MONTENEGRO
Europa Balcánica
Montenegro (en serbio Cherna Gora) es un pequeño
estado del SE de Europa situado en la Península Balcánica. Limita con Albania,
Bosnia-Herzegovina, Croacia y Serbia.
El actual territorio de Montenegro estuvo
habitado, tras la caída del Imperio Romano de Occidente, por una mezcla de
eslavos, ávaros, ilirios y romanos. Formaron un principado, tributario del
Imperio Bizantino, anexionado en 1186 por los serbios.
La región costera tuvo su propia historia
semiindependiente; la población se mantuvo conectada con el mundo latino
gracias al comercio marítimo, sobre todo con Venecia. De esta forma mantuvo su
propia lengua románica (el dálmata), y sólo nominalmente estuvo sujeta a los
eslavos del interior. A partir del año 1000, la República de Venecia comenzó a
extender sus dominios en la zona de la bahía de Kotor (la veneciana Cattaro),
que se consolidaron desde 1420 y perduraron hasta la desaparición de la
república veneciana en 1797.
En cuanto al resto de lo que llamamos
Montenegro, logró en 1456 la independencia de Serbia, enfrentándose a lo largo
del siglo XV con el Imperio Otomano; éste conquistó parte del territorio, pero
no logró someterlo en su totalidad. En 1516, bajo influencia veneciana, se
formó un principado teocrático, dirigido por un Príncipe-Obispo, que sólo en
1852 se transformó en un estado secular.
Nació así el Principado de Montenegro, cuyos
primeros sellos datan de 1874. Su príncipe Nicolás I participó en la guerra
ruso-turca de 1877/78. Al figurar entre los vencedores, el Congreso de Berlín
ratificó su independencia y el territorio se duplicó.
En 1910, aprovechando la crisis del Imperio
Turco, el estado se convirtió en Reino, y Nicolás I en Rey. Antes, en 1896,
aumentó su prestigio al concertar el matrimonio de su hija Elena con el
heredero del Reino de Italia, el futuro Víctor Manuel III.
En 1914, al estallar la Primera Guerra
Mundial, el reino montenegrino intervino al lado de Serbia contra los Imperios
Centrales, y fue ocupado por tropas austrohúngaras en enero de 1916. El Rey
huyó a Burdeos, y allí estaba cuando se produjo el fin de la guerra. Sin darle
tiempo a volver, una asamblea, convenientemente instigada por Serbia, lo
depuso, y de esta forma Montenegro pasó a integrarse en el Reino de los
Serbios, Croatas y Eslovenos, desde 1929 Reino de Yugoslavia.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupado
por Italia, que anexionó a la Dalmacia, también incorporada por ella, el viejo
territorio veneciano de la bahía de Kotor. En el resto del territorio creó un
estado satélite en 1941.
Al producirse el cambio de bando italiano en
el otoño de 1943, los alemanes ocuparon casi todos los dominios de Italia en la
zona, entre ellos Montenegro, emitiendo sellos de ocupación con sobrecarga en
alemán.
Con el fin de la guerra, Montenegro se convirtió en una de las partes (la más pequeña) integradas en la República Federal Socialista de Yugoslavia, formada por Tito.
Al desintegrarse el estado yugoslavo en 1992,
Serbia y Montenegro decidieron permanecer unidos en lo que llamaron República
Federal de Yugoslavia. El embargo que sufrió esta ‘Yugoslavia’ como consecuencia
de su actuación en Croacia y Bosnia (fueron montenegrinos los que
semidestruyeron la joya históricoartística de Dubrovnik), afectó notablemente a
la economía de Montenegro. Surgieron tensiones entre serbios y montenegrinos;
por ello, para subrayar la importancia de ambos estados, se cambió en 2002 el
nombre por el de Federación de Serbia y Montenegro.
El remedio no funcionó, y fue preciso llegar
a un plebiscito realizado el 21 de mayo de 2006, en el que un 55,5% de los
votantes del territorio optaron por la independencia. Nació así la actual
República de Montenegro, que ingresó en la ONU el 26 de junio de 2006. Ha
solicitado ser miembro de la UE, obteniendo el status de ‘candidato oficial’ el
18 de diciembre de 2010. Desde 2009, los montenegrinos pueden circular sin
visado por la Zona Schengen.
Los sellos representativos de esas dos fases
intermedias entre 1992 y 2006, quedaron ya recogidos en la entrada
‘Yugoslavia’.
REPÚBLICA DE MONTENEGRO Europa Balcánica
Capital: Podgorica
Forma de gobierno: República parlamentaria
Superficie: 13.812 Km2 (161º)
Población: 616.258 hab (162º) Densidad: 44,7 hab/Km2
PIB/cápita: 11.092 $ (77º)
Miembro de: Consejo de Europa
Se trata de un país pequeño, con una
extensión similar a la isla de Puerto Rico, con cuatro zonas diferenciadas: las
llanuras costeras son estrechas (entre 2 y 10 Km), con diversos estuarios y
bahías, destacando la de Kotor, considerada el fiordo más meridional del
continente. Estas llanuras acaban abruptamente por la presencia de mesetas
kársticas de más de 1.000 m de altitud como promedio.
En el interior se encuentra la región de
Zeta, la única llana del país, con agradable clima templado y donde se concentra
la mayor parte de la agricultura y de la población. La zona septentrional, por
el contrario, es una de las más abruptas del continente, debido a la presencia
de los Alpes Dináricos; las cimas suelen superar los 2.000 m. con espesos
bosques y profundos cañones.
El clima tiene caracteres mediterráneos,
continentales o alpinos debido a esta variedad orográfica.
Étnicamente no es fácil diferenciar la
población serbia de la montenegrina, la cual se supone predominante, sobre todo
en las zonas centrales. Hay minorías bosnias y albanesas.
Tampoco es fácil determinar el nombre de lo
que hablan los habitantes; según la Constitución de 2007, es montenegrino, pero
es que antes se llamaba a lo mismo
serbio o serbocroata; las respuestas a los censos reflejan el despiste de la
población al respecto.
En la costa residen entre 500 y 1.000
italianos, vestigio de la antigua ‘Albania veneciana’ de épocas pasadas; el
idioma italiano es ampliamente estudiado y conocido allí y en las zonas
urbanas.
El 72,07% pertenece a la Iglesia Ortodoxa, pero
sus adeptos se dividen entre la Serbia y la Montenegrina, creada ésta en 1993.
El 19,11% afirma pertenecer al Islam. La fe católica es seguida por el 3,44%,
sobre todo en la costa.
El sistema político es multipartidista, pero
los diferentes partidos se ven obligados a formar coaliciones. El principal es
el Partido Democrático de los Socialistas, con 30 escaños en una Cámara de 77.
El Presidente es Filip Vujanovic, elegido en
2003 y reelegido en 2008. Desde diciembre de 2010 hay un nuevo Primer Ministro,
Igor Leksik, reemplazando a Milo Dujanovic, propulsor de la independencia, que
había gobernado el país durante casi 20 años. Desde 2009, el ejército es
profesional, existiendo el proyecto de unirse a la OTAN tras la adecuada
reorganización.
Durante la época yugoslava, Montenegro
experimentó una rápida urbanización e industrialización. Al quebrar y
fragmentarse Yugoslavia, se detuvo el progreso económico, fallando los mercados
y los abastecedores y sufriéndose las sanciones impuestas por la ONU; en 1993,
2/3 de la población se hallaba bajo la línea de pobreza, y en 1994 se llegó a
una hiperinflación superior a 3 millones por ciento.
Al detenerse la producción industrial, la
principal actividad económica pasó a ser el contrabando, especialmente de
petróleo y cigarrillos. Solamente en 1997, la economía se estabilizó, al ser
introducido el marco alemán como moneda, para contener la inflación. Se agilizó
el proceso de privatizaciones, se introdujo el IVA y el euro como moneda (pese
a no ser el país miembro de la Eurozona). Se intensificó también la lucha
contra el crimen y la corrupción.
En la actualidad, sigue siendo uno de los
países más pobres del continente, pero se han registrado mejoras: apenas el
12,2% está bajo la línea de pobreza y la inflación se mantiene cerca del 3%,
habiéndose reactivado por otra parte el sector inmobiliario.
El principal producto es el aluminio (83,9%
de las exportaciones). También trata de fomentar el turismo en la zona de
Kotor, aprovechando la proximidad de un centro de atracción importante como es
la croata Dubrovnik.
REPÚBLICA DE MACEDONIA Europa Balcánica
Capital: Skopje
Independencia (de Yugoslavia): 8 de
septiembre de 1991
Superficie: 25.713 Km2 (149º)
Población: 2.100.554 hab (140º) Densidad: 79 hab/Km2
PIB/cápita: 9.157 $ (87º)
Miembro de: Consejo de Europa
El nombre de Macedonia evoca el reino
histórico donde nacieron Aristóteles, Filipo y Alejandro Magno, pero, como se
muestra en el mapa adjunto, los límites del mismo sólo muy relativamente
coinciden con la Macedonia actual, y mucho menos todavía con la República de
Macedonia de que aquí nos ocupamos.
Bajo el Imperio Otomano, se llamaba Macedonia
a una región relativamente amplia, cuya población se hallaba bastante
emparentada con los búlgaros, que permaneció bajo dominio turco hasta la
Primera Guerra Balcánica de 1912. En su capital, Salónica (hoy la segunda
ciudad de Grecia) nació Kemal Atatürk, que sería el padre de la moderna
Turquía.
Bulgaria fue la principal vencedora de esa
primera guerra, y trató de anexionarse Macedonia. Su éxito, empero, suscitó la
envidia de los vecinos, que se unieron en la Segunda Guerra Balcánica de 1913,
siendo derrotados los búlgaros.
Como consecuencia, sus dos voraces vecinos,
Grecia y Serbia, se repartieron la casi totalidad de la región, conservando
Bulgaria únicamente un pequeño rincón (la zona de Pirin, en el extremo SO del
país). Por supuesto, los búlgaros no se resignaron fácilmente: en dos
ocasiones, durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales trataron de
recuperarla, pero en ambos casos luchaban en el bando de los que serían
vencidos, y así esa antigua frontera perdura hoy.
En la parte helénica, los griegos, invocando
siempre el carácter heleno de los antiguos macedonios, se las apañaron para
quitarse de encima a toda minoría molesta. Los serbios, por su parte,
integraron su trozo en sus dos sucesivas creaciones: el Reino de Yugoslavia y
la República Socialista Federativa posterior a 1945, en la que Macedonia era
una de las partes integrantes, la más olvidada y atrasada, por cierto.
Sin embargo, a partir de 1990, al saltar
Yugoslavia por los aires, el panorama cambió. Los macedonios, no queriendo ser
menos que otras regiones, proclamaron su independencia; como es natural,
llamaron a su nuevo país como ya se venía llamando: República de Macedonia, y
así lo hicieron figurar en su nueva Constitución.
Entonces estalló el pandemónium. Grecia, en
una reacción que cabe calificar, no ya de desmesurada, sino de francamente
histérica, montó por todo lo alto un conflicto diplomático que lleva más de 20
años sin resolverse, y eso pese a haber intervenido como mediadores de buena
voluntad infinidad de personajes e instituciones, como resultado del cual la
nación macedonia sigue sin tener un nombre universalmente reconocido.
Los griegos partieron del razonamiento
peculiar de que reconocer a un Estado que se llamase ‘Macedonia’ era tanto como
dar el visto bueno a unas presuntas intenciones expansionistas e integracionistas que tenían como objeto a
la Macedonia helénica. Resulta muy difícil imaginar a un estado pequeño, poco
poblado, atrasado y además amenazado por Albania, como es la nueva República de
Macedonia, poniéndose a invadir otro estado mucho más grande y fuerte; pero, al
parecer, esto no se tuvo en cuenta en Atenas.
Tratando de resumir un interminable proceso:
Grecia se opuso a la entrada de Macedonia en la ONU, organizó manifestaciones
masivas de la diáspora griega en las más variadas ciudades del mundo, el asunto
facilitó la caída del gobierno Karamanlis y su sustitución por Papandreu, y
llegó a establecer un embargo en 1994, que sólo duró un año, pues en todo
momento Grecia siguió traficando, no ya con Macedonia, sino con la Yugoslavia
residual de Milosevic, cuando este personaje ya estaba sujeto a sanciones de la
ONU.
En 1993, la Asamblea General de la ONU, en su
Resolución 225, dictaminó que el Organismo, como recurso provisional y sin
ánimo de decidir sobre el problema de fondo, se referiría, mientras no hubiera
acuerdo entre las partes, al nuevo país con el complicado nombre de ‘Antigua
República yugoslava de Macedonia’(ARYM). Diversos organismos y naciones
aceptaron ese recurso. Con base al mismo y con ese extraño nombre, Macedonia
pudo ingresar en la ONU.
Modificó también su Constitución para cambiar
su bandera, adoptando otra que no resultara ofensiva para los helenos. Entre
tanto, al correr de los años, una gran mayoría de países, haciendo uso de su
derecho, han reconocido a Macedonia como tal, con su nombre constitucional,
entre ellos Estados Unidos, Rusia y China; de entre los países hispánicos, sólo
España y México siguen teniendo tratos con la ‘ARYM’.
El asunto continúa, con rebrotes. En 2006,
los macedonios tuvieron el escaso tacto de llamar al Aeropuerto Internacional
de Skopje ‘Alejandro Magno’, con lo que la furia helénica llegó a las cimas del
Olimpo. En 2008, Grecia ha vetado el ingreso de Macedonia en la OTAN.
Para terminar de una vez con el tema,
citaremos la que nos parece la opinión más sensata sobre el asunto, la del ex
-presidente macedonio Kiro Gligorov: ‘Somos macedonios, pero
eslavomacedonios…No tenemos conexión con Alejandro Magno y su Macedonia. Los
antiguos macedonios ya no existen, desaparecieron de la Historia hace ya mucho.
Nuestros antepasados llegaron en los
siglos V y VI d.C.’
El nuevo país ha sufrido otra amenaza, ésta
más tangible. Durante la guerra de Kosovo de 1999, en la que Macedonia colaboró
con la OTAN, unos 360.000 refugiados albaneses kosovares irrumpieron en el
país, amenazando romper su balance étnico. La situación llegó a ser tan tensa,
que la ONU envió fuerzas de interposición. Muchos kosovares regresaron, pero
las tensiones étnicas crecieron. En 2001 se llegó a un acuerdo que puso fin a
los enfrentamientos.
Según la Constitución, el Presidente es
elegido por voto popular para 5 años, mientras que el Jefe de Gobierno lo es
por la Cámara según el equilibrio de fuerzas resultantes de las elecciones
legislativas. Dada la multiplicidad de partidos, es normal funcionar a base de
coaliciones.
Geográficamente, se trata de un terreno
mayoritariamente montañoso, cubierto de numerosos bosques. Tres grandes lagos
se ubican al Sur, divididos por las fronteras con Albania y Grecia. La región
es fuertemente sísmica; el más reciente terremoto destructivo causó daños
severos en 1963 en la capital, Skopje.
En el momento de la independencia, Macedonia
era la menos desarrollada de las repúblicas yugoslavas (sólo le correspondía el
5% de la producción de bienes y servicios). El colapso yugoslavo la afectó
fuertemente, al cesar las subvenciones del gobierno central y las ventajas de
la integración en un espacio de mercado libre. Después, la falta de
infraestructura, las repercusiones indirectas de las sanciones internacionales
y los obstáculos griegos obstaculizaron su desarrollo hasta 1996.
Más tarde, ha logrado mantener la estabilidad
macroeconómica con baja inflación, pero ha quedado retrasada en la atracción de
inversiones extranjeras y en la creación de puestos de trabajo, pese a reformas
importantes en los sectores fiscal y mercantil. Sin embargo, desde 2010 el
crédito exterior del país ha crecido y se ha mantenido, así como el PIB, y la
inflación sigue controlada.
A pesar de todo, la población bajo el nivel
de pobreza era en 2010 el 30,9%, y el trabajo sumergido se calcula entre el 20%
y el 45% del PIB. Cuenta con una buena estructura educativa (también
sanitaria), pero la falta de perspectivas laborales favorece la emigración de
los mejor preparados.
Sus productos principales, en relación con la
exportación, son frutas y vegetales, tabaco, textiles, hierro y acero. El
principal cliente es Alemania (28,5%).
Es deficitaria en energía eléctrica, y
fuertemente dependiente del exterior en petróleo y gas.
Étnicamente, son macedonios el 64,2%; albaneses,
el 25,2%; turcos, el 3,9%; gitanos, el 2,7%. La Constitución establecía como
idioma oficial el macedonio (que en realidad es una especie de dialecto del
búlgaro); recientemente se ha añadido el albanés como segunda lengua oficial.
Un 64,7% son cristianos ortodoxos; un 33,3%, musulmanes.
El crecimiento demográfico es bajo: 0,237%,
correspondiendo a una tasa de fertilidad de 1,59 niños por mujer. La esperanza
de vida, 75,36 años; la alfabetización, 96,1%. La población urbana es el 59%.