miércoles, 2 de mayo de 2012

CANADÁ. SAN PEDRO Y MIQUELÓN.



CANADÁ    América del Norte


Capital: Otawa
Ciudad más poblada: Toronto
Forma de gobierno: Dominio de tipo federal
Independencia (del Reino Unido): 1 julio 1867/11 dic.1931
Superficie: 9.984.670 Km2 (2º)
Población: 33.476.688 hab (36º)     Densidad: 3,4 hab/Km2
PIB/cápita: 39.183 $ (16º)
Miembro de: Commonwealth, OEA, Otan, G- 8

Antes de la Federación

El nombre proviene del término iroqués ‘Kanata’, que significa ‘pueblo’ o ‘asentamiento’. Para 1545, los mapas y libros europeos habían comenzado a referirse a toda la región como Canadá.

La primera exploración fue efectuada en 1497 por Giovanni Caboto (al servicio de la Corona inglesa). En 1536, Jacques Cartier hizo lo mismo para la Corona francesa.

En 1603, el francés Champlain estableció los primeros asentamientos europeos permanentes, que recibirían el nombre colectivo de ‘Nueva Francia’, aunque diferenciándose la zona de Canadá, al N de los Grandes Lagos y río San Lorenzo, y Acadia, la zona marítima del extremo oriental. Los comerciantes de pieles y los misioneros católicos exploraron la zona de los Grandes Lagos, la Bahía de Hudson y la cuenca del Misisipi hasta su desembocadura en Luisiana.

Los ingleses organizaron puestos de pesca avanzada en la isla de Terranova alrededor de 1610, y fundaron más al Sur las 13 Colonias.

Se desencadenaron diversas guerras intercoloniales con participación de pueblos indios de uno y otro lado. En el Tratado de Utrecht de 1713, los británicos se hicieron con la zona de Acadia, y en el Tratado de París de 1763 con lo que podemos llamar el Canadá, permaneciendo en la región de Quebec gran parte de la población francesa, a diferencia de lo ocurrido en Acadia en 1713, cuando la mayoría de los francófonos fueron expulsados sin contemplaciones.

Para evitar conflictos en Quebec, los  británicos aprobaron el Acta de 1774, que amplió el territorio incluyendo incluso el valle del Ohio, al Sur de los Grandes Lagos (se convertiría en territorio norteamericano en 1783). En estos lugares se restableció el idioma francés, la fe católica y el derecho civil francés. Todo esto enfureció a muchos de los residentes en las 13 Colonias e influyó en el inicio de la revolución norteamericana.

Perdida la guerra (Tratado de Versalles de 1783), para acomodar a los inmigrantes de habla inglesa huidos del nuevo país, la Ley de 1791 dividió la provincia en Canadá Inferior (francófono, más tarde provincia de Quebec) y Canadá Superior (anglosajón, más tarde provincia de Ontario), concediendo a cada una el derecho de elegir su propia Asamblea.

La zona canadiense fue el frente principal durante la guerra de 1812, librada entre EE.UU. y Gran Bretaña. Tras ella, comenzó la inmigración en gran escala desde Inglaterra e Irlanda (unos 627.000 inmigrantes entre 1825 y 1846). Simultáneamente y poco a poco, la industria de la madera iba primando sobre el negocio de las pieles.

A partir de 1837 se inició una nueva política de tipo asimilacionista, y en el marco de ella quedaron fusionados los dos Canadás en una sola provincia unida (1840).

La firma del Tratado de Oregón con los EE.UU. en 1846 determinó la frontera NO a lo largo del paralelo 49ºN, lo que abrió camino para la fundación de colonias británicas en la costa del Pacífico: isla de Vancouver (1849) y Columbia (1858).


Durante esta primera época, anterior a la Federación, comenzaron a emitirse sellos. Figuran como ejemplos:

Uno de la colonia del Canadá y sendos de las tres colonias en que estaba dividida Acadia: Nueva Brunswick, Nueva Escocia e isla del Príncipe Eduardo. También uno de la Columbia británica.

Colonia del Canadá 1851

Nueva Escocia

 Nueva Brunswick
Príncipe Eduardo
  
Columbia británica


La Federación. El Dominio del Canadá.

En 1867, tras varias Conferencias Constitucionales, las colonias de Canadá (de nuevo y definitivamente dividida en dos provincias, Quebec y Ontario), Nueva Escocia y Nueva Brunswick se unen en un estado federal, el Dominio del Canadá. Las zonas árticas casi despobladas aparecen unificadas como ‘Territorios del Noroeste’.


Es la primera vez que se utiliza el término ‘Dominio’, tomado por cierto de uno de los Salmos. Resulta ambiguo el tema de hasta qué punto se podía considerarlo ya entonces un estado propiamente independiente, antes de que la cuestión se aclare más en 1931.





A partir de aquí se inicia un proceso de expansión y organización que ha llegado prácticamente hasta nuestros días.

En 1870, como consecuencia de los malos tratos a que son sometidos los ‘metis’ o mestizos, y que traen como consecuencia graves desórdenes, se  crea una nueva provincia, la de Manitoba.

En 1871 se une como provincia la Columbia, y en 1873 la isla Príncipe Eduardo.

En 1905 se agregan Alberta y Saskatchewan.

En 1898, en medio de la fiebre del oro creada por los descubrimientos del Klondyke, el distrito de Yukon se segrega de los Territorios del NO, formando un nuevo Territorio.

En 1912, los límites de las provincias de Manitoba, Ontario y Quebec se extienden hacia el N hasta coincidir con los actuales.

En 1949, Terranova (a la que aludiremos específicamente) ingresa en la Federación como décima provincia, con los límites que tenía asignados desde 1927.

En 1999, Nunavut (casi 1/5 de la superficie total del país) se segrega como tercer territorio del Territorio del NO.

Finalmente, en 2001 la provincia de Terranova cambia su nombre por el de ‘Terranova y Labrador’.

Ya desde los primeros años se estableció una política proteccionista para salvaguardar a las industrias. Con objeto de abrir paso a la colonización del Oeste, el Gobierno patrocinó la construcción de ferrocarriles transcontinentales y estimuló la creación de asentamientos en las praderas, lo que permitió, como quedó visto, la creación de las provincias de Alberta y Saskatchewan.

Debido a que en 1914 el Reino Unido seguía manteniendo el control de los asuntos exteriores, la entrada en la Primera Guerra Mundial fue automática. Los 625.000 voluntarios enviados (de los que unos 60.000 murieron) desempeñaron un papel importante. Otra cosa es que la imposición del servicio militar obligatorio en 1917 despertara fuerte oposición entre los quebequeses francófonos. 

En 1919, Canadá se incorporó a la Sociedad de Naciones separadamente del Reino Unido, y, en 1931, el Estatuto de Westminster reafirmó la independencia canadiense.

La Gran Depresión trajo dificultades; su recuerdo influyó en las numerosas medidas adoptadas en los 40 y en los 50 conducentes a crear un estado del bienestar.

Antes, la economía canadiense había crecido, como la norteamericana, gracias a las fábricas que proporcionaron material de guerra también para el Reino Unido, China y la URSS. Esta vez Canadá intervino por decisión propia y terminó la guerra como la segunda economía más rica del mundo.

El crecimiento del país, combinado con la actuación de sucesivos gobiernos liberales, dio lugar a la aparición de una nueva identidad nacional, que se manifestó, por ejemplo, en la adopción de la actual bandera en 1965 y en la aplicación del bilingüismo oficial en 1964. Los socialdemócratas crearon programas de asistencia sanitaria general, planes de pensiones y préstamos a estudiantes, no sin roce con algunos gobiernos provinciales, especialmente Quebec y Alberta.

Hacia 1960 comenzó en Quebec la llamada ‘revolución tranquila’, que no siempre fue muy tranquila, de signo nacionalista, la cual llegó en una primera fase a dar lugar a un Frente de Liberación de Quebec, cuyo radicalismo le llevó a acciones terroristas, incluyendo el secuestro y asesinato de un ministro.

El nacionalismo francófono, en general claramente independentista, fue siempre abierta y tenazmente atizado desde París. Su éxito mayor lo consiguió en el referéndum de 1995, en el que la reclamación de soberanía alcanzó un 49,4% de los votos.

En 1997, el Tribunal Supremo dictaminó que la secesión unilateral sería anticonstitucional, por lo que el Parlamento aprobó la Ley de Claridad, que describe los términos de negociación para que una provincia pueda retirarse de la Federación. En cualquier caso, el problema sigue en pie.

Institucionalmente, el Parlamento está compuesto por la Corona, que es la del Reino Unido (representada por el Gobernador General y varios vicegobernadores), una Cámara de los Comunes electa y un Senado designado. El Sistema electoral es por distritos unipersonales, como el británico.

Las responsabilidades de gobierno se dividen entre el Gobierno Federal y los de las 10 provincias. Los 3 territorios tienen también sus propias legislaturas, pero con menor ámbito de competencias. Las provincias gozan de mayor autonomía, además de ser responsables de la mayoría de los programas sociales del país, y juntas tienen más ingresos que el gobierno federal. Se establecen pagos de compensación para que se mantengan niveles razonablemente uniformes  entre las más ricas y las más pobres.

La Common Law anglosajona prevalece en toda la nación, salvo en Quebec, que cuenta con su propio derecho civil. El derecho penal es materia federal y uniforme en todo el país. La aplicación de la ley es responsabilidad de cada gobierno provincial, aunque en las zonas rurales de todas las provincias (salvo Quebec y Ontario) corre por cuenta de la Real Policía Montada del Canadá.

Esta institución, que ha llegado a ser emblemática, nació como ‘Policía Montada del Noroeste’, contaba en 2005 con 29.292 efectivos, y su prestigio hace que muchos gobiernos provinciales le cedan voluntariamente atribuciones más importantes que la vigilancia en zona rural.

Canadá y EE.UU. comparten la frontera desarmada más larga del mundo, cooperan militarmente y en la prevención del terrorismo, y además cada uno es el mayor socio comercial del otro. Ello no es óbice para que el primero tenga una política exterior independiente, manteniendo, por ejemplo, plenas relaciones con Cuba y habiéndose negado a participar en la invasión norteamericana de Irak. Mantiene una especial relación positiva con los Países Bajos, procedente de los días de la Segunda Guerra Mundial.

Canadá tiene una fuerza militar profesional, con cerca de 67.000 efectivos y 26.000 en la reserva; su equipamiento es de primera clase.

Fue país fundador de la OTAN en 1949 y jugó un importante papel en la Guerra Fría, incluyendo una significativa aportación a las fuerzas combatientes en Corea, participando después en 50 misiones de mantenimiento de la paz, alguna tan comprometida como la de Somalia en 1993.

Ocupa una gran parte de Norteamérica, limitando con los EE.UU. al Sur y al NO (Alaska), y extendiéndose del Atlántico al Pacífico. Por su área total (incluyendo las aguas interiores) es el segundo país del mundo, después de Rusia.

Desde 1925, ha reclamado la porción del Ártico comprendida entre los meridianos 60ºO y 141ºO, pero tal reclamación no está universalmente aceptada. El asentamiento más septentrional del mundo es la estación militar de alerta y control sita en el extremo norte de la isla Ellesmere, a 82,5ºN y a sólo 817 Km del Polo.

Gran parte del Ártico canadiense está cubierta de hielo y permafrost. También es el país con litoral más largo del mundo: 202.080 Km.

Por el contrario, la densidad es de las más bajas: 3,4 hab/Km2. La parte más densamente poblada es la zona de Quebec y el llamado ‘corredor Windsor’, a la orilla de los Grandes Lagos y el río San Lorenzo.

Cuenta con ocho regiones de bosques distintos, incluyendo una zona de taiga; por otra parte, tiene más lagos que ninguna otra nación. Por supuesto, también hay glaciares.

Tratándose de un territorio tan extenso, es difícil dar una referencia sintética de su clima (en realidad, habría que decir de sus climas). La latitud y la continentalidad dan lugar en el interior a inviernos muy fríos, con promedios diarios de -15ºC, que pueden llegar a -40ºC, y a largos periodos de innivación, que coexisten en verano con ocasionales olas de calor de hasta 40ºC. Naturalmente, en las costas la amplitud térmica mensual se suaviza.

Buena parte del territorio está cubierta por bosques de árboles maderables, destacando el pino, el cedro y el arce; otra parte se cubre de amplias praderas.

La fauna es similar a la de Europa y Asia del norte. Se considera al castor como una especie de símbolo nacional. En las regiones árticas, abundan diversas variedades de focas y los osos polares, mientras que en la flora predominan musgos y líquenes.

Canadá es una de las naciones más ricas del mundo, con un IDH muy alto. La economía es mixta, clasificada en el índice de la Heritage Foundation como más libre que la de EE.UU., superando asimismo a la mayoría de las naciones de Europa Occidental.

Como ocurre con la de otros países del llamado Primer Mundo, está dominada por el sector terciario, que emplea a ¾ de los canadienses. Ahora bien, entre los países desarrollados brinda una importancia inusual a su sector primario, siendo las industrias conectadas con el petróleo y la madera dos de las más sobresalientes.

Es uno de los pocos países desarrollados exportadores netos de energía. La zona atlántica posee grandes depósitos de gas natural en sus costas, y Alberta, reservas importantes de petróleo y gas. En cuanto a arenas de alquitrán, tiene las segundas reservas en tamaño del mundo después de Arabia Saudita.

Es uno de los proveedores mundiales más importantes de colza, trigo y otros cereales. También es el mayor productor de zinc y uranio, y rico en oro, níquel, aluminio y plomo.

Es considerable el sector manufacturero, concentrado en el sur de Ontario y Quebec, contándose las industrias automovilísticas y aeronáuticas como las de mayor importancia.

El Tratado de Libre Comercio de 1988 eliminó las barreras aduaneras entre Canadá y EE.UU.; fue ampliado a Méjico en 1990.

El sector de la ciencia y tecnología está ampliamente desarrollado; casi el 1,68% del PIB se asigna a investigación y desarrollo. El 84,3% de la población total es usuaria de Internet. En el campo de la tecnología y exploración espacial, ha sido clasificado como el 3º de entre 20 países.

La crisis económica de 2008 ha causado una caída que podría aumentar la tasa de desempleo hasta el 10%.

El aumento de población (5,4% anual entre 2001 y 2006) se debe sobre todo a la abundante inmigración. Alrededor del 80% de los canadienses viven a menos de 150 Km de la frontera con EE.UU., y un porcentaje similar reside en zonas urbanas.

Étnicamente y según el Censo de 2006, los anglocanadienses constituyen el 21% de la población; los francocanadienses, el 15,8%, seguidos por escoceses (15,2%), irlandeses (13,9%), alemanes (10,2%), italianos (5%), chinos (3,9%), ucranianos (3,6%) y los llamados ‘descendientes de las Primeras Naciones’: 3,5%. Hay 600 tribus o gobiernos de esas Primeras Naciones (indios o inuits), que agrupan a 1.172.790 personas. La población aborigen está creciendo a casi el doble de la tasa nacional.

Siempre con referencia al Censo de 2006, un 16,2% pertenecía a las llamadas ‘minorías visibles’: surasiáticos, chinos, afroamericanos, etc., que se concentran sobre todo en Vancouver (51%) y en Toronto (46,9%). Para comparar, puede observarse que, según el Censo de 1961, menos del 2% podía clasificarse como ‘minoría visible’, y menos del 1% como aborígenes. Las minorías, según una previsión de la oficina estadística canadiense, podrían llegar a constituir hasta un 23% para 2017.

El país tiende a envejecer: en 2006, la edad promedio era de 39,5 años. Lo sorprendente es que, según los datos censales, el aumento de la inmigración no frenó esa tendencia al envejecimiento.

No existe ninguna religión oficial. El 77,1% de los canadienses se identifican como cristianos (constituyendo los católicos el grupo mayor, 43,6% de la población). Cerca del 16% declaró no tener ninguna afiliación religiosa; entre las religiones no cristianas, las más numerosas son el islam (2%) y el judaísmo (1,1%).

Los dos idiomas oficiales son inglés y francés; ambos tienen igual condición en los tribunales federales y, en general, en todas las instituciones de carácter federal. En cuanto al uso, el 67,5% sólo habla inglés; el 13,3%, sólo francés, y el 17,7%, ambos.

Pasando del nivel federal al de las provincias, el francés es el idioma oficial de Quebec. Nueva Brunswick es oficialmente bilingüe (tiene una minoría francófona del 33%). Las demás no tienen lenguas oficiales como tales.


Hay 11 grupos de lenguas aborígenes con más de 65 dialectos distintos, pero sólo a 3 se les considera capaces de sobrevivir a largo plazo. Varios idiomas aborígenes tienen status oficial en los Territorios; el inuktitut es el idioma de la mayoría de los habitantes de Nunavut, y uno de los 3 idiomas oficiales allí.


Señalemos finalmente que la cultura canadiense ha sido influenciada por las tradiciones y costumbres de la inglesa, francesa e indígenas; además, y mucho, por los inmigrantes procedentes de todo el mundo, por lo que se percibe a Canadá como nación multicultural.


Sin embargo, lo que preocupa, e incluso irrita, a sectores significativos es la omnipresencia de la cultura estadounidense en todas sus manifestaciones, lo que lleva a considerar a bastantes canadienses que su identidad cultural, aun compleja, se ve amenazada por ese fenómeno de globalización.


TERRANOVA


Es una isla de 111.390 Km2 en la costa NE de Norteamérica.

Los primeros europeos que la pisaron fueron los vikingos, en torno al año 1000, pues, según la opinión más general, fue esta isla la ‘Vinland’ de que hablan sus escasas fuentes.

Recibió su nombre del italiano Caboto en 1497, siendo conocida por los anglosajones como Newfoundland.

Los ingleses tomaron posesión de ella en 1583.
Tradicionalmente su principal actividad y riqueza fue la pesca, sobre todo en relación con los importantes caladeros de bacalao.

Como colonia emitió sus primeros sellos en 1857.

Accedió a la categoría superior de Dominio en 1933.

Se integró, como ya sabemos, en la Federación canadiense como una de sus provincias, en 1949.





SAN PEDRO Y MIQUELÓN    Atlántico Norte.

  
Es un archipiélago situado a 25 Km al sur de la costa de Terranova, compuesto por dos islas principales, la de San Pedro y la de Miquelón, separadas por un estrecho de 6 Km, y por más de 10 pequeños islotes. El área total es de 242 Km2; la población, 7.012 habitantes.

El clima es húmedo y ventoso, con inviernos largos y fríos.

Estuvieron habitadas, según muestran los hallazgos arqueológicos, ya en época prehistórica. Las descubrió en 1521 el navegante portugués Alvares Fagundes, dándoles el nombre de ‘Islas de las Once Mil Vírgenes’
.
Visitadas primero como base pesquera estacional, en busca de ballenas y de bacalao, aparecen ya asentamientos franceses permanentes a mediados del siglo XVII.

Durante este siglo y el XVIII, las islas pasaron de franceses a ingleses y viceversa una y otra vez, según las contingencias de las guerras, siempre con las consecuentes deportaciones.

Fueron finalmente devueltas a Francia en 1815, empezando un periodo de prosperidad para su industria pesquera y sus habitantes. Sin embargo, la pesca comenzó un lento declive desde finales del XIX.

Durante la prohibición del alcohol en EE.UU., disfrutaron de un ‘boom’ económico de 13 años, por el papel que jugaron en el tráfico ilegal de bebidas alcohólicas, teniendo incluso el honor de ser visitadas por Al Capone en 1927. Al ser derogada la ‘ley seca’, vino la recesión.

Inicialmente colonias, fueron declaradas Territorio de Ultramar en 1945, Departamento de Ultramar en 1976 y Colectividad Territorial en 1985. En la revisión de la Constitución francesa de 2003, se creó la categoría genérica  de Colectividad de Ultramar, que engloba entre otras a San Pedro y Miquelón. Al ser declaradas territorio de la Unión Europea, disfrutan por ello de algunos privilegios, pero curiosamente sólo los franceses tienen libertad de movimientos o para establecer un negocio.

En 1972, el Tribunal Internacional de Arbitraje resolvió una vieja disputa con Canadá sobre delimitación de la Zona Económica Exclusiva; los franceses no quedaron satisfechos, pues se les otorgó el 18% de lo que reclamaban. Nuevas reclamaciones hechas por Francia basándose ahora en la Convención del Mar, elaborada por la ONU y en vigor desde 1994, hacen esperar nuevas tensiones.

La sobreexplotación de los bancos de bacalao ha llevado a que Canadá, que controla la materia en toda esa zona y determina las cuotas de pesca, imponga largas vedas pesqueras, con lo que las islas han quedado seriamente afectadas.

En consecuencia, se han hecho esfuerzos para diversificar la economía: piscifactorías y granjas de vieiras, pesca del cangrejo, ¡e incluso agricultura y turismo!

De 1947 a 1960 usaban los sellos franceses; ahora han vuelto a tenerlos propios.


Como dato de interés humano, señalaremos que fue allí, en 1888, la única vez que se utilizó la guillotina en América del Norte. El artefacto hubo de ser transportado desde Martinica, y, para manejarlo, dada la inexperiencia de los isleños, fue necesario recurrir a un inmigrante recién llegado.







No hay comentarios:

Publicar un comentario