lunes, 14 de enero de 2013

TONGA, FIYI, SAMOA




  

TONGA


Capital: Nukualofa
Forma de gobierno: Monarquía constitucional
Fecha de independencia (del Reino Unido): 4 de junio de 1970
Superficie: 747 Km2 (188º)
Población: 106.146 hab (192º)   Densidad: 137 hab/Km2
PIB/cápita: 5.373 $ (112º)
Miembro de: Commonwealth

El Reino de Tonga es un país de Oceanía, integrado dentro de la Polinesia, y formado por 169 islas, de las que 36 están pobladas. Se hallan divididas en tres grupos: de S a N, Tongatapu (con la capital Nukualofa), Ha´apai y Tara´u. Bastante más al N se sitúa Niaufo´ou, de la que se hablará por separado.

Fueron habitadas y colonizadas hacia el siglo XIII a.C., en el curso de la gran expansión en que pueblos del SE de Asia emigraron a través del Océano Pacífico hacia el E., llegando también por el O, tras cruzar el Océano Índico, a Madagascar. Estos polinesios  llevaron consigo perros, cerdos, pollos, cerámica, agricultura (en especial, cultivo de raíces) y, obviamente, barcos. Se cree que el grupo de las Tonga fue uno de los primeros colonizados.

Los primeros europeos que allí llegaron fueron neerlandeses, a partir de 1616. El capitán Cook estuvo varias veces, entre 1773 y 1777, denominándolas ‘Islas de los Amigos’.

Después se supo, por uno de los primeros residentes británicos permanentes en las islas, que Cook llegó en medio de un festival religioso, en el que toda la gente estaba muy contenta, pero, durante los días de su estancia, los jefes indígenas no pararon de deliberar sobre cómo enviar a Cook al otro mundo, aunque sin llegar a un acuerdo; por eso el nombre perduró.

Las visitas españolas se inician en 1781, por un desvío de la ruta tradicional del ‘galeón de Manila’.

En 1845 las islas se unieron formando un reino, que emitió sellos.


Más  tarde, en 1900, quedaron bajo protectorado británico


Desde 1970 son un reino independiente en el ámbito de la Commonwealth.

Las islas son de dos tipos. La mayoría tienen una base caliza originada a partir de formaciones coralinas. Las demás consisten en roca caliza sobre base volcánica. El relieve varía según el origen: planas las coralinas, montañosas las volcánicas (punto más alto, 1033 m). El clima es subtropical, templado y lluvioso, y el suelo, fértil.

Tonga es la última monarquía de Oceanía. Sobre la base de una sociedad muy tradicional, los monarcas, apoyados por una reducida aristocracia, monopolizaron casi totalmente durante generaciones la vida política del país. Sin embargo, las peticiones de jóvenes tonganos, educados a la occidental, a favor de un sistema más democrático, fueron siendo cada vez más difíciles de ignorar.

Una primera y tímida tentativa de reforma se llevó a cabo a principios de 2005, cuando parlamentarios electos fueron nombrados ministros por primera vez; hasta entonces se les escogía a dedo entre personas de la familia real y de la nobleza. En el mismo año, una huelga del sector público dio lugar a importantes alteraciones y se convirtió en campaña para la reforma política. En 2006 estallaron motines en la capital y 8 personas resultaron muertas.

En noviembre de 2009, un comité de reforma constitu- cional, con la aprobación del rey, se pronunció a favor de una monarquía despojada  de la mayor parte de su poder político (aunque el monarca sigue nombrando a los miembros del Tribunal Supremo), y a favor igualmente  de un parlamento totalmente electo en lugar del que había, ampliamente hereditario. Sobre esta base se han celebrado las últimas elecciones en noviembre de 2010.


El rey Tupou V, artífice de la reforma, murió en marzo de 2012, siendo sucedido por su hermano Tupou VI.
 
Tonga carece de recursos minerales y estratégicos, apoyándose en la agricultura, la pesca y las remesas enviadas por los emigrantes, principalmente desde Nueva Zelanda. Dotada de playas tropicales, bosques húmedos y volcanes, posee una industria turística en desarrollo, su principal fuente de divisas fuertes. Pero, como aspectos negativos, el desempleo es alto, sobre todo entre los jóvenes, y la importación de combustibles pesa fuertemente sobre su economía, pese a las campañas para difundir el uso de la energía solar.

El 98% de la población son polinesios, con algunas aportaciones melanesias. El resto está compuesto por europeos, mestizos o inmigrantes de otros archipiélagos; también viven algunos centenares de chinos. La población urbana es sólo del 23%.

La vida en los poblados y los vínculos familiares siguen siendo muy importantes, con las costumbres cotidianas fuertemente influenciadas tanto por las tradiciones polinesias como por el cristianismo. Las dos religiones principales son la metodista y la católica.

Las lenguas oficiales son el tongano y el inglés, con una tasa de alfabetización del 98,9% La esperanza de vida es de 75,38 años, y la tasa de fertilidad, de 3,55 hijos/mujer. El índice de crecimiento es bajo: 0,192%.

Tonga tiene una estructura razonablemente sólida y buenos servicios sociales. El gobierno pone el acento en el desarrollo del sector privado y aumenta los presupuestos en sanidad y educación.

Desde el punto de vista de las peculiaridades filatélicas cabe destacar que Tonga fue en 1963 la primera  nación en emitir sellos autoadhesivos. Después se ha lanzado a la emisión de ejemplares que, además de autoadherirse, adoptan las más variadas formas: corazones, mapas, etc., innovación que no ha sido unánimemente bien acogida por los aficionados a la filatelia.


Niuafo'ou  (Tin Can Island)

Es la isla más septentrional y remota del reino de Tonga, a 640 Km de la capital del país. De hecho, está más cerca de Samoa y Fiyi.

Se trata de una caldera volcánica emergida, con el borde por encima de los 120 m y una altura máxima de 250 m. Forma un anillo de 8 Km de diámetro que encierra dos lagos; el mayor es el cráter del volcán, y su fondo está a 60ºC. Según el censo de 1996, su población es de 735 habitantes.  

Es conocida como ‘Tin Can Island’, denominación que a  veces figura también en sus sellos, y que se podría traducir por ‘Isla del bote de hojalata’, por lo que en seguida se verá. (No confundir con la Tin Can Island de Nigeria, que no tiene nada que ver).

La historia comienza en 1882, cuando William Travers, único hombre blanco y administrador de una plantación, se siente aislado (nunca mejor dicho) en la pequeña isla, que no tiene ni puerto alguno ni siquiera la posibilidad de anclar un bote por los escarpados acantilados rodeados de aguas profundas. Ve pasar, a 2 millas de distancia, los buques de la línea regular Fiji-Samoa. 


Harto de la situación, pide a las autoridades postales de Tonga que le envíen el correo dentro de una caja metálica de las usadas para galletas, quedando de acuerdo con el capitán de uno de los barcos para que tocara la sirena al pasar. Entonces enviaría un nadador a recoger la lata arrojada al mar y, en su caso, dejar otra. Así se hizo, y el correo enlatado se hizo regular algunos años después cuando Arthur Tindall se estableció en la isla como comerciante.

Los isleños estaban habituados a nadar en las aguas infestadas de tiburones, ayudándose para la flotación con un palo de una planta especial colocado bajo la axila. Podían nadar así durante horas, y de hecho las fuertes corrientes obligaban a veces a emplear hasta 6 horas para recoger una lata arrojada sólo a una milla de la costa.

Para días de tempestad, se probó a enviar las cartas atadas a un cohete, que no siempre acertaba y más de una vez caía en el lago, lo cual era un acontecimiento para los isleños, que dejaban el trabajo y competían para alcanzar el paquete, lo que suponía la correspondiente recompensa.

Un tal Charles Ramsay, que se estableció como plantador en 1921, fue el único blanco que salía él mismo a nado para la captura; lo hizo hasta 112 veces.

Si el barco pasaba de noche y hacía sonar la sirena, los nadadores salían en grupo, con uno de ellos portando una lámpara. En la isla se encendían hogueras para orientarlos a la vuelta.

Sólo uno de los ‘carteros’ fue atacado por un tiburón y falleció en tierra a consecuencia de las heridas. Antes de morir confesó que en una ocasión había robado agua de lluvia de uno de los aljibes de cemento en que cuidadosamente se conservaba. El jefe indígena declaró solemnemente que su muerte había sido un castigo de los dioses por acto tan antisocial. No volvió a haber ni incidentes con los tiburones ni robos de agua.

Se pasó a una nueva fase cuando en 1928 llegó a la isla George Quensell. Éste apreció el interés filatélico del asunto y el éxito que podía tener su difusión. Encargó a Nueva Zelanda estampillas de caucho con la leyenda ‘Tin Can Mail’, marcando con ellas el correo saliente. Más tarde se utilizaría una variedad de estampillas en diferentes lenguas conforme la fama del sistema se iba extendiendo.

Y el sistema se convirtió en una atracción para los pasajeros, y los barcos de crucero empezaron a aparecer por la isla. Mucha gente escribía desde diversas partes del mundo remitiendo un sobre dirigido a sí mismos con el franqueo correspondiente, para que fueran expedidos a la isla y reenviados con la apreciada marca de la estampilla.

Todo esto puede parecer una broma, pero, durante cien años, fue el único medio de que los isleños enviaran y recibieran correo; más aún, desde un cierto momento, fue también utilizado para la correspondencia oficial.

En 1946 una gran erupción sepultó con lava media isla. Milagrosamente no hubo muertos, pero en veinte minutos todos los adminículos del correo y la estación de radio recién instalada habían desaparecido. Pasaron tres días antes de que un avión acertara a pasar por allí y diera cuenta del suceso. El Gobierno no quiso correr riesgos y evacuó a toda la población; pasaron 12 años antes de que se permitiera su retorno.

Quensell ya había muerto; en una carta dijo a un amigo que, durante los 27 años de su estancia en la isla, había enviado más de millón y medio de cartas a 146 países. En 1962, un hijo de Quensell reanudó el sistema con gran éxito, dirigiéndolo desde Auckland.

La historia terminó cuando, con tristeza para muchos, se construyó en 1983 un pequeño aeropuerto en la isla.


FIYI


Capital: Suva
Forma de gobierno: República controlada por Junta Militar
Fecha de independencia (del Reino Unido): 10 de octubre de 1970
Superficie: 18.274 Km2 (156º)
Población: 837.271 hab (160º)   Densidad: 45 hab/Km2
PIB/cápita: 4.185 $ (127º)
Miembro de: ¿Commonwealth?

Situado en la zona fronteriza entre Melanesia y Polinesia, el archipiélago de las Fiyi o Viti comprende cerca de 320 islas (de ellas 105 habitadas). Dos tercios de los habitantes viven en Viti Levu (la isla mayor, donde se ubica la capital, Siva) y en las adyacentes. En las islas menores, se asientan en aldeas situadas en la costa y a lo largo de los ríos.

Son predominantemente volcánicas; gran parte de ellas están aisladas por arrecifes coralinos que dificultan la navegación. Las islas mayores tienen carácter montañoso, con relieves que superan los 1000 m; en las costas se han formado llanuras aluviales en la desembocadura de los ríos.


El clima se caracteriza por temperaturas elevadas, mitigadas por los alisios y brisas marinas. Las vertientes orientadas hacia el E y SE son mucho más húmedas (3000 mm) y se hallan cubiertas por espesa vegetación, degradada en ocasiones; las vertientes expuestas al N y NO son mucho menos lluviosas y acogen formaciones vegetales abiertas.

La población del archipiélago, cifrada en unas 200.000 personas al comenzar la colonización europea, estaba constituida en su mayoría por melanesios llegados hacia el 1000 a.C. Había alcanzado un alto grado de desarrollo cultural.

El primer explorador fue en 1643 el neerlandés Tasman. Siguieron en el XVIII las expediciones de James Cook (1774) y William Bligh (1787).

El interés de las potencias europeas y de EE.UU. se centró en el comercio de la madera de sándalo; después se crearon plantaciones de caña de azúcar y algodón, que suscitaron el grave problema de la mano de obra.

De 1874 a 1905 una serie de epidemias (preponderando el sarampión) determinó una disminución alarmante de la población indígena, que en 1919 estaba reducida a 83.000 personas.  

Las Fiyi se convirtieron en 1874 en colonia de la Corona Británica.

Los británicos promovieron el asentamiento de indostaníes entre 1879 y 1916, creándose así el problema de una población partida en dos mitades muy diferentes: indostaníes más activos económicamente y fiyianos propietarios de las tierras.
Ambos grupos fueron igual de numerosos hasta mediados de la década de 2000; en esa época, la situación política llevó a miles de indo-fiyianos a emigrar, y los nativos originarios constituyen ahora una clara mayoría, como se verá después. 

El problema sigue sin resolverse en nuestros días: las relaciones entre los dos sectores son escasas y poco cordiales, pudiéndose hablar incluso de una segregación informal en todos los niveles.

En 1965, movimientos indígenas presentaron ante la ONU una solicitud de independencia para el archipiélago, el cual se convirtió en 1970 en un estado independiente con carácter de Dominio, esto es, reconociendo a la soberana británica como Jefe del Estado.


En 1979 un golpe de estado proclamó la república y sustituyó a la reina por un Presidente, aunque manteniendo el país dentro de la Commonwealth.

Desde 1987, las tensiones raciales y políticas han constituido una continua fuente de inestabilidad y de aislamiento internacional. Resumiendo una complicada historia, nos quedaremos únicamente con las últimas fases.

En diciembre de 2006, tuvo lugar la toma del poder por el Ejército (4º golpe en 20 años) dirigido por el comodoro Bainimarama, que se convirtió en presidente ‘de facto’ y hombre fuerte del país.

En septiembre de 2009, Fiyi fue suspendido, por segunda vez, como miembro de la Commonwealth. Se ignora si esta suspensión llegará a convertirse en exclusión definitiva.

En 2012 el gobierno acordó celebrar elecciones libres en 2014. Se elaboró un borrador de Constitución para su consideración por una Asamblea Constituyente designada por el gobierno. El presidente de tal Asamblea solicitó que el Ejército se mantuviera al margen de la política después de 2014, pero los militares sostienen no tener ninguna intención de restringir su papel y afirman intervendrán si se produce una situación que el ejército considere perjudicial para los intereses nacionales.

Señalaremos incidentalmente que Fiyi cuenta con unas fuerzas armadas notablemente capaces y numerosas para el tamaño del país, uno de los que más han colaborado con la ONU en el envío de tropas para misiones de paz.

Fiyi, dotado de recursos pesqueros, forestales y minerales, es una de las economías isleñas más desarrolladas de Oceanía,  pero todavía cuenta con un amplio sector de economía de subsistencia. Las principales fuentes de ingresos exteriores son el azúcar, las remesas de trabajadores en el extranjero y la industria turística (400.000 a 500.000 turistas anuales, procedentes sobre todo de EE.UU. y Australia).

La producción de azúcar supone 1/3 de la actividad industrial, pero su eficiencia es baja. La industria turística resultó muy dañada por el golpe militar de 2006, y está todavía recobrándose. El golpe en cuestión creó asimismo un clima difícil para los negocios; la UE ha suspendido toda ayuda hasta que se celebren las elecciones y cese el gobierno interino.

Problemas a plazo más largo son el bajo nivel de inversión, la incertidumbre sobre los derechos de propiedad de la tierra y la incapacidad gubernamental para administrar adecuadamente el presupuesto.

La población está actualmente compuesta por un 57,3% de fiyianos originarios (predominantemente  melanesios con mezcla polinesia) y un 37,6% de indostaníes. Tiene carácter urbano el 52%. Son lenguas oficiales el fiyiano y el inglés, pero, naturalmente, es también muy utilizado el indostaní.


Un 55,4% son protestantes (con iglesias muy variadas); un 27,9%, hindúes; un 9,1%, católicos; un 6,3%, musulmanes.

El índice de crecimiento es bajo: 0,766%. La tasa de fertilidad, 2,58 hijos/mujer. La esperanza de vida es 71,59 años, y la tasa de alfabetización, 93,7%.

Como dato curioso se puede señalar que es uno de los países del mundo con mayor proporción de obesos: 23,9%.

Para terminar, y como dato cultural, hay que citar la importancia de Fiyi, bien conocida en la zona, en el campo musical, tanto en lo referente a melodías de carácter tradicional, como a riqueza de instrumentos, masas corales y coreografía.


SAMOA

Capital: Apia
Forma de gobierno: República parlamentaria
Fecha de independencia (de Nueva Zelanda): 1 de enero de 1962
Superficie: 2.944 Km2 (165º)
Población: 177.714 hab (173º)   Densidad: 60 hab/Km2
PIB/cápita: 5.733 $ (109º)
Miembro de: Commonwealth.

(Esta entrada se refiere al hoy estado independiente de Samoa, antaño llamado Samoa Occidental, y no a la parte del archipiélago conocida como ‘Samoa americana’, territorio de carácter aún no bien definido y sujeto a la supervisión del Comité de Descolonización de la ONU; a éste se alude en la entrada ya publicada ‘Estados Unidos en el Pacífico’). 

El estado de Samoa comprende un grupo de islas situadas en el Pacífico Sur. Se supone fueron pobladas hace aproximadamente 3.500 años. El contacto con los europeos comenzó a principios del siglo XVIII, pero no se intensificó hasta la llegada de comerciantes y misioneros británicos a partir de 1830.

A lo largo del siglo XIX, el Reino Unido, Alemania y EE.UU. reclamaron zonas del reino indígena y establecieron puestos de comercio. A la muerte del rey en 1898, los cónsules estadounidense y británico se inmiscuyeron en la sucesión y fomentaron una guerra civil que dejó agotado al país. Incluso el buque norteamericano Philadelphia llegó a bombardear Apia en 1899.

En esta primera etapa anterior a 1900, un primer servicio postal fue organizado por un periódico local, y funcionó entre 1877 y 1881. Estos sellos, muy raros, han sido objeto de diversas falsificaciones. En 1884 se estableció otra oficina postal, cuyos sellos eran también admitidos sin sobrecarga por las autoridades australiana y neozelandesa. El que se acompaña es de 1899, es decir, ya del periodo último de las guerras civiles.

En 1900 una Convención Tripartita de las tres potencias interesadas acordó dividir las islas. Las occidentales pasaron a ser una colonia alemana. Los americanos se quedaron con las orientales, que hoy forman la llamada Samoa americana. El Reino Unido renunció a sus aspiraciones a cambio de compensaciones territoriales en las Salomón a cargo de Alemania.

La colonización de la Samoa alemana resultó ser modélica, tanto en lo económico como en las relaciones humanas con los nativos. Gran parte del mérito hay que atribuirlo al gobernador Wilhelm Solf, que creó nuevas compañías que a su vez produjeron nuevos ingresos fiscales, que permitieron realizar más y más obras públicas. En 1908 la Samoa alemana era ya autosuficiente.

Fue organizado un sistema de escuelas públicas, se levantó un hospital y mujeres samoanas fueron formadas como enfermeras. De todas las posesiones europeas en el Pacífico, la Samoa alemana era la que poseía más carreteras, y esta situación comparativa perduró hasta 1942.

En el marco de la Primera Guerra Mundial y por encargo del Reino Unido, la colonia fue invadida sin oposición por tropas neozelandesas el 29 de agosto de 1914.  

A los sellos del momento se les suele llamar de ocupación británica por su sobrecarga G.R.I. (Georgius Rex Imperator).

Las tropas neozelandesas continuaron ocupando las islas hasta 1920.


Tras el Tratado de Versalles esa ocupación de hecho se convirtió en un Mandato de la Sociedad de Naciones (y desde 1945 en un fideicomiso de la ONU) a favor de Nueva Zelanda.

En 2002, ya mucho después de la independencia, la primera ministra neozelandesa pidió formalmente disculpas por dos incidentes ocurridos durante esa etapa: un fracaso al no poner en cuarentena un buque que transmitió la gripe en 1918, ocasionando una verdadera devastación, y el tiroteo de 1926 a líderes de un movimiento pacifista durante una procesión ceremonial.

El 1 de enero de 1962, Samoa Occidental (‘Samoa i Sisifo’) se convirtió en el primero de los archipiélagos independientes de la Polinesia. En julio de 1997 pasó a llamarse Samoa, a secas, no sin protestas de los samoano-americanos que consideraron disminuida su propia identidad.

En 2011 el país cambió su calendario colocándose al Oeste de la Línea de Cambio de Fecha. El motivo fue facilitar los negocios con China, Australia y Nueva Zelanda. Anteriormente, Samoa se encontraba 21 horas por detrás de Sidney, pero el cambio supuso quedar 3 horas por delante, de forma que, cuando bancos y bolsa de Sidney abren, los samoanos están ya dispuestos por llevar 3 horas abiertos.

El antiguo reino ha pasado a ser hoy una república. En efecto, los grandes jefes samoanos  tenían desde la independencia el rango de Jefes de Estado. Al morir Malietoa Tanumafili II en 2007, a la edad de 97 años, la legislatura reconoció a su sucesor Tuiatua Tupua Tamasese Efi el mismo título de O le Ao o le Malo, pero sólo por 5 años. Y así se ha consumado la transición.

El Parlamento se denomina Fono y lo forman 49 diputados elegidos por sufragio universal por 5 años. El derecho a ser candidato y elegido, por lo que se refiere a 47 de los 49, está vinculado a su condición de jefes de clan. Los otros 2 deben ser no samoanos. El poder ejecutivo lo constituye un Primer Ministro elegido por el Fono.

Las islas son de origen volcánico. El 96% del territorio lo componen las dos mayores de Upolu y Savai´i, y el resto se distribuye entre ocho pequeños islotes. En Upolu habitan casi los ¾ de la población, y allí se halla la capital, Apia. La cumbre más alta tiene 1.858 m. El clima es de carácter tropical, con una temperatura media anual de 26,5ºC.

La economía de Samoa ha dependido tradicionalmente  de las ayudas extranjeras al desarrollo, de las remesas de emigrantes y de la agricultura y pesca. Un aspecto negativo es que el país resulta muy vulnerable a siniestros geológicos o meteorológicos que pueden ser devastadores, como el terremoto y subsiguiente tsunami  de 2009.

La agricultura emplea a 2/3 de la fuerza laboral y proporciona el 90% de las exportaciones, particularmente productos derivados del coco.

El sector industrial se ocupa principalmente de la transformación de productos agrícolas. Actualmente existe también una fábrica que emplea a 3.000 personas para elaborar accesorios  eléctricos del automóvil con destino a una planta de montaje en Australia.

El turismo es un sector en expansión que supone el 25% del PIB. Unos 122.000 turistas visitaron las islas en 2007.

El Gobierno trata de relajar la regulación del sector financiero, de fomentar las inversiones y de mejorar la disciplina fiscal, cuidando además de la protección del medio ambiente.

Las reservas de divisas se hallan en un estado de relativa buena salud, la deuda exterior es estable y la inflación, baja.

La población urbana es sólo de un 20%. En el ámbito rural, continúa siendo fuerte la organización tribal. Los samoanos de origen forman el 92,6% de la población; los mestizos, el 7%, y los de origen europeo, el 0,4%.

Son lenguas oficiales el samoano y el inglés. Por religiones, hay un 59,9 de protestantes de iglesias muy variadas, un 19,6 de católicos y un 12,7% de mormones.

El índice de crecimiento es de 0,596%; la tasa de fertilidad, 3,13 niños/mujer, y la esperanza de vida, 72,66 años.

Los gobiernos samoanos han hecho un notable esfuerzo en el terreno de la educación, dedicando a ella el 5,7% del PIB. Como resultado, la tasa de alfabetización es del 99,7%.