TONGA
Capital: Nukualofa
Forma de gobierno: Monarquía constitucional
Fecha de independencia (del Reino Unido): 4
de junio de 1970
Superficie: 747 Km2 (188º)
Población: 106.146 hab (192º) Densidad: 137 hab/Km2
PIB/cápita: 5.373 $ (112º)
Miembro de: Commonwealth
El Reino de Tonga es un país de Oceanía,
integrado dentro de la Polinesia, y formado por 169 islas, de las que 36 están pobladas.
Se hallan divididas en tres grupos: de S a N, Tongatapu (con la capital
Nukualofa), Ha´apai y Tara´u. Bastante más al N se sitúa Niaufo´ou, de la que
se hablará por separado.
Fueron habitadas y colonizadas hacia el siglo
XIII a.C., en el curso de la gran expansión en que pueblos del SE de Asia
emigraron a través del Océano Pacífico hacia el E., llegando también por el O,
tras cruzar el Océano Índico, a Madagascar. Estos polinesios llevaron consigo perros, cerdos, pollos,
cerámica, agricultura (en especial, cultivo de raíces) y, obviamente, barcos.
Se cree que el grupo de las Tonga fue uno de los primeros colonizados.
Los primeros europeos que allí llegaron
fueron neerlandeses, a partir de 1616. El capitán Cook estuvo varias veces,
entre 1773 y 1777, denominándolas ‘Islas de los Amigos’.
Después se supo, por uno de los primeros residentes británicos permanentes en las islas, que Cook llegó en medio de un festival religioso, en el que toda la gente estaba muy contenta, pero, durante los días de su estancia, los jefes indígenas no pararon de deliberar sobre cómo enviar a Cook al otro mundo, aunque sin llegar a un acuerdo; por eso el nombre perduró.
Las visitas españolas
se inician en 1781, por un desvío de la ruta tradicional del ‘galeón de
Manila’.
En 1845 las islas se unieron formando un
reino, que emitió sellos.
Más
tarde, en 1900, quedaron bajo protectorado británico.
Desde 1970 son un
reino independiente en el ámbito de la Commonwealth.
Las islas son de dos tipos. La
mayoría tienen una base caliza originada a partir de formaciones coralinas. Las
demás consisten en roca caliza sobre base volcánica. El relieve varía según el
origen: planas las coralinas, montañosas las volcánicas (punto más alto, 1033
m). El clima es subtropical, templado y lluvioso, y el suelo, fértil.
Tonga es la última monarquía de Oceanía.
Sobre la base de una sociedad muy tradicional, los monarcas, apoyados por una
reducida aristocracia, monopolizaron casi totalmente durante generaciones la
vida política del país. Sin embargo, las peticiones de jóvenes tonganos,
educados a la occidental, a favor de un sistema más democrático, fueron siendo
cada vez más difíciles de ignorar.
Una primera y tímida tentativa de reforma se
llevó a cabo a principios de 2005, cuando parlamentarios electos fueron
nombrados ministros por primera vez; hasta entonces se les escogía a dedo entre
personas de la familia real y de la nobleza. En el mismo año, una huelga del
sector público dio lugar a importantes alteraciones y se convirtió en campaña
para la reforma política. En 2006 estallaron motines en la capital y 8 personas resultaron muertas.
En noviembre de 2009, un comité de reforma constitu- cional, con la
aprobación del rey, se pronunció a favor de una monarquía despojada de la mayor parte de su poder político
(aunque el monarca sigue nombrando a los miembros del Tribunal Supremo), y a
favor igualmente de un parlamento
totalmente electo en lugar del que había, ampliamente hereditario. Sobre esta
base se han celebrado las últimas elecciones en noviembre de 2010.
El rey Tupou V, artífice de la reforma, murió
en marzo de 2012, siendo sucedido por su hermano Tupou VI.
Tonga carece de recursos minerales y estratégicos,
apoyándose en la agricultura, la pesca y las remesas enviadas por los
emigrantes, principalmente desde Nueva Zelanda. Dotada de playas tropicales,
bosques húmedos y volcanes, posee una industria turística en desarrollo, su
principal fuente de divisas fuertes. Pero, como aspectos negativos, el
desempleo es alto, sobre todo entre los jóvenes, y la importación de
combustibles pesa fuertemente sobre su economía, pese a las campañas para
difundir el uso de la energía solar.
El 98% de la población son polinesios, con
algunas aportaciones melanesias. El resto está compuesto por europeos, mestizos
o inmigrantes de otros archipiélagos; también viven algunos centenares de
chinos. La población urbana es sólo del 23%.
La vida en los poblados y los vínculos familiares
siguen siendo muy importantes, con las costumbres cotidianas fuertemente
influenciadas tanto por las tradiciones polinesias como por el cristianismo.
Las dos religiones principales son la metodista y la católica.
Las lenguas oficiales son el tongano y el
inglés, con una tasa de alfabetización del 98,9% La esperanza de vida es de
75,38 años, y la tasa de fertilidad, de 3,55 hijos/mujer. El índice de
crecimiento es bajo: 0,192%.
Tonga tiene una estructura razonablemente
sólida y buenos servicios sociales. El gobierno pone el acento en el desarrollo
del sector privado y aumenta los presupuestos en sanidad y educación.
Desde el punto de vista de las peculiaridades
filatélicas cabe destacar que Tonga fue en 1963 la primera nación en emitir sellos autoadhesivos.
Después se ha lanzado a la emisión de ejemplares que, además de autoadherirse,
adoptan las más variadas formas: corazones, mapas, etc., innovación que no ha
sido unánimemente bien acogida por los aficionados a la filatelia.
Niuafo'ou (Tin Can Island)
Se trata de una caldera volcánica emergida,
con el borde por encima de los 120 m y una altura máxima de 250 m. Forma un
anillo de 8 Km de diámetro que encierra dos lagos; el mayor es el cráter del
volcán, y su fondo está a 60ºC. Según el censo de 1996, su población es de 735
habitantes.
Es conocida como ‘Tin Can Island’,
denominación que a veces figura también en sus sellos, y que se podría traducir
por ‘Isla del bote de hojalata’, por lo que en seguida se verá. (No confundir
con la Tin Can Island de Nigeria, que no tiene nada que ver).
La historia comienza en 1882, cuando William Travers, único hombre
blanco y administrador de una plantación, se siente aislado (nunca mejor dicho)
en la pequeña isla, que no tiene ni puerto alguno ni siquiera la posibilidad de
anclar un bote por los escarpados acantilados rodeados de aguas profundas. Ve
pasar, a 2 millas de distancia, los buques de la línea regular Fiji-Samoa.
Harto de la situación, pide a las autoridades
postales de Tonga que le envíen el correo dentro de una caja metálica de las
usadas para galletas, quedando de acuerdo con el capitán de uno de los barcos
para que tocara la sirena al pasar. Entonces enviaría un nadador a recoger la
lata arrojada al mar y, en su caso, dejar otra. Así se hizo, y el correo
enlatado se hizo regular algunos años después cuando Arthur Tindall se
estableció en la isla como comerciante.
Un tal Charles Ramsay, que se estableció como
plantador en 1921, fue el único blanco que salía él mismo a nado para la
captura; lo hizo hasta 112 veces.
Si el barco pasaba de noche y hacía sonar la
sirena, los nadadores salían en grupo, con uno de ellos portando una lámpara.
En la isla se encendían hogueras para orientarlos a la vuelta.
Sólo uno de los ‘carteros’ fue atacado por un
tiburón y falleció en tierra a consecuencia de las heridas. Antes de morir
confesó que en una ocasión había robado agua de lluvia de uno de los aljibes de
cemento en que cuidadosamente se conservaba. El jefe indígena declaró
solemnemente que su muerte había sido un castigo de los dioses por acto tan
antisocial. No volvió a haber ni incidentes con los tiburones ni robos de agua.
Se pasó a una nueva fase cuando en 1928 llegó
a la isla George Quensell. Éste apreció el interés filatélico del asunto y el
éxito que podía tener su difusión. Encargó a Nueva Zelanda estampillas de
caucho con la leyenda ‘Tin Can Mail’, marcando con ellas el correo saliente.
Más tarde se utilizaría una variedad de estampillas en diferentes lenguas
conforme la fama del sistema se iba extendiendo.
Y el sistema se convirtió en una atracción
para los pasajeros, y los barcos de crucero empezaron a aparecer por la isla.
Mucha gente escribía desde diversas partes del mundo remitiendo un sobre
dirigido a sí mismos con el franqueo correspondiente, para que fueran expedidos
a la isla y reenviados con la apreciada marca de la estampilla.
Todo esto puede parecer una broma, pero,
durante cien años, fue el único medio de que los isleños enviaran y recibieran
correo; más aún, desde un cierto momento, fue también utilizado para la
correspondencia oficial.
En 1946 una gran erupción sepultó con lava
media isla. Milagrosamente no hubo muertos, pero en veinte minutos todos los
adminículos del correo y la estación de radio recién instalada habían
desaparecido. Pasaron tres días antes de que un avión acertara a pasar por allí
y diera cuenta del suceso. El Gobierno no quiso correr riesgos y evacuó a toda
la población; pasaron 12 años antes de que se permitiera su retorno.
Quensell ya había muerto; en una carta dijo a
un amigo que, durante los 27 años de su estancia en la isla, había enviado más
de millón y medio de cartas a 146 países. En 1962, un hijo de Quensell reanudó
el sistema con gran éxito, dirigiéndolo desde Auckland.
La historia terminó cuando, con tristeza para
muchos, se construyó en 1983 un pequeño aeropuerto en la isla.
FIYI
Capital: Suva
Forma de gobierno: República controlada por
Junta Militar
Fecha de independencia (del Reino Unido): 10
de octubre de 1970
Superficie: 18.274 Km2 (156º)
Población: 837.271 hab (160º) Densidad: 45 hab/Km2
PIB/cápita: 4.185 $ (127º)
Miembro de: ¿Commonwealth?
Situado en la zona fronteriza entre Melanesia
y Polinesia, el archipiélago de las Fiyi o Viti comprende cerca de 320 islas
(de ellas 105 habitadas). Dos tercios de los habitantes viven en Viti Levu (la
isla mayor, donde se ubica la capital, Siva) y en las adyacentes. En las islas
menores, se asientan en aldeas situadas en la costa y a lo largo de los ríos.
Son predominantemente volcánicas; gran parte
de ellas están aisladas por arrecifes coralinos que dificultan la navegación.
Las islas mayores tienen carácter montañoso, con relieves que superan los 1000
m; en las costas se han formado llanuras aluviales en la desembocadura de los
ríos.
El clima se caracteriza por temperaturas
elevadas, mitigadas por los alisios y brisas marinas. Las vertientes orientadas
hacia el E y SE son mucho más húmedas (3000 mm) y se hallan cubiertas por
espesa vegetación, degradada en ocasiones; las vertientes expuestas al N y NO
son mucho menos lluviosas y acogen formaciones vegetales abiertas.
La población del archipiélago, cifrada en unas
200.000 personas al comenzar la colonización europea, estaba constituida en su
mayoría por melanesios llegados hacia el 1000 a.C. Había alcanzado un alto
grado de desarrollo cultural.
El primer explorador fue en 1643 el
neerlandés Tasman. Siguieron en el XVIII las expediciones de James Cook (1774)
y William Bligh (1787).
El interés de las potencias europeas y de
EE.UU. se centró en el comercio de la madera de sándalo; después se crearon
plantaciones de caña de azúcar y algodón, que suscitaron el grave problema de la
mano de obra.
De 1874 a 1905 una serie de epidemias
(preponderando el sarampión) determinó una disminución alarmante de la
población indígena, que en 1919 estaba reducida a 83.000 personas.
Las Fiyi se convirtieron en 1874 en colonia
de la Corona Británica.
Los británicos promovieron el asentamiento de
indostaníes entre 1879 y 1916, creándose así el problema de una población
partida en dos mitades muy diferentes: indostaníes más activos económicamente y
fiyianos propietarios de las tierras.
Ambos grupos fueron igual de numerosos
hasta mediados de la década de 2000; en esa época, la situación política llevó
a miles de indo-fiyianos a emigrar, y los nativos originarios constituyen ahora
una clara mayoría, como se verá después.
El problema sigue sin resolverse en
nuestros días: las relaciones entre los dos sectores son escasas y poco
cordiales, pudiéndose hablar incluso de una segregación informal en todos los
niveles.
En 1965, movimientos indígenas presentaron ante la ONU
una solicitud de independencia para el archipiélago, el cual se convirtió en
1970 en un estado independiente con carácter de Dominio, esto es, reconociendo
a la soberana británica como Jefe del Estado.
En 1979 un golpe de estado proclamó la
república y sustituyó a la reina por un Presidente, aunque manteniendo el país
dentro de la Commonwealth.
Desde 1987, las tensiones raciales y
políticas han constituido una continua fuente de inestabilidad y de aislamiento
internacional. Resumiendo una complicada historia, nos quedaremos únicamente
con las últimas fases.
En diciembre de 2006, tuvo lugar la toma del
poder por el Ejército (4º golpe en 20 años) dirigido por el comodoro
Bainimarama, que se convirtió en presidente ‘de facto’ y hombre fuerte del
país.
En septiembre de 2009, Fiyi fue suspendido,
por segunda vez, como miembro de la Commonwealth. Se ignora si esta suspensión
llegará a convertirse en exclusión definitiva.
En 2012 el gobierno acordó celebrar
elecciones libres en 2014. Se elaboró un borrador de Constitución para su consideración
por una Asamblea Constituyente designada por el gobierno. El presidente de tal
Asamblea solicitó que el Ejército se mantuviera al margen de la política
después de 2014, pero los militares sostienen no tener ninguna intención de
restringir su papel y afirman intervendrán si se produce una situación que el
ejército considere perjudicial para los intereses nacionales.
Señalaremos incidentalmente que Fiyi cuenta
con unas fuerzas armadas notablemente capaces y numerosas para el tamaño del
país, uno de los que más han colaborado con la ONU en el envío de tropas para
misiones de paz.
Fiyi, dotado de recursos pesqueros,
forestales y minerales, es una de las economías isleñas más desarrolladas de
Oceanía, pero todavía cuenta con un
amplio sector de economía de subsistencia. Las principales fuentes de ingresos
exteriores son el azúcar, las remesas de trabajadores en el extranjero y la
industria turística (400.000 a 500.000 turistas anuales, procedentes sobre todo
de EE.UU. y Australia).
La producción de azúcar supone 1/3 de la
actividad industrial, pero su eficiencia es baja. La industria turística
resultó muy dañada por el golpe militar de 2006, y está todavía recobrándose.
El golpe en cuestión creó asimismo un clima difícil para los negocios; la UE ha
suspendido toda ayuda hasta que se celebren las elecciones y cese el gobierno
interino.
Problemas a plazo más largo son el bajo nivel
de inversión, la incertidumbre sobre los derechos de propiedad de la tierra y
la incapacidad gubernamental para administrar adecuadamente el presupuesto.
La población está actualmente compuesta por
un 57,3% de fiyianos originarios (predominantemente melanesios con mezcla polinesia) y un 37,6%
de indostaníes. Tiene carácter urbano el 52%. Son lenguas oficiales el fiyiano
y el inglés, pero, naturalmente, es también muy utilizado el indostaní.
Un 55,4% son protestantes (con iglesias
muy variadas); un 27,9%, hindúes; un 9,1%, católicos; un 6,3%, musulmanes.
El índice de crecimiento es bajo: 0,766%. La
tasa de fertilidad, 2,58 hijos/mujer. La esperanza de vida es 71,59 años, y la
tasa de alfabetización, 93,7%.
Como dato curioso se puede señalar que es uno
de los países del mundo con mayor proporción de obesos: 23,9%.
Para terminar, y como dato cultural, hay que
citar la importancia de Fiyi, bien conocida en la zona, en el campo musical,
tanto en lo referente a melodías de carácter tradicional, como a riqueza de
instrumentos, masas corales y coreografía.
SAMOA
Capital: Apia
Forma de gobierno: República parlamentaria
Fecha de independencia (de Nueva Zelanda): 1
de enero de 1962
Superficie: 2.944 Km2 (165º)
Población: 177.714 hab (173º) Densidad: 60 hab/Km2
PIB/cápita: 5.733 $ (109º)
Miembro de: Commonwealth.
El estado de Samoa comprende un grupo de
islas situadas en el Pacífico Sur. Se supone fueron pobladas hace
aproximadamente 3.500 años. El contacto con los europeos comenzó a principios
del siglo XVIII, pero no se intensificó hasta la llegada de comerciantes y
misioneros británicos a partir de 1830.
A lo largo del siglo XIX, el Reino Unido,
Alemania y EE.UU. reclamaron zonas del reino indígena y establecieron puestos
de comercio. A la muerte del rey en 1898, los cónsules estadounidense y
británico se inmiscuyeron en la sucesión y fomentaron una guerra civil que dejó
agotado al país. Incluso el buque norteamericano Philadelphia llegó a
bombardear Apia en 1899.
En esta primera etapa anterior a 1900, un
primer servicio postal fue organizado por un periódico local, y funcionó entre
1877 y 1881. Estos sellos, muy raros, han sido objeto de diversas
falsificaciones. En 1884 se estableció otra oficina postal, cuyos sellos eran
también admitidos sin sobrecarga por las autoridades australiana y
neozelandesa. El que se acompaña es de 1899, es decir, ya del periodo último de
las guerras civiles.
En 1900 una Convención Tripartita de las tres
potencias interesadas acordó dividir las islas. Las occidentales pasaron a ser
una colonia alemana. Los americanos se quedaron con las orientales, que hoy
forman la llamada Samoa americana. El Reino Unido renunció a sus aspiraciones a
cambio de compensaciones territoriales en las Salomón a cargo de Alemania.
La colonización de la Samoa alemana resultó
ser modélica, tanto en lo económico como en las relaciones humanas con los
nativos. Gran parte del mérito hay que atribuirlo al gobernador Wilhelm Solf,
que creó nuevas compañías que a su vez produjeron nuevos ingresos fiscales, que
permitieron realizar más y más obras públicas. En 1908 la Samoa alemana era ya
autosuficiente.
Fue organizado un sistema de escuelas
públicas, se levantó un hospital y mujeres samoanas fueron formadas como
enfermeras. De todas las posesiones europeas en el Pacífico, la Samoa alemana
era la que poseía más carreteras, y esta situación comparativa perduró hasta
1942.
En el marco de la Primera Guerra Mundial y
por encargo del Reino Unido, la colonia fue invadida sin oposición por tropas
neozelandesas el 29 de agosto de 1914.
A los sellos del momento se les suele
llamar de ocupación británica por su sobrecarga G.R.I. (Georgius Rex
Imperator).
Las tropas neozelandesas continuaron ocupando
las islas hasta 1920.
Tras el Tratado de Versalles esa ocupación de
hecho se convirtió en un Mandato de la Sociedad de Naciones (y desde 1945 en un
fideicomiso de la ONU) a favor de Nueva Zelanda.
En 2002, ya mucho después de la
independencia, la primera ministra neozelandesa pidió formalmente disculpas por
dos incidentes ocurridos durante esa etapa: un fracaso al no poner en cuarentena
un buque que transmitió la gripe en 1918, ocasionando una verdadera
devastación, y el tiroteo de 1926 a líderes de un movimiento pacifista durante
una procesión ceremonial.
El 1 de enero de 1962, Samoa Occidental
(‘Samoa i Sisifo’) se convirtió en el primero de los archipiélagos
independientes de la Polinesia. En julio de 1997 pasó a llamarse Samoa, a
secas, no sin protestas de los samoano-americanos que consideraron disminuida
su propia identidad.
En 2011 el país cambió su calendario
colocándose al Oeste de la Línea de Cambio de Fecha. El motivo fue facilitar
los negocios con China, Australia y Nueva Zelanda. Anteriormente, Samoa se
encontraba 21 horas por detrás de Sidney, pero el cambio supuso quedar 3 horas
por delante, de forma que, cuando bancos y bolsa de Sidney abren, los samoanos
están ya dispuestos por llevar 3 horas abiertos.
El antiguo reino ha pasado a ser hoy una
república. En efecto, los grandes jefes samoanos tenían desde la independencia el rango de
Jefes de Estado. Al morir Malietoa Tanumafili II en 2007, a la edad de 97 años,
la legislatura reconoció a su sucesor Tuiatua Tupua Tamasese Efi el mismo
título de O le Ao o le Malo, pero sólo por 5 años. Y así se ha consumado la
transición.
El Parlamento se denomina Fono y lo forman 49
diputados elegidos por sufragio universal por 5 años. El derecho a ser
candidato y elegido, por lo que se refiere a 47 de los 49, está vinculado a su
condición de jefes de clan. Los otros 2 deben ser no samoanos. El poder
ejecutivo lo constituye un Primer Ministro elegido por el Fono.
Las islas son de origen volcánico. El 96% del
territorio lo componen las dos mayores de Upolu y Savai´i, y el resto se
distribuye entre ocho pequeños islotes. En Upolu habitan casi los ¾ de la
población, y allí se halla la capital, Apia. La cumbre más alta tiene 1.858 m.
El clima es de carácter tropical, con una temperatura media anual de 26,5ºC.
La economía de Samoa ha dependido
tradicionalmente de las ayudas
extranjeras al desarrollo, de las remesas de emigrantes y de la agricultura y
pesca. Un aspecto negativo es que el país resulta muy vulnerable a siniestros
geológicos o meteorológicos que pueden ser devastadores, como el terremoto y
subsiguiente tsunami de 2009.
La agricultura emplea a 2/3 de la fuerza
laboral y proporciona el 90% de las exportaciones, particularmente productos
derivados del coco.
El sector industrial se ocupa principalmente
de la transformación de productos agrícolas. Actualmente existe también una
fábrica que emplea a 3.000 personas para elaborar accesorios eléctricos del automóvil con destino a una
planta de montaje en Australia.
El turismo es un sector en expansión que
supone el 25% del PIB. Unos 122.000 turistas visitaron las islas en 2007.
El Gobierno trata de relajar la regulación
del sector financiero, de fomentar las inversiones y de mejorar la disciplina
fiscal, cuidando además de la protección del medio ambiente.
Las reservas de divisas se hallan en un
estado de relativa buena salud, la deuda exterior es estable y la inflación,
baja.
La población urbana es sólo de un 20%. En el
ámbito rural, continúa siendo fuerte la organización tribal. Los samoanos de
origen forman el 92,6% de la población; los mestizos, el 7%, y los de origen
europeo, el 0,4%.
Son lenguas oficiales el samoano y el inglés.
Por religiones, hay un 59,9 de protestantes de iglesias muy variadas, un 19,6
de católicos y un 12,7% de mormones.
El índice de crecimiento es de 0,596%; la
tasa de fertilidad, 3,13 niños/mujer, y la esperanza de vida, 72,66 años.
Los gobiernos samoanos han hecho un notable
esfuerzo en el terreno de la educación, dedicando a ella el 5,7% del PIB. Como
resultado, la tasa de alfabetización es del 99,7%.