CANADÁ
América del Norte
Capital: Otawa
Ciudad más poblada: Toronto
Forma de gobierno: Dominio de tipo federal
Independencia (del Reino Unido): 1 julio
1867/11 dic.1931
Superficie: 9.984.670 Km2 (2º)
Población: 33.476.688 hab (36º) Densidad: 3,4 hab/Km2
PIB/cápita: 39.183 $ (16º)
Miembro de: Commonwealth, OEA, Otan, G- 8
Antes de la Federación
El nombre proviene del término iroqués
‘Kanata’, que significa ‘pueblo’ o ‘asentamiento’. Para 1545, los mapas y
libros europeos habían comenzado a referirse a toda la región como Canadá.
La primera exploración fue efectuada en 1497
por Giovanni Caboto (al servicio de la Corona inglesa). En 1536, Jacques
Cartier hizo lo mismo para la Corona francesa.
En 1603, el francés Champlain estableció los
primeros asentamientos europeos permanentes, que recibirían el nombre colectivo
de ‘Nueva Francia’, aunque diferenciándose la zona de Canadá, al N de los
Grandes Lagos y río San Lorenzo, y Acadia, la zona marítima del extremo
oriental. Los comerciantes de pieles y los misioneros católicos exploraron la
zona de los Grandes Lagos, la Bahía de Hudson y la cuenca del Misisipi hasta su
desembocadura en Luisiana.
Los ingleses organizaron puestos de pesca
avanzada en la isla de Terranova alrededor de 1610, y fundaron más al Sur las
13 Colonias.
Se desencadenaron diversas guerras
intercoloniales con participación de pueblos indios de uno y otro lado. En el
Tratado de Utrecht de 1713, los británicos se hicieron con la zona de Acadia, y
en el Tratado de París de 1763 con lo que podemos llamar el Canadá,
permaneciendo en la región de Quebec gran parte de la población francesa, a
diferencia de lo ocurrido en Acadia en 1713, cuando la mayoría de los francófonos
fueron expulsados sin contemplaciones.
Para evitar conflictos en Quebec, los británicos aprobaron el Acta de 1774, que
amplió el territorio incluyendo incluso el valle del Ohio, al Sur de los
Grandes Lagos (se convertiría en territorio norteamericano en 1783). En estos
lugares se restableció el idioma francés, la fe católica y el derecho civil
francés. Todo esto enfureció a muchos de los residentes en las 13 Colonias e
influyó en el inicio de la revolución norteamericana.
Perdida la guerra (Tratado de Versalles de
1783), para acomodar a los inmigrantes de habla inglesa huidos del nuevo país,
la Ley de 1791 dividió la provincia en Canadá Inferior (francófono, más tarde
provincia de Quebec) y Canadá Superior (anglosajón, más tarde provincia de
Ontario), concediendo a cada una el derecho de elegir su propia Asamblea.
La zona canadiense fue el frente principal
durante la guerra de 1812, librada entre EE.UU. y Gran Bretaña. Tras ella,
comenzó la inmigración en gran escala desde Inglaterra e Irlanda (unos 627.000
inmigrantes entre 1825 y 1846). Simultáneamente y poco a poco, la industria de
la madera iba primando sobre el negocio de las pieles.
A partir de 1837 se inició una nueva política
de tipo asimilacionista, y en el marco de ella quedaron fusionados los dos
Canadás en una sola provincia unida (1840).
La firma del Tratado de Oregón con los EE.UU.
en 1846 determinó la frontera NO a lo largo del paralelo 49ºN, lo que abrió
camino para la fundación de colonias británicas en la costa del Pacífico: isla
de Vancouver (1849) y Columbia (1858).
Durante esta primera época, anterior a la
Federación, comenzaron a emitirse sellos. Figuran como ejemplos:
Uno de la colonia del Canadá y sendos de las
tres colonias en que estaba dividida Acadia: Nueva Brunswick, Nueva Escocia e
isla del Príncipe Eduardo. También uno de la Columbia británica.
Colonia del Canadá 1851 |
Nueva Escocia |
Príncipe Eduardo |
Columbia británica |
La Federación. El Dominio del Canadá.
En 1867, tras varias Conferencias
Constitucionales, las colonias de Canadá (de nuevo y definitivamente dividida
en dos provincias, Quebec y Ontario), Nueva Escocia y Nueva Brunswick se unen
en un estado federal, el Dominio del Canadá. Las zonas árticas casi despobladas
aparecen unificadas como ‘Territorios del Noroeste’.
Es la primera vez que se utiliza el término
‘Dominio’, tomado por cierto de uno de los Salmos. Resulta ambiguo el tema de
hasta qué punto se podía considerarlo ya entonces un estado propiamente
independiente, antes de que la cuestión se aclare más en 1931.
A partir de aquí se inicia un proceso de
expansión y organización que ha llegado prácticamente hasta nuestros días.
En 1870, como consecuencia de los malos
tratos a que son sometidos los ‘metis’ o mestizos, y que traen como
consecuencia graves desórdenes, se crea
una nueva provincia, la de Manitoba.
En 1871 se une como provincia la Columbia, y
en 1873 la isla Príncipe Eduardo.
En 1905 se agregan Alberta y Saskatchewan.
En 1898, en medio de la fiebre del oro creada
por los descubrimientos del Klondyke, el distrito de Yukon se segrega de los
Territorios del NO, formando un nuevo Territorio.
En 1912, los límites de las provincias de
Manitoba, Ontario y Quebec se extienden hacia el N hasta coincidir con los
actuales.
En 1949, Terranova (a la que aludiremos
específicamente) ingresa en la Federación como décima provincia, con los
límites que tenía asignados desde 1927.
En 1999, Nunavut (casi 1/5 de la superficie
total del país) se segrega como tercer territorio del Territorio del NO.
Finalmente, en 2001 la provincia de Terranova
cambia su nombre por el de ‘Terranova y Labrador’.
Ya desde los primeros años se estableció una
política proteccionista para salvaguardar a las industrias. Con objeto de abrir
paso a la colonización del Oeste, el Gobierno patrocinó la construcción de ferrocarriles
transcontinentales y estimuló la creación de asentamientos en las praderas, lo
que permitió, como quedó visto, la creación de las provincias de Alberta y
Saskatchewan.
Debido a que en 1914 el Reino Unido seguía
manteniendo el control de los asuntos exteriores, la entrada en la Primera
Guerra Mundial fue automática. Los 625.000 voluntarios enviados (de los que
unos 60.000 murieron) desempeñaron un papel importante. Otra cosa es que la
imposición del servicio militar obligatorio en 1917 despertara fuerte oposición
entre los quebequeses francófonos.
En 1919, Canadá se incorporó a la Sociedad
de Naciones separadamente del Reino Unido, y, en 1931, el Estatuto de
Westminster reafirmó la independencia canadiense.
La Gran Depresión trajo dificultades; su
recuerdo influyó en las numerosas medidas adoptadas en los 40 y en los 50
conducentes a crear un estado del bienestar.
Antes, la economía canadiense había crecido,
como la norteamericana, gracias a las fábricas que proporcionaron material de
guerra también para el Reino Unido, China y la URSS. Esta vez Canadá intervino
por decisión propia y terminó la guerra como la segunda economía más rica del mundo.
El crecimiento del país, combinado con la
actuación de sucesivos gobiernos liberales, dio lugar a la aparición de una
nueva identidad nacional, que se manifestó, por ejemplo, en la adopción de la
actual bandera en 1965 y en la aplicación del bilingüismo oficial en 1964. Los
socialdemócratas crearon programas de asistencia sanitaria general, planes de
pensiones y préstamos a estudiantes, no sin roce con algunos gobiernos
provinciales, especialmente Quebec y Alberta.
Hacia 1960 comenzó en Quebec la llamada
‘revolución tranquila’, que no siempre fue muy tranquila, de signo
nacionalista, la cual llegó en una primera fase a dar lugar a un Frente de
Liberación de Quebec, cuyo radicalismo le llevó a acciones terroristas,
incluyendo el secuestro y asesinato de un ministro.
El nacionalismo francófono, en general
claramente independentista, fue siempre abierta y tenazmente atizado desde
París. Su éxito mayor lo consiguió en el referéndum de 1995, en el que la
reclamación de soberanía alcanzó un 49,4% de los votos.
En 1997, el Tribunal Supremo dictaminó que la
secesión unilateral sería anticonstitucional, por lo que el Parlamento aprobó
la Ley de Claridad, que describe los términos de negociación para que una
provincia pueda retirarse de la Federación. En cualquier caso, el problema
sigue en pie.
Institucionalmente, el Parlamento está
compuesto por la Corona, que es la del Reino Unido (representada por el
Gobernador General y varios vicegobernadores), una Cámara de los Comunes electa
y un Senado designado. El Sistema electoral es por distritos unipersonales,
como el británico.
Las responsabilidades de gobierno se dividen
entre el Gobierno Federal y los de las 10 provincias. Los 3 territorios tienen
también sus propias legislaturas, pero con menor ámbito de competencias. Las
provincias gozan de mayor autonomía, además de ser responsables de la mayoría
de los programas sociales del país, y juntas tienen más ingresos que el
gobierno federal. Se establecen pagos de compensación para que se mantengan
niveles razonablemente uniformes entre
las más ricas y las más pobres.
La Common Law anglosajona prevalece en toda
la nación, salvo en Quebec, que cuenta con su propio derecho civil. El derecho
penal es materia federal y uniforme en todo el país. La aplicación de la ley es
responsabilidad de cada gobierno provincial, aunque en las zonas rurales de
todas las provincias (salvo Quebec y Ontario) corre por cuenta de la Real
Policía Montada del Canadá.
Esta institución, que ha llegado a ser
emblemática, nació como ‘Policía Montada del Noroeste’, contaba en 2005 con
29.292 efectivos, y su prestigio hace que muchos gobiernos provinciales le
cedan voluntariamente atribuciones más importantes que la vigilancia en zona
rural.
Canadá y EE.UU. comparten la frontera
desarmada más larga del mundo, cooperan militarmente y en la prevención del
terrorismo, y además cada uno es el mayor socio comercial del otro. Ello no es
óbice para que el primero tenga una política exterior independiente,
manteniendo, por ejemplo, plenas relaciones con Cuba y habiéndose negado a
participar en la invasión norteamericana de Irak. Mantiene una especial
relación positiva con los Países Bajos, procedente de los días de la Segunda
Guerra Mundial.
Canadá tiene una fuerza militar profesional,
con cerca de 67.000 efectivos y 26.000 en la reserva; su equipamiento es de
primera clase.
Fue país fundador de la OTAN en 1949 y jugó
un importante papel en la Guerra Fría, incluyendo una significativa aportación
a las fuerzas combatientes en Corea, participando después en 50 misiones de
mantenimiento de la paz, alguna tan comprometida como la de Somalia en 1993.
Ocupa una gran parte de Norteamérica,
limitando con los EE.UU. al Sur y al NO (Alaska), y extendiéndose del Atlántico
al Pacífico. Por su área total (incluyendo las aguas interiores) es el segundo
país del mundo, después de Rusia.
Desde 1925, ha reclamado la porción del
Ártico comprendida entre los meridianos 60ºO y 141ºO, pero tal reclamación no
está universalmente aceptada. El asentamiento más septentrional del mundo es la
estación militar de alerta y control sita en el extremo norte de la isla
Ellesmere, a 82,5ºN y a sólo 817 Km del Polo.
Gran parte del Ártico canadiense está
cubierta de hielo y permafrost. También es el país con litoral más largo del
mundo: 202.080 Km.
Por el contrario, la densidad es de las más
bajas: 3,4 hab/Km2. La parte más densamente poblada es la zona de Quebec y el
llamado ‘corredor Windsor’, a la orilla de los Grandes Lagos y el río San
Lorenzo.
Cuenta con ocho regiones de bosques
distintos, incluyendo una zona de taiga; por otra parte, tiene más lagos que
ninguna otra nación. Por supuesto, también hay glaciares.
Tratándose de un territorio tan extenso, es
difícil dar una referencia sintética de su clima (en realidad, habría que decir
de sus climas). La latitud y la continentalidad dan lugar en el interior a
inviernos muy fríos, con promedios diarios de -15ºC, que pueden llegar a -40ºC,
y a largos periodos de innivación, que coexisten en verano con ocasionales olas
de calor de hasta 40ºC. Naturalmente, en las costas la amplitud térmica mensual
se suaviza.
Buena parte del territorio está cubierta por
bosques de árboles maderables, destacando el pino, el cedro y el arce; otra
parte se cubre de amplias praderas.
La fauna es similar a la de Europa y Asia del
norte. Se considera al castor como una especie de símbolo nacional. En las
regiones árticas, abundan diversas variedades de focas y los osos polares,
mientras que en la flora predominan musgos y líquenes.
Canadá
es una de las naciones más ricas del mundo, con un IDH muy alto. La economía es
mixta, clasificada en el índice de la Heritage Foundation como más libre que la
de EE.UU., superando asimismo a la mayoría de las naciones de Europa
Occidental.
Como ocurre con la de otros países del
llamado Primer Mundo, está dominada por el sector terciario, que emplea a ¾ de
los canadienses. Ahora bien, entre los países desarrollados brinda una
importancia inusual a su sector primario, siendo las industrias conectadas con
el petróleo y la madera dos de las más sobresalientes.
Es uno de los pocos países desarrollados
exportadores netos de energía. La zona atlántica posee grandes depósitos de gas
natural en sus costas, y Alberta, reservas importantes de petróleo y gas. En
cuanto a arenas de alquitrán, tiene las segundas reservas en tamaño del mundo
después de Arabia Saudita.
Es uno de los proveedores mundiales más
importantes de colza, trigo y otros cereales. También es el mayor productor de
zinc y uranio, y rico en oro, níquel, aluminio y plomo.
Es considerable el sector manufacturero,
concentrado en el sur de Ontario y Quebec, contándose las industrias
automovilísticas y aeronáuticas como las de mayor importancia.
El Tratado de Libre Comercio de 1988 eliminó
las barreras aduaneras entre Canadá y EE.UU.; fue ampliado a Méjico en 1990.
El sector de la ciencia y tecnología está
ampliamente desarrollado; casi el 1,68% del PIB se asigna a investigación y
desarrollo. El 84,3% de la población total es usuaria de Internet. En el campo
de la tecnología y exploración espacial, ha sido clasificado como el 3º de entre
20 países.
La crisis económica de 2008 ha causado una
caída que podría aumentar la tasa de desempleo hasta el 10%.
El aumento de población (5,4% anual entre
2001 y 2006) se debe sobre todo a la abundante inmigración. Alrededor del 80%
de los canadienses viven a menos de 150 Km de la frontera con EE.UU., y un
porcentaje similar reside en zonas urbanas.
Étnicamente y según el Censo de 2006, los
anglocanadienses constituyen el 21% de la población; los francocanadienses, el
15,8%, seguidos por escoceses (15,2%), irlandeses (13,9%), alemanes (10,2%),
italianos (5%), chinos (3,9%), ucranianos (3,6%) y los llamados ‘descendientes
de las Primeras Naciones’: 3,5%. Hay 600 tribus o gobiernos de esas Primeras
Naciones (indios o inuits), que agrupan a 1.172.790 personas. La población
aborigen está creciendo a casi el doble de la tasa nacional.
Siempre con referencia al Censo de 2006, un
16,2% pertenecía a las llamadas ‘minorías visibles’: surasiáticos, chinos,
afroamericanos, etc., que se concentran sobre todo en Vancouver (51%) y en
Toronto (46,9%). Para comparar, puede observarse que, según el Censo de 1961,
menos del 2% podía clasificarse como ‘minoría visible’, y menos del 1% como
aborígenes. Las minorías, según una previsión de la oficina estadística
canadiense, podrían llegar a constituir hasta un 23% para 2017.
El país tiende a envejecer: en 2006, la edad
promedio era de 39,5 años. Lo sorprendente es que, según los datos censales, el
aumento de la inmigración no frenó esa tendencia al envejecimiento.
No existe ninguna religión oficial. El 77,1%
de los canadienses se identifican como cristianos (constituyendo los católicos
el grupo mayor, 43,6% de la población). Cerca del 16% declaró no tener ninguna
afiliación religiosa; entre las religiones no cristianas, las más numerosas son
el islam (2%) y el judaísmo (1,1%).
Los dos idiomas oficiales son inglés y
francés; ambos tienen igual condición en los tribunales federales y, en
general, en todas las instituciones de carácter federal. En cuanto al uso, el
67,5% sólo habla inglés; el 13,3%, sólo francés, y el 17,7%, ambos.
Pasando del nivel federal al de las
provincias, el francés es el idioma oficial de Quebec. Nueva Brunswick es
oficialmente bilingüe (tiene una minoría francófona del 33%). Las demás no
tienen lenguas oficiales como tales.
Hay 11 grupos de lenguas aborígenes con más
de 65 dialectos distintos, pero sólo a 3 se les considera capaces de sobrevivir
a largo plazo. Varios idiomas aborígenes tienen status oficial en los
Territorios; el inuktitut es el idioma de la mayoría de los habitantes de
Nunavut, y uno de los 3 idiomas oficiales allí.
Señalemos finalmente que la cultura
canadiense ha sido influenciada por las tradiciones y costumbres de la inglesa,
francesa e indígenas; además, y mucho, por los inmigrantes procedentes de todo
el mundo, por lo que se percibe a Canadá como nación multicultural.
Sin embargo, lo que preocupa, e incluso
irrita, a sectores significativos es la omnipresencia de la cultura
estadounidense en todas sus manifestaciones, lo que lleva a considerar a
bastantes canadienses que su identidad cultural, aun compleja, se ve amenazada
por ese fenómeno de globalización.
TERRANOVA
Es una isla de 111.390 Km2 en la costa NE de
Norteamérica.
Los primeros europeos que la pisaron fueron
los vikingos, en torno al año 1000, pues, según la opinión más general, fue
esta isla la ‘Vinland’ de que hablan sus escasas fuentes.
Recibió su nombre del italiano Caboto en 1497,
siendo conocida por los anglosajones como Newfoundland.
Los ingleses tomaron posesión de ella en
1583.
Tradicionalmente su principal actividad y
riqueza fue la pesca, sobre todo en relación con los importantes caladeros de
bacalao.
Como colonia emitió sus primeros sellos en
1857.
Accedió a la categoría superior de Dominio en
1933.
Se integró, como ya sabemos, en la Federación
canadiense como una de sus provincias, en 1949.
SAN PEDRO Y MIQUELÓN Atlántico Norte.
Es un archipiélago situado a 25 Km al sur de
la costa de Terranova, compuesto por dos islas principales, la de San Pedro y
la de Miquelón, separadas por un estrecho de 6 Km, y por más de 10 pequeños
islotes. El área total es de 242 Km2; la población, 7.012 habitantes.
El clima es húmedo y ventoso, con inviernos
largos y fríos.
Estuvieron habitadas, según muestran los
hallazgos arqueológicos, ya en época prehistórica. Las descubrió en 1521 el
navegante portugués Alvares Fagundes, dándoles el nombre de ‘Islas de las Once
Mil Vírgenes’
.
Visitadas primero como base pesquera
estacional, en busca de ballenas y de bacalao, aparecen ya asentamientos
franceses permanentes a mediados del siglo XVII.
Durante este siglo y el XVIII, las islas
pasaron de franceses a ingleses y viceversa una y otra vez, según las
contingencias de las guerras, siempre con las consecuentes deportaciones.
Fueron finalmente devueltas a Francia en
1815, empezando un periodo de prosperidad para su industria pesquera y sus
habitantes. Sin embargo, la pesca comenzó un lento declive desde finales del
XIX.
Durante la prohibición del alcohol en EE.UU.,
disfrutaron de un ‘boom’ económico de 13 años, por el papel que jugaron en el
tráfico ilegal de bebidas alcohólicas, teniendo incluso el honor de ser
visitadas por Al Capone en 1927. Al ser derogada la ‘ley seca’, vino la
recesión.
Inicialmente colonias, fueron declaradas
Territorio de Ultramar en 1945, Departamento de Ultramar en 1976 y Colectividad
Territorial en 1985. En la revisión de la Constitución francesa de 2003, se creó
la categoría genérica de Colectividad de
Ultramar, que engloba entre otras a San Pedro y Miquelón. Al ser declaradas
territorio de la Unión Europea, disfrutan por ello de algunos privilegios, pero
curiosamente sólo los franceses tienen libertad de movimientos o para
establecer un negocio.
En 1972, el Tribunal Internacional de
Arbitraje resolvió una vieja disputa con Canadá sobre delimitación de la Zona
Económica Exclusiva; los franceses no quedaron satisfechos, pues se les otorgó
el 18% de lo que reclamaban. Nuevas reclamaciones hechas por Francia basándose
ahora en la Convención del Mar, elaborada por la ONU y en vigor desde 1994,
hacen esperar nuevas tensiones.
La
sobreexplotación de los bancos de bacalao ha llevado a que Canadá, que controla
la materia en toda esa zona y determina las cuotas de pesca, imponga largas
vedas pesqueras, con lo que las islas han quedado seriamente afectadas.
En consecuencia, se han hecho esfuerzos para
diversificar la economía: piscifactorías y granjas de vieiras, pesca del
cangrejo, ¡e incluso agricultura y turismo!
De 1947 a 1960 usaban los sellos franceses;
ahora han vuelto a tenerlos propios.
Como dato de interés humano, señalaremos que
fue allí, en 1888, la única vez que se utilizó la guillotina en América del
Norte. El artefacto hubo de ser transportado desde Martinica, y, para
manejarlo, dada la inexperiencia de los isleños, fue necesario recurrir a un
inmigrante recién llegado.
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