ganó como las anteriores, un portavoz de la Unión Europea llegó a decir que ‘se desarrollaron en calma, confirmando la adhesión del pueblo togolés a la democracia¨’. Dejemos la cosa aquí.
La economía depende intensamente de la agricultura, tanto comercial como de subsistencia. Sin embargo, algunos productos alimenticios básicos han de ser importados. La superficie cultivada es un 38.6% de la territorial.
El cacao, el café y el algodón constituyen el 40% de las exportaciones, siendo el algodón el más remunerativo. Togo se encuentra también entre los grandes productores de fosfatos del mundo, siendo éste otro capítulo de sus exportaciones.
Durante la última década se ha hecho un notable esfuerzo, con apoyo del Banco Mundial y del FMI, para establecer reformas, equiparar ingresos y gastos y fomentar la inversión, pero los resultados son lentos. En 2010, y en el marco del Programa de Países Pobres Fuertemente Endeudados, le fue condonado el 95% de la duda exterior, pero en 2015 ya constituía el 67.3% del PIB.
Sigue pues necesitando el apoyo del FMI y las inversiones extranjeras, que, conforme a la coyuntura, han bajado en los últimos años.
La distribución de la ocupación es: agricultura, 65%; industria, 5%; servicios, 30%.
La industria se reduce a la alimenticia, minería del fosfato y cemento.
Existe asimismo un problema con la electricidad. Un 78.3% procede de instalaciones hidroeléctricas, pero el 21.7% restante procede de centrales térmicas. Al no poseer carbón, ni petróleo ni gas, ello obliga a onerosas importaciones.
La geografía no presenta grandes complicaciones. En el norte el terreno se caracteriza por una suave llanura en contraste con el centro, que se distingue por un relieve de colinas. El sur de Togo presenta una meseta que alcanza una llanura costera con extensas lagunas y pantanos.
El clima varía desde el subtropical del norte al subecuatorial húmedo del sur. La temperatura media es de 27ºC.
En la costa aparecen manglares; en el SO destaca la selva ecuatorial, y en el interior predomina la sabana. El elevado crecimiento demográfico está llevando a una rápida deforestación, poniendo en peligro de extinción a muchas especies.
Los mamíferos más observados son jirafas, búfalos, rinocerontes y monos; en menor medida, elefantes y leones. Sobre este tema volveremos al final.
El 99% de la población es de raza negra, quedando un 1% para europeos y siriolibaneses.
El animismo es practicado por un 51% de la población. Los cristianos (en su mayoría católicos) suponen un 29%. Los musulmanes, un 20%.
Togo ha cuadruplicado su número de habitantes entre 1960 y 2010; el 60% es menor de 25 años; la edad media, 19.7 años, el crecimiento anual, 2.66% (5º del mundo); la tasa de fertilidad, 4.43 hijos/mujer; la esperanza de vida, 65 años (177º del mundo).
La estructura demográfica del país, unida a su subdesarrollo, plantea un desafío importante con relación a la educación, pese a la notable ayuda de las escuelas ligadas a centros misioneros. El Gobierno eliminó en su día todo tipo de tasas para la enseñanza primaria, pero la mayor afluencia aumentó la presión sobre espacios escolares, profesores y material.
Son preocupantes la calidad dudosa, la escasa participación femenina y la baja matrícula en las fases secundaria y terciaria. La alfabetización se estima en un 66.5%, que desciende a un 55.3% en el caso de las mujeres.
La población urbana es de un 40%, pero la gran mayoría de las ciudades presenta un aspecto aldeano.
Otro problema es la sanidad. Sólo un 63.1% de la población total cuenta con agua con garantías de potabilidad, y un 88.4% tiene difícil acceso a prestaciones sanitarias. El SIDA no está tan extendido como en otros países africanos, pero mueren de la enfermedad 5.100 personas al año.
Terminaremos con dos apuntes muy diferentes.
Hay un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el nordeste, la extraña forma de sus edificaciones (casas- torre construidas en adobe) se ha convertido en uno de los estereotipos del país.
Togo es mirado con recelo y prevención por diversas entidades dedicadas a la protección de la fauna por constituir una especie de cloaca por donde salen a la costa cantidades importantes de cuernos de rinoceronte (enviados a Extremo Oriente) y de colmillos de elefante (cualquiera sabe con qué destino). Son el resultado de la actividad de cazadores furtivos, pero no nos engañemos: se trata de partidas muy organizadas y bien armadas. Parece bastante claro que un fenómeno así únicamente puede darse con una connivencia y apoyo considerables.
En 1920 la Sociedad de Naciones, siguiendo la rutina habitual, partió por gala en dos el territorio constituyendo sendos Mandatos para Francia y Gran Bretaña, respectivamente al este y al oeste.
Los ingleses no tuvieron empacho alguno para incorporar su porción a la colonia de Costa de Oro, sin administración separada. Años más tarde, en 1956, cuando se aproximaba la independencia, montaron un plebiscito para ratificar la anexión.
Francia administró la suya teóricamente como mandato; en realidad, como una colonia más del África Occidental Francesa.
En 1958, cuando llegó la hora de descolonizar, le concedió una amplia autonomía.
Togo recibió formalmente la independencia en 1960.
El hombre a quien se entregó el país fue Sylvanus Olimpo, miembro de la próspera clase de los comerciantes de la zona costera, cuyos intereses intentó favorecer. Asesinado en 1963, el país fue dominado por los militares, en gran parte procedentes del norte. Uno de los responsables del golpe, Gnassinbé Eyadéma, fue presidente desde 1967 hasta 2005, dirigiendo la nación con mano de hierro.
Cuando murió de un infarto en el citado año, la legalidad teórica exigía que el Presidente de la Cámara ocupase provisionalmente la presidencia y convocase elecciones, pero se dio la circunstancia de que se hallaba en el extranjero en un viaje oficial.
Cuando quiso volver, se encontró con las fronteras cerradas. El clausurador no era sino el hijo del difunto, que, apoyado siempre por los militares, se encaramó al sillón presidencial y ahí sigue tan feliz el menguado. Su nombre es Faure Gnassingbé.
Con todo lo antedicho, no vamos a entrar en detalles de Derecho Constitucional. Diremos sólo que, ante el fruncimiento de cejas de la opinión internacional y las peligrosas pero repetidas manifestaciones de oposición interna, el Presidente ha intentado revocar la fachada del sistema.
Ya en 1993 hizo aprobar en un referéndum una Constitución multipartidista, cosa que nadie se creyó. Después ha organizado varias elecciones, ganándolas siempre. Más de una vez centenares de los que discutieron su victoria desaparecieron.
Los grupos de oposición, ternes en su actitud subversiva, han organizado protestas a veces pintorescas y con cierto sabor a Aristófanes, como cuando, en 2012, una agrupación feminista declaró una huelga de sexo mientras no se marchara, pero, eso sí, durante sólo 7 días.
De todas formas, han sido los intereses económicos de determinadas potencias los que han dado lugar a un cambio. Algunos países europeos tienen intereses allí, y los EEUU, tan puntillosos y exigentes a la hora de repartir credenciales de democracia, y que controlan el Banco Mundial y el FMI, con sus sustanciosos réditos, han empezado a adoptar también un aire bonachón.
A raíz de las últimas elecciones de 2015, que ganó como las anteriores, un portavoz de la Unión Europea llegó a decir que ‘se desarrollaron en calma, confirmando la adhesión del pueblo togolés a la democracia¨’. Dejemos la cosa aquí.
La economía depende intensamente de la agricultura, tanto comercial como de subsistencia. Sin embargo, algunos productos alimenticios básicos han de ser importados. La superficie cultivada es un 38.6% de la territorial.
El cacao, el café y el algodón constituyen el 40% de las exportaciones, siendo el algodón el más remunerativo. Togo se encuentra también entre los grandes productores de fosfatos del mundo, siendo éste otro capítulo de sus exportaciones.
Durante la última década se ha hecho un notable esfuerzo, con apoyo del Banco Mundial y del FMI, para establecer reformas, equiparar ingresos y gastos y fomentar la inversión, pero los resultados son lentos. En 2010, y en el marco del Programa de Países Pobres Fuertemente Endeudados, le fue condonado el 95% de la duda exterior, pero en 2015 ya constituía el 67.3% del PIB.
Sigue pues necesitando el apoyo del FMI y las inversiones extranjeras, que, conforme a la coyuntura, han bajado en los últimos años.
La distribución de la ocupación es: agricultura, 65%; industria, 5%; servicios, 30%.
La industria se reduce a la alimenticia, minería del fosfato y cemento.
Existe asimismo un problema con la electricidad. Un 78.3% procede de instalaciones hidroeléctricas, pero el 21.7% restante procede de centrales térmicas. Al no poseer carbón, ni petróleo ni gas, ello obliga a onerosas importaciones.
La geografía no presenta grandes complicaciones. En el norte el terreno se caracteriza por una suave llanura en contraste con el centro, que se distingue por un relieve de colinas. El sur de Togo presenta una meseta que alcanza una llanura costera con extensas lagunas y pantanos.
El clima varía desde el subtropical del norte al subecuatorial húmedo del sur. La temperatura media es de 27ºC.
En la costa aparecen manglares; en el SO destaca la selva ecuatorial, y en el interior predomina la sabana. El elevado crecimiento demográfico está llevando a una rápida deforestación, poniendo en peligro de extinción a muchas especies.
Los mamíferos más observados son jirafas, búfalos, rinocerontes y monos; en menor medida, elefantes y leones. Sobre este tema volveremos al final.
El 99% de la población es de raza negra, quedando un 1% para europeos y siriolibaneses.
El animismo es practicado por un 51% de la población. Los cristianos (en su mayoría católicos) suponen un 29%. Los musulmanes, un 20%.
Togo ha cuadruplicado su número de habitantes entre 1960 y 2010; el 60% es menor de 25 años; la edad media, 19.7 años, el crecimiento anual, 2.66% (5º del mundo); la tasa de fertilidad, 4.43 hijos/mujer; la esperanza de vida, 65 años (177º del mundo).
La estructura demográfica del país, unida a su subdesarrollo, plantea un desafío importante con relación a la educación, pese a la notable ayuda de las escuelas ligadas a centros misioneros. El Gobierno eliminó en su día todo tipo de tasas para la enseñanza primaria, pero la mayor afluencia aumentó la presión sobre espacios escolares, profesores y material.
Son preocupantes la calidad dudosa, la escasa participación femenina y la baja matrícula en las fases secundaria y terciaria. La alfabetización se estima en un 66.5%, que desciende a un 55.3% en el caso de las mujeres.
La población urbana es de un 40%, pero la gran mayoría de las ciudades presenta un aspecto aldeano.
Otro problema es la sanidad. Sólo un 63.1% de la población total cuenta con agua con garantías de potabilidad, y un 88.4% tiene difícil acceso a prestaciones sanitarias. El SIDA no está tan extendido como en otros países africanos, pero mueren de la enfermedad 5.100 personas al año.
Terminaremos con dos apuntes muy diferentes.
Hay un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el nordeste, la extraña forma de sus edificaciones (casas- torre construidas en adobe) se ha convertido en uno de los estereotipos del país.
Togo es mirado con recelo y prevención por diversas entidades dedicadas a la protección de la fauna por constituir una especie de cloaca por donde salen a la costa cantidades importantes de cuernos de rinoceronte (enviados a Extremo Oriente) y de colmillos de elefante (cualquiera sabe con qué destino). Son el resultado de la actividad de cazadores furtivos, pero no nos engañemos: se trata de partidas muy organizadas y bien armadas. Parece bastante claro que un fenómeno así únicamente puede darse con una connivencia y apoyo considerables.